¿Comenzó la guerra entre Apple y Facebook?

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 Francisco Louça|

 

En su notable libro sobre La era del capitalismo de la vigilancia, Shoshana Zuboff recuerda el Edicto de los reyes de España de 1513, que dictaba que los soldados tenían que leer un “Requisito” a los indios de América, preguntándoles si aceptaban someterse: “Declaramos que es de conocimiento público que Dios es uno e indivisible, que hay una sola esperanza, un solo Rey de Castilla, dueño de estas tierras: manifestar sin demora y jurad vuestra lealtad al rey de España, como sus vasallos”.El silencio de quienes ignoraban el idioma de estos extraños soldados con coraza era tomado como un asentimiento y autorización para la posesión, o como rechazo y señal para su destrucción, que era lo mismo. De esta manera, el genocidio exigió la justificación legal de una autorización contractual.Apple declara la guerra a Facebook

Zuboff sugiere que las grandes empresas de internet actúan como los conquistadores españoles, leyéndonos un “Requerimiento” que está escrito en una lengua desconocida e invoca una magia inexpugnable. En silencio, aceptamos ceder nuestros datos, dejar que nuestra vida sea vigilada y envolvernos en burbujas comunicativas que constituyen colmenas humanas, sujetas a las leyes de la acumulación. No somos el producto de ese comercio, somos los creadores de un excedente de información que se convierte en beneficio mediante la manipulación de las máquinas. Si es así, la guerra entre Apple y Facebook es un cañonazo contra la tecnología de control.

La pandemia maravillosa

Las cinco mayores empresas de comunicación crecieron un 46% en 2020. Hoy valen 7.200 millones de dólares. Esta abundancia culmina un camino de éxito: Apple es la empresa más grande del mundo y, durante cuatro años, más del 90% del aumento de la publicidad ha estado en manos de Google y Facebook. Estos gigantes están reformateando la sociedad, creando tecnologías de la información basadas en datos sobre nuestras vidas, acceso, consumo, viajes y conversaciones.

Utilizan imágenes, mails, localizaciones, registros de compras, para saber que somos del FC Porto o admiradores de los Simpson, y para crear apetencias según estándares instrumentales que se van determinando. Como en la Conquista de América, se facilita otorgando leyes permisivas, cookies autorizadas o formularios incomprensibles que suscribimos con el señuelo de que los servicios son gratuitos.

Por tanto, la decisión de Apple de permitir a los usuarios a partir de 2021 bloquear el tráfico de datos ha enfurecido a Facebook, que, con Google, ha sido el motor de esta nueva conquista. Es cierto que ambos utilizan prácticas similares: FB compró WhatsApp e Instagram para evitar posibles competidores (y por eso hay un proceso para separar las empresas); Apple aplica tarifas predatorias a los proveedores de aplicaciones (razón por la cual chocó con los creadores del juego “Fortnite”, Epic Games).

Pero Apple depende de la venta de dispositivos y se está quedando atrás en esta industria de extracción de información, mientras que sus rivales la necesitan. Por eso, FB quiere evitar que bloqueemos su negocio de saqueo de datos: Zuckerberg, no por casualidad un aliado de Trump, ha lanzado una campaña para “dar voz a las pequeñas empresas”, en realidad para proteger su acceso maximizado a la tecnología de control.

MAD

Durante la Guerra Fría, la amenaza del holocausto nuclear se devaluó por su potencial MAD (destrucción mutuamente asegurada, en las siglas en inglés). También en esta guerra entre Apple y FB hay una frontera MAD, ya que estas empresas están vinculadas entre sí. Google paga a Apple más de $ 10 mil millones anuales para operar en sus teléfonos móviles y computadoras;  FB también los necesita. Aún no tenemos un solo proveedor de dispositivos, servicios y redes. Por tanto, existe un acuerdo entre ellos más allá de la competencia, quieren que Internet sea el mercado más grande del mundo. No hay inocentes en esta guerra, todas estas empresas quieren dominar. Pero también hay indios descontentos.

Quizás este conflicto Apple-FB sea un signo de los tiempos, hay una opinión pública que exige protección contra la Conquista. Los indígenas han empezado a traducir el “Requerimiento” y no les gusta lo que dice.

*Economista y activista del Bloco de Esquerda de Portugal, es miembro del Consejo de Estado.