Gonzalo Gómez (Marea Socialista): Hay que refundar el país

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Carlos Carcione|

“Desde la unidad de las luchas tenemos que apuntar hacia un nuevo gobierno, que pueda aplicar un plan de emergencia frente a la crisis y en favor del pueblo”, señala Gonzalo Gómez uno de los creadores y vocero del sitio web aporrea.org, psicólogo y comunicador popular. Pero sobre todo es militante revolucionario con más de 40 años de trayectoria.

Militante del trotskismo latinoamericano e internacional desde muy joven, fue laborioso constructor de diversas organizaciones políticas y sindicales. Activo participante de luchas sociales y sindicales y uno de los principales organizadores, como parte de la Asamblea Popular Revolucionaria, de la resistencia y la derrota del golpe de Estado de 2002. En el año 2007 fue de los fundadores de Marea Socialista y en la actualidad hace parte de su Equipo Operativo Nacional. 

-Han comenzado en el país luchas de trabajadores por reclamos salariales y condiciones laborales y se  desarrollan multitud de otras protestas masivas por el colapso de los servicios públicos, como cortes de electricidad, agua, el servicio de comunicaciones y por la situación del transporte público, las carreteras, los CLAP que no llegan. Nos puedes comentar cómo está esta situación.

-Después de las elecciones del 20 de mayo ha venido produciéndose una escalada de conflictos y reclamos de trabajadores y de muchos sectores sociales en el país. Este proceso no ha parado y por el contrario se está incrementando y se suman a él nuevos sectores. Entre los más destacados están las movilizaciones que vienen protagonizando desde hace más de dos semanas las enfermeras de los hospitales públicos y maternidades, ellas exigen un salario suficiente; en algunas consignas se menciona que el salario debe estar a nivel de la Canasta Básica, esto es además lo que contempla la Constitución. Es necesario tener en cuenta que el salario hoy es menos de lo que cuesta ir a trabajar. Y eso se liga con el reclamo por las condiciones pésimas de los servicios de salud: no hay insumos médicos, no hay medicinas, no hay el instrumental técnico requerido y además de eso los médicos se están marchando.

Pero el gobierno, que no satisface las necesidades salariales, ni siquiera calcula, ni da a conocer el costo de la Canasta Básica ni de la Canasta Alimentaria. La realidad es que con los aumentos de salarios esos sueldos no alcanzan ni al 2% del valor calculado a la Canasta Básica por organizaciones sociales vinculadas a gremios y trabajadores. Sin embargo, el gobierno otorgó, según se pudo saber extraoficialmente, aumentos a los militares muy cercanos a la canasta básica o superiores, para los más altos grados, y entonces las enfermeras empezaron a decir “queremos un salario como el de los militares”. Y otras decían “queremos la quincena de Tibisay Lucena”, que es la presidenta del Consejo Nacional Electoral.

Las enfermeras están saliendo a la calle y cuentan con el apoyo de los pacientes y sus familiares, y optan por la protesta callejera porque el gobierno tiene, de hecho, en un paro técnico en el sector salud. Lo tiene paralizado por la falta de recursos, de insumos y por los salarios de hambre.

Y esta situación de crisis y abandono la sufren la gran mayoría de los trabajadores del Estado, así como de todo el país. Por ejemplo, los trabajadores y trabajadoras del sector universitario también están saliendo a protestar por salario. Y dirigentes del sindicalismo oficial complaciente, tratan de hacer acuerdos a espaldas de los trabajadores con aumentos que son ínfimos, completamente insatisfactorios y entonces los trabajadores desconocen los “acuerdos” y las luchas continúan.

Han entrado en protesta y conflicto trabajadores y trabajadores del Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, y muchas instituciones satélites de ese ministerio.Resultado de imagen para venezuela trabajadores en conflicto

Y al igual que en el sector salud, se funde el reclamo salarial con el reclamo del funcionamiento de los servicios para los cuales trabajan. Los trabajadores de la electricidad, los telefónicos (CANTV) en algunas regiones, trabajadores de correos (Ipostel)… Y algunos que todavía no han tomado la calle empiezan a emitir declaraciones, exigencias dirigidas al gobierno, protesta a través de comunicados, por la situación en que se encuentran, en todo lo que es el sector público, fundamentalmente. Entonces hay una tendencia hacia la simultaneidad, confluencia y en algunos casos hacia la coordinación de luchas de sectores afines. Esto marca la perspectiva de una lucha general nacional por los salarios y también por el funcionamiento de los servicios públicos.

Para hacer una comparación y los trabajadores de otros países puedan comprender la situación, habría que decir que los trabajadores venezolanos y sus familias, con estos salarios estarían viviendo con uno o dos huevos diarios o con una lata de atún mensual para todo el grupo familiar.

El gobierno otorga unas cajas con algunos productos a una parte de la población, llamadas cajas CLAP, con una orientación de asistencia clientelar, pero eso no forma parte del salario, también es muy insuficiente y la gente no puede decidir libremente que alimentos o productos adquiere. Este tipo de medidas han sido típicas de los gobiernos neoliberales para la contención social.

Esto hay que ponerlo en el marco de una situación de colapso. No se consigue transporte para ir al trabajo o no se tiene dinero en efectivo para pagarlo y entonces se va a trabajar por turnos o en horarios parciales. Los trabajadores y trabajadoras se reparten algunos días en la semana porque ni siquiera se consigue cómo llegar a los centros de trabajo. Se parece bastante a la situación que provocaron los patronos cuando la coyuntura del golpe a Chávez y el sabotaje petrolero, donde las empresas quedaban inactivas. La economía está colapsada y la sociedad y el propio Estado también.

Nosotros en Marea Socialista estamos yendo a acompañar estas luchas, llevando nuestra solidaridad, nuestro apoyo, nuestras propuestas, contribuyendo a la difusión de sus reclamos y experiencias. Planteamos que es necesario que cada una de estas luchas logre sus objetivos, que no permitamos que sean reprimidas y que tienen que ir marchando todas a coordinarse en una lucha nacional por el salario a nivel de la canasta básica, y que por supuesto, cualquier ofrecimiento o acuerdo salarial no puede quedar por debajo de lo que le están concediéndole a los militares. El centro ahora está en la lucha por el salario, pero también están saliendo las comunidades y vecindarios a reclamar por el funcionamiento de los servicios públicos que están en una situación de desmantelamiento, falta el agua, a cada rato hay apagones, se interrumpe la señal telefónica, no recogen la basura…

-¿Cuál es el estado actual del país desde el punto de vista político?

-El gobierno no garantiza ni el funcionamiento del país, ni las condiciones de vida de la gente, ni atina verdaderamente a gobernar. Simplemente contribuye al caos. No frena la hiperinflación. Se comporta como un gobierno autoritario frente al pueblo, pero no tiene autoridad ninguna para poner orden en la economía ni para poner coto a la corrupción de la que es parte.

La situación es tan grave que incluso en algunos sectores del PSUV se dan cuenta de lo que está sucediendo y ahí también empiezan a multiplicarse las críticas al gobierno de Nicolás Maduro. Porque lo que está haciendo el gobierno es equivalentes a los efectos que se producen con los gobiernos neoliberales. Por la precarización del salario, porque el empleo no tiene sentido ni valor ninguno y entonces hay un éxodo de profesionales y trabajadores…

Están contrayendo el funcionamiento del aparato del Estado al mínimo, aunque sin abandonar la corrupción, con riesgo palpable para las condiciones de vida, lo que es claro en el caso de la salud. El gobierno atribuye todo esto a una supuesta “guerra económica”, pero es que todos sabemos que el capital siempre ha buscado el lucro a costa de los que sea y es el gobierno el que tiene atribuciones para el manejo de un conjunto de variables; si no da los aumentos necesarios, él es el responsable; si no brinda los servicios, lo mismo…

Ah! Y no estamos hablando sólo del Ejecutivo Nacional, porque la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) forjada por Maduro, aunque para nosotros es ilegítima, se supone que es “supraconstitucional y plenipotenciaria”, pero ni con eso son capaces de arreglar las cosas. Lo único que están tratando de hacer es ajustar el régimen político a los requerimientos de la asimilación capitalista de la burocracia gobernante en el nuevo marco global, a garantizarse la posesión del botín del desfalco, contener al pueblo bajo control social y represivo, y asegurar la impunidad de su élite de poder.

Otro ejemplo del desastre burocrático es PDVSA. La producción petrolera ha descendido a un mínimo histórico. El gobierno de Maduro está consiguiendo hacerle a la industria petrolera venezolana lo que intentaron hacerle durante el golpe de Estado y el sabotaje petrolero de 2002-2003 los sectores de oposición y no pudieron. La está llevando a la quiebra si es que no está quebrada ya.

Las industrias básicas, entre ellas el sector acero, están atravesando una baja histórica de producción, en todo el año han producido lo que antes se producía en unos cuantos días. El gobierno sólo atina a mantenerse en el poder mientras nos devora una espantosa corrupción. No hace nada por recuperar los recursos desfalcados al país, porque ellos mismos están empapados con ese desfalco equivalente a casi una década de importaciones.

Y, por otra parte, aunque han tenido algunos incumplimientos de pagos de compromisos externos por la escasez de divisas, han priorizado el pago de una deuda externa ilegitima y están empeñando la poca producción petrolera a futuro por un auxilio financiero de Rusia y China que ponen en riesgo la soberanía del país y de la petrolera estatal, y eso muestra que el único plan que tienen es descargar la crisis sobre la población. Buscan distraernos con convocatorias a procesos electorales en condiciones muy dudosas. Pero no se ejerce el gobierno para la resolución de los problemas nacionales y de la población trabajadora.

Entonces, tenemos una nefasta combinación de factores: el autoritarismo y la degradación de la democracia, el desplome del funcionamiento del Estado para los asuntos sociales y económicos, un retroceso pavoroso del nivel de vida de la gente respecto a lo que se había alcanzado durante la revolución bolivariana, además de una corrupción desenfrenada, ligada a un patrón mafioso de acumulación, que no tiene arreglo ninguno con este gobierno, ni lo tendría con un gobierno de la vieja oligarquía.

Es decir; un conjunto de factores que nos han llevado a una situación de real colapso del país, producto de que ellos mismos se ocuparon de la destrucción de la revolución, poniéndonos en condiciones tan graves que ya han superado la magnitud de la crisis que tuvimos durante la IV República, cuando insurgió el pueblo venezolano y el propio Chávez planteó la “refundación de la República”. Por eso comento a veces que “la V se cuarteó”. El pueblo que ha comenzado a rebelarse en Venezuela, lo hace porque ya la vida cotidiana es imposible y porque reacciona contra el desmantelamiento de todo; así que la gravedad de la situación actual también nos lleva a decir que hay que refundar el país.

-¿Que salida es la que ustedes proponen?

-Tenemos que partir de estas luchas que significan un cambio en la situación nacional, porque los trabajadores y los sectores populares han comenzado a responder, han pasado de una situación en la que primaban la incertidumbre, la desmoralización, el miedo y el éxodo, y han comenzado a luchar. La gente está saliendo a dar la pelea en la calle porque está acorralada frente a un gobierno que no quiere ni puede abrir alternativas.

Estas luchas hay que coordinarlas y extenderlas nacionalmente. Pero la solución no va a venir mientras se siga haciendo lo mismo que hasta ahora. Hace falta un plan de emergencia realmente favorable a los trabajadores y a los sectores populares, no para la burocracia, los corruptos y los que aprovechan para hacer negocios con las crisis, que han formado una elite de poder depredadora.

Este plan de emergencia tendría que garantizar un salario a nivel de la canasta básica y actualizado periódicamente para poder enfrentar la hiperinflación, para que el salario no se hunda, poniendo en vigencia lo que establece el Artículo 91 de nuestra Constitución. Que al menos, inicialmente, sea como piden los que están luchando, las enfermeras, por ejemplo: igual al de los militares.

Entonces, ¿de dónde se puede sacar esos recursos para recuperar el nivel de vida de la población? Nosotros decimos que, entre otras cosas, hay recuperar los fondos desfalcados al país; que se luche por la repatriación de esas divisas que son multimillonarias. Que se les confisque los bienes y las cuentas a los corruptos. Insistimos también sobre el tema de que cesen los pagos de la deuda externa y que se inicie una auditoria pública y ciudadana, por tratarse de una deuda ilegitima y con un alto componente de corrupción. Y otras medidas con las que poder financiar la recuperación del nivel de vida y de la producción… En primer lugar, de la producción de las propias empresas del Estado, sobre todo las empresas que producen alimentos, que el gobierno las tiene prácticamente inactivas, a un nivel bajísimo y lo que sale de ahí se desvía a circuitos de contrabando de extracción o para los mercados paralelos. Pero está recuperación no la va a garantizar la burocracia corrupta, sino que tiene que ser con la participación y control efectivo de los trabajadores, de los campesinos y de las comunidades.

Para que este plan se pueda llevar adelante hace falta, entonces, otro gobierno, que quiera y pueda llevarlo adelante. Porque Maduro y, por otro lado, la oposición de derecha, que representa a los grandes capitales y también se ha alimentado del Estado corrupto, no quieren aplicar este tipo de medidas. Eso requiere de otra dirección política. Es por ello que nos esforzamos en la construcción de Marea Socialista. Al mismo tiempo decimos que los sectores que luchan y los sectores críticos debemos generar una nueva referencia política alternativa para el país, en el sentido que lo plantea una de nuestras consignas más características: ¡Ni burocracia ni capital!

En el contexto internacional y regional notamos que la gente también ha salido a luchar y cuestiona duramente a los gobiernos. Algunos de estos gobiernos usan un lenguaje de “izquierda”, pero vaciado de contenido, y en nombre de eso están arrebatando conquistas democráticas y sociales, conquistas revolucionarias de esos pueblos y hasta están cometiendo verdaderas masacres. Como en el caso de Ortega en Nicaragua.

Gobiernos como ese y el de Maduro se terminan convirtiendo en instrumentos de la contrarrevolución, en contra de sus pueblos, y hoy aplican de hecho una contrarrevolución en nuestros países.

Y nosotros, al calor de las luchas nos vemos en la necesidad de construir los instrumentos que se contrapongan a estos dirigentes y sus partidos, al mismo tiempo que seguimos combatiendo a los viejos factores de poder de las derechas. Por eso nosotros estamos tratando de construir alternativas, nuevas referencias políticas con articulaciones nacionales, pero necesitamos, buscamos, desarrollar vinculaciones internacionales combativas con aquellos y aquellas con los que tenemos coincidencias estratégicas. De ahí nuestro relacionamiento y nuestro esfuerzo en construir un nuevo espacio internacional como Anticapitalistas en Red ( https://anticapitalistasenred.org), que viene congregando a varias organizaciones políticas revolucionarias, democráticas, anticapitalistas y antiburocráticas en América Latina y en otras partes del mundo.