Cuba comprueba efectividad de vacunas para convalecientes de COVID-19

Las autoridades sanitarias de Cuba están a punto de concluir un ensayo en el que se comprueba la eficiencia de Soberana Plus, uno de los cinco candidatos vacunales de producción local, en convalecientes de la COVID-19.

(Xinhua/Joaquín Hernández)
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Xinhua | 

Soberana-Plus es el único fármaco en el mundo para la atención a convalecientes y pretende proteger a los recuperados de la enfermedad con bajo nivel inmunitario, según los científicos de la isla.

Dese hace un mes y medio se realiza el estudio en el Instituto de Hematología e Inmunología, en el céntrico barrio habanero del Vedado, donde participan unas 450 personas de entre 60 y 80 años de edad, quienes se recuperaron de la enfermedad.

Ese ensayo, en su Fase II, se dividió en una etapa A con una veintena de sujetos y una B que incluyó a otros 430 convalecientes de la COVID-19.

“El fármaco tiene la potencialidad de elevar la inmunidad de los convalecientes con una sola dosis y escasos eventos adversos”, dijo a la prensa local Arturo Chang, investigador principal del estudio.

De acuerdo con el experto, Soberana Plus puede ser utilizada como dosis de refuerzo de las vacunas extranjeras y de los candidatos vacunales cubanos, como se hace con Soberana-02, otro de los inyectables locales en investigación.

Chang comentó que varios de los participantes en el ensayo han tenido contacto directo con casos positivos al SARS-CoV-2 y hasta el momento ninguno se ha reinfectado con el coronavirus causante de la COVID-19.

Uno de los vacunados es el exdiplomático y actual académico del habanero Centro de Investigaciones de Política Internacional José Luis Robaina, quien se recuperó después de sufrir la enfermedad.

“Cuando se inició el ensayo tenía un indicador de anticuerpos de 250 y después de la vacunación subió casi exponencialmente hasta 2.500”, explicó Robaina a Xinhua desde su casa en las afueras de La Habana.

Desarrollado por el Instituto Finlay de Vacunas (IFV), ese proyecto de fármaco nació de la evidencia de que los infectados con SARS-CoV-2 podían disminuir sus anticuerpos y volver a contagiarse.

Ese fenómeno se detectó mediante estudios realizados por el Programa Nacional de Sangre, que avala la producción de hemoderivados, con donantes de plasma para el tratamiento de otros enfermos con COVID-19, y con el estudio poblacional dirigido por el Centro Nacional de Genética Médica.

Hace unas semanas, el doctor en Ciencias Rolando Ochoa, investigador y profesor titular del IFV, explicó en televisión que el medicamento llegó a la segunda etapa de estudios luego de pasar de manera satisfactoria por un primer ensayo clínico, en el cual se demostró la seguridad del fármaco en 30 convalecientes con bajos niveles inmunitarios.

En esa investigación se reportaron solo eventos adversos locales, ninguno grave relacionado con la vacuna, y se probó que una sola dosis es altamente efectiva.

Según los investigadores, tras ser vacunados en la Fase I los voluntarios incrementaron hasta cuatro veces los anticuerpos protectores neutralizantes, y algunos elevaron hasta 20 veces los presentados al inicio.

El Ministerio de Salud Pública ha notificado la existencia de algunas variantes del nuevo coronavirus en Cuba, por lo que la posibilidad de reinfección es real en una nación que supera los 134.000 recuperados desde que la pandemia se inició en la isla en marzo del pasado año.

Cuba enfrenta una tercera ola de contagios que obligó a volver a aplicar en todo el país medidas como la suspensión presencial del curso escolar y el cierre de lugares públicos como hoteles, casas de renta, bares y restaurantes.

La isla tiene un acumulado de 142.266 contagiados y 958 decesos, y desde hace varias semanas se reportan más de un millar de enfermos diarios y una decena de fallecidos.