El Congreso solicitó a Trump que considere muy bien las posibles sanciones energéticas a Venezuela

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El Congreso de los Estados Unidos solicitó al presidente Donald Trump que considere muy bien las posibles sanciones energéticas con las que su gobierno  ha amenazado con aplicar a Venezuela, dado el impacto económico que representaría para EE.UU, considerando que Venezuela es su tercer mayor proveedor de petróleo.

En la misiva, piden que se detenga o revierta cualquier sanción que atente contra la seguridad energética del país norteamericano y de los ciudadanos de ese país. A continuación el texto completo:

Querido Presidente Trump:

Estamos preocupados por los impactos a los ciudadanos de los Estados Unidos que resultaran debido a cualquier sanción relacionada con el sector energético que pueda imponerse a Venezuela. Las consecuencias imprevistas afectando a la población estadounidense ya han sido percibidas en una variedad de esfuerzos bien intencionados a través de los años, incluso con nuestro propio embargo petrolero recientemente redimido. Tememos que las posibles sanciones perjudiquen la economía de Estados Unidos, perjudiquen la competitividad global de nuestros negocios de energía, y aumenten los costos para nuestros consumidores.

Compartimos su preocupación acerca de la intención del Gobierno de Venezuela de celebrar una votación el 30 de julio de 2017, permitiendo la formación de una Asamblea Constituyente para reescribir ostensiblemente la constitución. Tal resultado consolidaría aún más el poder bajo el presidente Maduro, quebrantaría la constitución y erosionaría los vestigios de las instituciones democráticas. Tememos que más venezolanos sufran de una crisis económica aún más profunda, de continua escasez de alimentos y medicinas, de continua corrupción del gobierno y el encarcelamiento político, y del aumento de la violencia contra los grupos de la oposición.

Al formular una respuesta apropiada, creemos que es vital reconocer el papel del sector de refinación estadounidense a nuestro interés nacional y económico. Los remedios potenciales deben tener en cuenta las instalaciones energéticas en la Costa del Golfo de los Estados Unidos, que están específicamente diseñadas para procesar grados más pesados de crudo venezolano como una porción significativa de su materia prima. Solicitamos su consideración atenta de los siguientes puntos:

• Cincuenta y uno por ciento de la capacidad de refinación de los Estados Unidos se encuentra en la costa del Golfo de los Estados Unidos en tres estados: Luisiana, Mississippi y Texas.

• La industria de refinación en estos estados de la Costa del Golfo emplea a 32.000 trabajadores directamente, más 49.000 trabajos indirectos e inducidos, sumando 525.000 trabajos relacionados con refinación.

• Venezuela es el tercer mayor proveedor de crudo a los Estados Unidos, después de Canadá y Arabia Saudita. El 90% del crudo venezolano importado a los Estados Unidos es procesado en la Costa del Golfo. El desplazamiento de esta cantidad de crudo aumentaría los costos del refinador, reduciría la eficiencia y elevaría los precios de los combustibles para el consumidor. Además, podría desestabilizar los mercados de crudo en todo el mundo, elevar los precios mundiales del petróleo, y reforzar las economías de Irán y Rusia.

• El desarrollo del crudo de esquisto en los Estados Unidos ha reducido la dependencia de las importaciones de petróleo del país; sin embargo, hay una diferencia marcada en el carácter del petróleo crudo producido en Estados Unidos con el crudo venezolano pesado. Debido a factores de diseño, las refinerías de la Costa del Golfo producen el mayor volumen de productos al menor costo para los consumidores procesando crudo pesado. Por lo tanto, el crudo de esquisto de los Estados Unidos no es un sustituto adecuado del crudo venezolano en muchas refinerías de la Costa del Golfo.

• Sin acceso al crudo venezolano, las refinerías de la Costa del Golfo de los Estados Unidos se verían obligadas a obtener petróleo crudo de lugares más lejanos a mayores costos de transporte y con una calidad menos óptima, lo que resultaría en menores rendimientos del producto y mayores costos para los consumidores. Las proyecciones actuales esperan un aumento inmediato de cinco a diez centavos por galón de gasolina en la bomba, con expectativas de que ese número aumentará rápidamente con el tiempo.

• El cese de las importaciones de crudo venezolano sería muy perjudicial en el corto plazo, al mismo tiempo que se arriesgará la competitividad de algunas refinerías de la Costa del Golfo en el mediano y largo plazo. Las refinerías de exportación en Europa y Asia obtendrían los beneficios.

• Si el crudo venezolano no es procesado en los Estados Unidos, probablemente será producido y vendido en otros países -como la India y China- lo que limita cualquier impacto a el gobierno venezolano, sin embargo sí que crea dificultades para las refinerías de los Estados Unidos.

Aplaudimos sus esfuerzos para contrarrestar el inquietante declive de la democracia y el bienestar social en Venezuela. A medida que su Administración considere medidas adicionales para detener esta declinación y finalmente revertirla, instamos a que los métodos empleados protejan la fortaleza de nuestras refinerías de la Costa del Golfo que son tan vitales para la seguridad energética de Estados Unidos.