Leo Rubín, candidato a la vicepresidencia de Paraguay: “Aquí no queremos que pase lo de Honduras”
Carla Perelló-Nodal|
¿Es posible comparar los escenarios políticos e institucionales en Paraguay y Honduras? ¿Cuáles son las similitudes y diferencias que se pueden encontrar? “Son los eslabones más débiles de Centro y Suramérica”, dice el candidato a la vicepresidencia de Paraguay por la Gran Alianza Nacional Renovada (GANAR), Leo Rubín, en entrevista con Nodal. El punto en común: ambos países debieron enfrentar la destitución de sus respectivos presidentes en el plazo de los últimos diez años, Fernando Lugo y Manuel Zelaya.
Tras las elecciones presidenciales hondureñas cargadas de denuncias de fraude, Rubín advierte que es posible que la Asociación Nacional Republicana-Partido Colorado -cuyo máximo exponente es el actual presidente Horacio Cartés- intente imitar ese proceso. Aun así, marca una diferencia: “Creo que aquí estamos más fortalecidos para las elecciones”.
Las condiciones en las que los mandatarios fueron destituidos fueron diferentes. En el caso del hondureño Zelaya, en 2009, fue secuestrado por militares y llevado a Costa Rica cuando se proponía realizar una consulta popular para una Asamblea Nacional Constituyente. En 2012, el Congreso paraguayo enjuició a Fernando Lugo por “mal desempeño de sus funciones”, tras la Masacre de Curuguaty.
Luego, las elecciones en ambos países que llevaron a Cartes y a Juan Orlando Hernández, en 2013 y 2014. Pese al restablecimiento democrático los sectores populares denuncian por igual la corrupción y la débil institucionalidad.
-¿Es posible relacionar lo que está sucediendo en Honduras con el proceso que vivió Paraguay?
-Es un proceso bastante similar por la estructura socioeconómica y política de ambos países. Paraguay es un país con un escaso desarrollo de fuerzas productivas y sociales. No hay una clase obrera muy significativa, una población mayoritariamente campesina desde hace unas décadas y abunda el empleo informal. Tenemos una estructura productiva similar con Honduras, además hace más de cien años que tenemos dos partidos tradicionales. En el caso de Paraguay el Colorado y el Liberal; y en Honduras, el Partido Nacional y Partido Liberal. El bipartidismo es muy fuerte y debe ser de los pocos que se conservan en Latinoamérica. También nuestra institucionalidad es precaria: hemos sufrido dictaduras, la nuestra fue más prolongada. Por otro lado, podemos decir que las Fuerzas Armadas de Paraguay hoy son institucionales y los grupos llamémosle golpistas están más bien centrados en el Partido Colorado y en una oligarquía que maneja la agroexportación y grandes medios de comunicación también.
Recordemos que la desestabilización de estos gobiernos progresistas comenzó en Honduras, en 2009. Entendemos que es por ser el eslabón más débil de Centro América, y después siguió aquí en Paraguay, en 2012. También un eslabón débil en América del Sur. Otra similitud es que en tanto Zelaya como Lugo concretaron alianzas a través de otros candidatos con esos partidos tradicionales que mencionaba: con el Partido Libre y nosotros con el PLRA, que junto con el Frente Guasú me presentaré para la candidatura a vicepresidente.
-¿Cuáles son las similitudes y las diferencias entre los escenarios políticos y los representantes de las respectivas fuerzas de Zelaya y Lugo?
-Podemos decir que hicimos una alianza, con liderazgos muy fuertes, con Zelaya y Lugo, que no son candidatos pero mantienen una gran importancia. En el caso de Lugo que sigue en las encuestas como el mejor de los gobiernos. La diferencia está en los órganos de control electoral y en los fiscales en las mesas de votación. En las mesas de Honduras el Partido Nacional consiguió una mayoría clara porque además han creado partidos que se denominan “de maletín”, que son manejados por el oficialismo.
Eso permitió que la derecha perpetrara un fraude descomunal. Nosotros hemos enviado observadores y nos han contado de primera mano. Creo que eso hay que resaltarlo. En el caso de Paraguay son tres miembros de mesa y los representantes por ley de la primera, segunda y tercera fuerza, con lo cual Ganar contaría con representantes del PLRA y del Frente Guasú, más los del Partido Colorado, que quedaría en una minoría. Sería un caso inédito en nuestra democracia, por lo que no consideramos que se pueda hacer un fraude como en Honduras. Respecto del Tribunal Superior de Justicia Electoral está dominado por el partido oficialista, pero con cierta presencia del PLRA. Eso por lo menos da una pluralidad, sin embargo, las fuerzas progresistas prácticamente no tiene ningún representante.
-Usted hace una comparación a nivel económico de Honduras y de Paraguay y dice que son los eslabones más débiles de sus respectivas regiones. ¿Qué comparación se puede hacer de los golpes de Honduras (2009) y de Paraguay (2012)? Y si se puede hacer una comparación en lo que pasó después: en lo que puede considerarse como la reconstituión democrática de ambos países.
-El golpe allá creo que fue mucho más violento, a Zelaya lo sacaron de la casa los militares, aquí se disfrazó un juicio político por intereses mezquinos después de la Masacre de Curuguaty que prácticamente fue el telón de esta destitución de Lugo. Eso fue un golpe de Estado parlamentario, con un intento de ropaje legal. Creo, además, que fue el laboratorio para lo que sucedió luego en Brasil. Después se dio un momento muy duro, la sociedad paraguaya estaba muy dividida, me imagino que en Honduras igual. Aquí el progresismo quedó muy golpeado, pero, en 2013, Lugo se presenta como candidato a senador y se logró hacer una muy buena elección de cinco senadores de 45.
El Frente Guasú se convirtió en la tercera fuerza. En 2013, de alguna manera, se volvió a la democracia. Nos tocó Cartes, que es un gobierno bastante corrupto, que maneja el país como un patrón, hay un gobierno paralelo comandado por los gerentes de sus empresas y los ministros prácticamente no tienen ninguna incidencia. Más allá de esto, en ambos países estamos curando las heridas y, a pesar de todo, estamos dando un paso adelante en unirnos. Aquí no queremos que pase lo de Honduras y no me imagino que el desenlace sea el mismo. Pero vamos contra el Partido Colorado y del presidente actual que cuentan con una billetera muy grande, con el poder del Estado y los medios de comunicación que han comprado.