“En la Venezuela actual, un liderazgo no se construye con marketing”
CLODOVALDO HERNÁNDEZ | “El liderazgo del presidente Chávez es sumamente fuerte; y Capriles tiene una dificultad enorme, pues su liderazgo está vinculado al neoliberalismo y asociado a un sector mucho más reducido de la población”, dice el encuestador Germán Campos, de cara a la campaña electoral en Venezuela.
—El tema del liderazgo personal parece ser clave en la campaña. ¿Podrá Henrique Capriles Radonski compensar la ventaja que en ese plano le lleva el presidente Hugo Chávez?
—Un producto se puede construir con marketing, los liderazgos, no. Es cierto que la publicidad es un instrumento extraordinario para inducir patrones de consumo, pero cuando una sociedad empieza a cambiar sus códigos de interpretación de la política, la tarea de construir una marca política, una imagen, un liderazgo con marketing es mucho más complicada, por no decir que imposible. Los liderazgos en un contexto así tienen mucho más que ver con conexiones emocionales, afectivas, de credibilidad, de compartir visiones hacia adelante. En eso, el liderazgo del presidente Chávez es sumamente fuerte; y Capriles tiene una dificultad enorme, pues su liderazgo está vinculado al neoliberalismo y asociado a un sector mucho más reducido de la población. Resulta que América Latina viene de regreso de eso, buscando alternativas. Va a ser muy difícil para Capriles construir un liderazgo que pueda competir en ese terreno con el del presidente Chávez.
—¿Dice usted que la sociedad venezolana ha cambiado su cultura política?
—Sí, desde 1998, los venezolanos hemos incorporado otras nociones al concepto de democracia, participación, economía y relaciones sociales. Se han reconfigurado los códigos para interpretar lo político. Según estudios muy recientes, incluso, uno realizado por el padre José Virtuoso, ahora los ciudadanos le dan más importancia a los contenidos económicos y sociales de la democracia que a lo meramente político. En nuestras investigaciones, los valores básicos que identifica la gente con el socialismo son solidaridad, cooperación, participación y organización. Son valores antagónicos a la Venezuela de los 80 y 90, cuando predominaba el sálvese quien pueda y como pueda.
—Pero el comportamiento general es más o menos el mismo: una gran tendencia al consumismo y a los valores de la sociedad capitalista. ¿Cómo opera esa combinación en la mente de las personas, según sus estudios?
—Esos códigos nuevos conviven con los anteriores, asociados al modelo que imperó en los años 80 y 90, porque las transformaciones sociales son procesos complejos, en especial si se producen en democracia y con elecciones, tal como ha ocurrido en Venezuela. Una parte de los venezolanos están convencidos de que debe construirse un modelo distinto de relaciones económicas, pero simultáneamente quieren consumir dentro y fuera del país con una intensidad que hace pensar en los tiempos del “ta’ barato, dame dos”. Ese es el debate que hay actualmente en la sociedad venezolana.
—¿Puede ocurrir que en el escenario electoral esos valores capitalistas se impongan sobre la nueva cultura política, tal como parece haber ocurrido en 2007, cuando fue derrotada la reforma constitucional?
—Mi hipótesis es que eso no ocurrirá. Yo creo que en 2007 no hubo un trasvase del respaldo electoral del presidente Chávez al mundo opositor. La propuesta de reforma era muy compleja, fue mal debatida y peor presentada y salió derrotada, porque una parte importante del electorado que un año antes había respaldado mayoritariamente al Presidente, esa vez no votó. En el proceso actual, mi hipótesis es que las variables de corte ideológico van a prevalecer sobre las utilitarias. (David) Easton (politólogo canadiense) distingue entre apoyo difuso y apoyo utilitario. El difuso tiene que ver con lo simbólico, con la visión de país, con el proyecto estratégico; el utilitario con que el Gobierno te resuelva los problemas. En el modelo venezolano anterior predominaba lo utilitario; ahora, predomina el apoyo vinculado a visiones o valores ideológicos. Ese es el debate que se va a expresar en esta campaña.
—Analistas opositores tienen una visión contraria a la suya: dicen que el dinero es el principal motivador del apoyo al Presidente…
—Nosotros hemos hecho mucha investigación cualitativa y nuestra evidencia no apunta hacia allí. Además, esa visión supone un profundo desprecio hacia el desarrollo de la conciencia humana. Si hubiesen existido medios de comunicación como los actuales en la época del gran debate, la humanidad respecto a la esclavitud, estos analistas hubiesen dicho que era necesario mantenerla porque a los esclavos les gustaba serlo.
—¿Se han hecho ya mediciones sobre los efectos del resultado de las primarias de la oposición y sobre la recaída de la salud del Presidente?
—Estamos en etapa de medición sobre los dos temas. Queremos investigar si Capriles está logrando amalgamar al mundo opositor y qué influencia puede tener el problema de salud del Presidente. El año pasado, los estudios señalaron que, en el peor de los casos, tuvo un efecto neutro. Algunos indicadores señalaron que solidificó la parte emotiva de su liderazgo. En este momento, mi hipótesis es que pasará lo mismo. Es probable que esta vez tenga un efecto francamente positivo porque el Presidente ha manejado el tema con muchísimo sentido humano y gran transparencia.
—¿Cuestiones de índole personal, como el estado civil o la preferencia sexual de los candidatos, tienen alguna influencia en las elecciones modernas?
—No conozco investigaciones al respecto, pero desearía que no fuera así. Me encantaría vivir en una sociedad donde eso no influyera para nada. Y les haría un llamado a los actores políticos porque si en efecto estamos construyendo una sociedad distinta, eso supone niveles cada vez mayores de tolerancia.
Química y política
Es ingeniero químico graduado en la Universidad Simón Bolívar, pero ha preferido dedicarse a la alquimia de las encuestas. “Claro, que medir la opinión no es una ciencia exacta; de hecho, ya no se habla de ciencias exactas, casi todas son probabilísiticas, unas más que otras”, dice.
Es Germán Campos, quien nació en Canarias en 1957 y llegó a Venezuela un año después. El cambio de rumbo académico vino por su maestría en Ciencias Política, de la misma USB, donde se vinculó con Arístides Torres, un gurú de la demoscopia, fundador de Datanálisis, fallecido tempranamente a principios de los 90. Luego de pasar por otras encuestadoras, creó la suya, Consultores 30:11.
Destaca la importancia de confeccionar una muestra representativa, que en el caso venezolano debe ser de entre mil 500 y dos mil personas, distribuidas en la mayor cantidad posible de regiones, ciudades y localidades y de todos los estratos sociales.
Señala que un sondeo pierde equilibrio cuando se elabora mal el instrumento de medición, sea de buena o de mala fe. “Si se decide la pregunta en una oficina, sin estudios cualitativos previos –ejemplifica- o si los resultados se procesan según valores culturales que ya la sociedad ha modificado”.
Profesor de la Universidad Central de Venezuela, Campos renunció faltándole 10 años para la jubilación. “No soporté más ese ambiente: el gran logro del neoliberalismo fue colonizar la mente de los sectores académicos”, explica. Cuestión de química.
Fuente: http://www.ciudadccs.info/?p=267727
Foto: Luis Bobadilla