Quién es William Burns, nuevo jefe de la CIA

598

Operación Verdad|

Con un video promocional a inicios de semana, el presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden, anuncia a través de su cuenta twitter la postulación del diplomático de carrera William Burns como director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, según sus siglas en inglés).

Desde los tardíos resultados electorales de los pasados comicios electorales estadounidenses, Biden ha anunciado progresivamente a los miembros del equipo que lo acompañará próximamente en su periodo de gestión, siendo varios de ellos piezas que se mantuvieron tras bastidores en la era de Barack Obama y que ahora estarán al frente de cargos administrativos de gobierno.

Respecto a Burns, amigo cercano de Bill Gates, su amplia trayectoria data desde antes de las épocas de la presidencia de Bill Clinton, ocupando cargos medios en el Departamento de Estado, y luego, para el periodo presidencial de George W. Bush, se mantuvo como Embajador en Jordania y luego como Embajador en Rusia desde 2005 hasta 2008, teniendo un papel crucial en casi todas las principales iniciativas de política exterior de Bush.

En continuidad con su carrera de servicio exterior, desde el punto de vista político, se destacó como subsecretario de Estado con Barack Obama hasta 2014, participando en negociaciones secundarias que prepararon el escenario para el acuerdo de 2015 para limitar las capacidades nucleares de Irán. Igualmente, fue el negociador principal de un acuerdo nuclear con India y Rusia.

Al entrar Donald Trump en escena, se retiró de la palestra gubernamental por jubilación y se dedicó a ejercer la presidencia del think tank Carnegie Endowment for International Peace. Desde ese espacio, escribió múltiples críticas hacia Trump y, en específico, en 2019 rechazó el despido a la embajadora en Ucrania, Marie Yovanovitch, expresando que era “una peligrosa forma de mala praxis diplomática”.

A pesar de la crítica, en una entrevista con Moisés Naím, coincidió con Trump, ya que, comentó que era correcta la manera en que Trump estaba abordando el asunto con Venezuela, destacando la importancia en la presión política, es decir, Burns apuesta al recrudecimiento de medidas coercitivas para quebrar al chavismo.

Más allá de mostrar el curriculum de Burns, que si bien muestra algunos aspectos importantes para tener idea sobre su perfil de acción, cabe destacar datos claves de sus funciones en el campo internacional, en el que siempre mantuvo la esencia del excepcionalismo estadounidense y sus acentuadas prácticas de injerencia.

William Burns en cables de WikiLeaks

Es usual que los servicios diplomáticos se apoyan en los servicios de inteligencia, y las instancias estadounidenses no niegan esos manejos, de hecho, en el video del anuncio de su nuevo cargo, Burns expresó que ha desarrollado un enorme respeto a los agentes de inteligencia debido a que “ha trabajado con ellos en lugares difíciles alrededor del mundo”. Y también lo confirmó el ex director de la CIA, John Brennan: «Bill tiene una reputación sobresaliente. Trabajó con operadores durante años en el extranjero como Jefe de Misión».

Si Trump experimentó algunos choques con la CIA, Burns sabrá maniobrar en los espacios de la agencia, y se apoyará de las células de inteligencia para pulsear los planes que tengan determinados. Su nombramiento no es ajeno al modus operandi de la nueva administración en Washington.

Con la intención de sumar algunas impresiones sobre su ideario, se seleccionaron algunos documentos filtrados de WikiLeaks que involucran a William Burns.

  • Visita del presidente Hugo Chávez a Rusia  en 2007: Burns informa que ese año los funcionarios del gobierno de Rusia mantuvieron las negociaciones con el gobierno de Venezuela para la venta de componentes militares, a pesar de las presiones estadounidenses, y en ese contexto consideró que “algunos ven el activismo ruso en el patio trasero como un contraataque a la injerencia que se percibe de Estados Unidos”.
  • Visita a Colombia del subsecretario Burns en 2008: informaron que las relaciones entre Venezuela y Colombia para el momento habían mejorado, pero insinuaban que Colombia debía promover “su democracia” (en referencia a Venezuela). Asimismo, señalaron que Colombia buscaba jugar un mayor rol en la arquitectura de seguridad internacional, demostrando su voluntad de contribuir con tropas al esfuerzo de la OTAN.
  • Visita a Brasil del subsecretario Burns en 2008: reseñan el escenario previo a la visita de Burns a Brasil, advirtiendo que el entonces presidente Lula Da Silva se negaba a criticar el tema derechos humanos en Venezuela y Cuba, comodín que emplea EEUU para armar falsos expedientes a países que no comulguen con su doctrina.
  • Asuntos con Rusia 2010: expresó su preocupación por la venta de armas de Rusia a los países de interés para Estados Unidos, y señala que la imposición de sanciones estadounidenses no ha tenido éxito en modificar el comportamiento ruso.

Ya son conocidas las tácticas del establishment estadounidense para imponer su posición en el tablero internacional en un interín de forzar los escenarios con la carta de las “preocupaciones”. Así, Burn es una ficha de la diplomacia coercitiva silenciosa, esa forma prudente de negociar, presionando desde varios frentes, hasta lograr su cometido. Nada nuevo.William J. Burns, candidato a la CIA en la nueva Administración de Joe Biden. Reuters

William J. Burns, candidato a la CIA en la nueva Administración de Joe Biden. Reuters

A diferencia de los conflictos de la Administración Trump con el aparato de seguridad e inteligencia, así como sus conflictos con elementos de la estructura del Estado, Burns supone el regreso de la regularidad en estas instancias, su relación con Biden es crucial para la sobrevivencia de la agencia. En este sentido, el Departamento de Estado y la CIA tendrán un estrecho vínculo pues, Anthony Blinken y William Burns son compañeros desde la administración Obama.

Distanciándose de la errática y “abierta política agresiva” de la Administración Trump —aunque incluyó a Estados Unidos en otra guerra como si lo hizo Barack Obama— el gobierno estadounidense podría ahora retornar a su habitual repertorio de intentos de golpes políticos, revoluciones de colores, misiones mercenarias o paramilitares, operaciones de bandera falsa, además del cabildeo silencioso y ruidoso, dentro de la “moderación” de la agenda del partido demócrata.

Este será otro periodo en el que la CIA retomará su rol en otra trastienda geopolítica que está por venir.