La caída de Temer atiende a intereses de la clase hegemónica/ Cuatro puntos sobre la coyuntura

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Samuel Pinheiro Guimarães|
 
1. La victoria ideológica/económica/tecnológica de los Estados Unidos sobre la Unión Soviética, la adhesión rusa al capitalismo y la desintegración de Rusia y la adhesión de la RPC al sistema de instituciones económicas liderado por los Estados Unidos y la apertura china controlada a las transnacionales llevaron a la consolidación de la hegemonía política/imperial de los Estados Unidos.
 
2. Las directrices de la política hegemónica estadounidense son:
 
– inducir la adopción, por acuerdos bilaterales y por imposición de los organismos “multilaterales”, de los principios de la economía neoliberal;
– mantener el liderazgo tecnológico y controlar la difusión de tecnología;
– inducir el desarme y la adhesión “forzada” de los países periféricos y frágiles al sistema militar americano;
– inducir la adopción de regímenes democráticos liberales, sin embargo, de forma selectiva, no para todos los Estados;
– garantizar la apertura al control externo de los medios.
 
3. Las dimensiones y las características de la población y del mercado interno; de territorio y de recursos naturales (ampliada de forma extraordinaria por el descubrimiento del pre-sal); la localización geográfica en el área de influencia americana; la capacidad empresarial del Estado y de la iniciativa privada (Banco Nacional de Desarrollo -BNDES, Petrobras, Vale do Rio Doce, Embraer) la capacidad tecnológica en áreas de punta (nuclear, Embrapa, etc.) volverían Brasil una área de actuación prioritaria para la política exterior estadounidense, que articuló:
 
– apoyo a la redemocratización política controlada por las clases hegemónicas en Brasil;
– la lucha ideológica y mediática contra la política de desarrollo económico y industrial que es identificada con el autoritarismo militar;
– apoyo a los movimientos sociales (ONG, etc.);
– retaliación contra las políticas nacionales de desarrollo (nuclear, informática, espacial);
– movilización ideológica para la implantación de las reglas del Consenso de Washington;
– disciplina fiscal;
– reducción del gasto público;
– reforma tributaria;
– tasa de interés del mercado;
– tasa de cambio del mercado;
– apertura comercial;
– inversión extranjera sin restricciones;
– privatización;
– desregulación económica y laboral;
– derecho a la propiedad intelectual.
– desarme.
 
4. La implantación, entusiasta y excesiva, de las medidas económicas, políticas y militares, propagadas por la academia, medios y autoridades estadounidenses, por los Gobiernos Fernando Collor/Fernando Henrique Cardoso, frente a las características del subdesarrollo: enormes disparidades sociales, fragilidad relativa de las empresas de capital nacional, vulnerabilidad externa de la sociedad, contribuyeron para el fracaso de esas políticas que llevaron al agravamiento de la concentración de la renta, al agravamiento de las deficiencias de infraestructura, al aumento de la violencia social, acarrearon su impopularidad y permitieron la victoria de los movimientos políticos progresistas frente a los gobiernos de Menem; Battle; Andrés Pérez; Fernando Henrique Cardoso, Sánchez de Lozada; Mesa.
 
5. La elección de Lula y su gobierno colocaron en riesgo el objetivo permanente estadounidense de implantar políticas neoliberales en toda América Latina y de incorporar las economías latinoamericanas a su economía, de forma subordinada.
 
6. La articulación política y económica de Lula/Kirchner/Lugo/Correa/Evo/Chávez reforzó la necesidad, para los EUA, de una reacción estratégica.
 
7. Los Estados Unidos, en cooperación con grupos internos en cada uno de esos países, iniciaron campañas de desestabilización política.
 
8. En Brasil, esta campaña se inicia con el proceso del “mensalão” y con la aceptación por el Poder Judicial de la “doctrina” del dominio del hecho, aplicado contra José Dirceu, con carácter ejemplar, en tanto posible sucesor de Lula.
 
9. A pesar de la campaña anti-Lula y anti-PT (Partido de los Trabajadores), los índices de popularidad del Presidente y del partido alcanzaron niveles record y permitieron la elección de Dilma Rousseff.
 
10. El Gobierno Dilma Rousseff, sin capacidad política, adhirió gradualmente al programa neoliberal de ajuste fiscal, faena ética y contracción del Estado.
 
11. La incapacidad de articulación, de relación política y de movilización social facilitó la articulación y el éxito del proceso de impeachment.
12. De otro lado, la Operación Lava Jato, en articulación con el Departamento de Justicia americano, y con las agencias de inteligencia (espionaje) estadounidenses como la NSA, la CIA, el FBI), a través de procedimientos ilegales, tales como detenciones arbitrarias, filtraciones selectivas de delaciones de criminales confesos, la desobediencia al principio fundamental de presunción de inocencia, la movilización de la opinión pública contra personas delatadas, colocando en riesgo el orden jurídico y creando odio en la sociedad, con la connivencia del Supremo Tribunal Federal – STF, fue un instrumento de ataque al PT y a la candidatura del Presidente Lula.
 
13. La gradual autonomía y fanatismo moralista de la fuerza tarea de Curitiba [creada por el juez Sergio Moro] llevó a denuncias contra otros políticos, en especial del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB).
 
14. La característica de “radicales libres” y el conflicto con la Procuraduría General – PGR llevó a la investigación de Temer por la Policía Federal – PF (también radical) y, como la PGR, aliados principalmente al PSDB contra el PMDB.
 
15. Los objetivos básicos de las clases hegemónicas brasileñas, en estrecha articulación con las clases hegemónicas estadounidenses, son:
 
– consolidar en la legislación, de preferencia en la Constitución, las políticas neoliberales del Consenso de Washington;
– reducir la posibilidad de victoria del Presidente Lula en 2018 y la victoria de los candidatos progresistas en las elecciones para el Congreso;
– impedir la revisión por un nuevo gobierno de las reformas conservadoras, en especial la EC95;
– reducir la capacidad de acción externa y interna, del Estado brasileño;
– destruir la política sudamericana de formación de un bloque regional y de inclusión en el Consejo de Seguridad de la ONU;
– integrar Brasil a la economía estadounidense y crear la obligatoriedad de ejecución en Brasil de políticas económicas neoliberales;
– impedir la industrialización, aunque apenas parcialmente “autónoma”, de Brasil por empresas de capital brasileño;
– consolidar este programa económico ultra neoliberal através de compromisos internacionales, comenzando por la adhesión de Brasil a la OCDE.
 
16. Michel Temer, por imprudencia, colocó en riesgo la credibilidad del proceso de aprobación legislativa de este programa al dejarse grabar por la PF en diálogos de naturaleza ilícita.
 
17. Ahora se trata, para las clases hegemónicas, de sustituir “funcionarios”, comenzando por Temer, y substituir el comando del proceso de las reformas por “funcionarios” menos involucrados en el sistema tradicional de adquisición y control de poder político por las clases hegemónicas, minoritarias al extremo (caja 2, compra de votos, coimas a partidos y a personas, nombramientos en la Administración, liberación de fondos)
 
18. La decisión de separar a Michel Temer frente a grabaciones difíciles de refutar ya fue tomada por las clases hegemónicas, como revela el editorial de primera página del periódico O Globo y, por lo tanto, del sistema Globo de comunicación.
 
19. La posición de [los periódicos] Folha de São Paulo y Estado de São Paulo reflejan aun cierta ausencia de consenso, sin embargo, nada significan en términos de impacto ante el poder de la Globo.
 
20. No fue aun decidido por las clases hegemónicas el método de separación y substitución de Michel Temer:
 
– renuncia;
– decisión del Tribunal Supremo Electoral – TSE sobre la fórmula Dilma/Temer;
– proceso del STF.
 
21. Para las clases hegemónicas, la cuestión política esencial es evitar las elecciones directas anticipadas. Así:
 
– el proceso en el STF seria muy largo, y permitiría la movilización popular;
– la decisión del TSE llevaría a elecciones directas, sobre lo que hay dudas;
– la solución más viable y más útil por el momento seria negociar con Temer su renuncia, la “recompensa” por los servicios prestados y su inmunidad.
 
22. Tampoco fue resuelta aun la cuestión del sucesor de Temer, pero el PSDB se prepara para asumir el poder y el PMDB a resistir.
 
23. En las elecciones indirectas los candidatos más probables serían Tasso Jereissati, por el PSDB, y Nelson Jobim, por el PMDB.
 
24. Los objetivos estratégicos de las clases hegemónicas, que orientan y controlan sus “funcionarios” en el sistema político, continúan siendo los mismos:
 
– acelerar la aprobación de las “reformas” ultra neoliberales;
– desmoralizar a Lula y al PT;
– “construir” un candidato “gestor”, apolítico, como João Doria [actual alcalde de Sao Paulo], para las elecciones de 2018.
 
25. La operación de la PGR/PF sirvió para excluir otro candidato “político” como Aécio Neves, pues Serra ya está excluido en la práctica y Alckmin [actual gobernador de Sao Paulo] será “excluido” por Doria.
 
26. Estas clases hegemónicas cuentan que incluso con la victoria de Lula en elecciones directas, este se encontrará maniatado por la EC95.
 
27. Cuanto más pronto Michel Temer deje el poder peor será para la oposición pues su salida acelerará la aprobación de las “reformas”.
 
28. Lo que interesa ahora es retardar la salida de Temer, debilitándolo y dificultar y atrasar lo más posible la aprobación de las “reformas”.
 
29. La lucha por las [elecciones] Directas Ya es fundamental para movilizar la militancia y concientizar a la población de los efectos de esas “reformas”.
 
30. Realismo: la caída inmediata de Temer atiende a los intereses de las clases hegemónicas así como ocurrió con la de Eduardo Cunha de la Presidencia de la Cámara de Diputados.
 
*Escritor, político y diplomatico brasileño. Durante el gobierno de Lula fuee secretario general del Ministério de Relaciones Exteriores y Ministro Jefe de la Secretaria de Asuntos Estratégicos de la Presidência. Docente de la Universidade de Brasilia y del Instituto Rio Branco de la Cancillería. Autor de los libros Quinhentos anos de periferia  y Desafios brasileiros na era dos gigantes.Publicado poor Brasil de Fato. Traducción: Pilar Troya

Desde la izquierda, cuatro puntos sobre la coyuntura brasileña

Valério Arcary|

1. Se abrió una nueva coyuntura en la última semana. Ella fue precipitada por una división seria en la clase dominante. En el plano inmediato, más táctico, están aquellos que ya defienden que la caída de Temer es inevitable, y tendrá un costo inferior a su permanencia para el destino de las reformas laboral y previsional. Otra fracción todavía duda, porque teme que la destitución por el TSE (Tribunal Superior Electoral), una renuncia, o impeachment, sean fatales para el futuro de las reformas. Recelan que la derrumbada de Temer subvierta la continuidad de la agenda reaccionaria que permitió formar el bloque que se articuló para hacer el impeachment de Dilma, un años atrás, y practicar la política de choque por las reformas.

Las dos fracciones tienen mucho miedo de que no sea posible elegir por segunda vez, un presidente en el Congreso Nacional con un mínimo de de legitimidad. Pero estos dos bloques expresan diferencias, también, más estratégicas. Una fracción defiende la iniciativa del Ministerio Público, de la Policía Federal, y de parcela judicial que, a través de la Lava Jato, desde 2014, hace tres años, decidió abrazar un programa de reforma política, en especial de reforma del sistema partidario, erguido en los últimos treinta años, desde el fin de la dictadura militar. Perciben que este sistema partidario es anacrónico, atrasado, obsoleto, corrupto y pasó a ser disfuncional. En primerísimo lugar, porque los grandes partidos son todos financiados, ilegalmente, por las grandes corporaciones. La otra fracción resiste, porque teme las consecuencias de un desmoronamiento abrupto del sistema. Ambos bloques son reaccionarios.

Ninguno de ellos merece apoyo alguno. Alianzas con cualquiera de estos dos bloques serán fatales para la izquierda brasilera. Hay que explotar las posibilidades abiertas por la división de los enemigos, pero marchar de forma independiente. Eso significa demandar el Fuera Temer, pero también, un Fuera a las contrarreformas laboral y previsional, y denunciar los planes de un golpe dentro del golpe, que sería la elección indirecta de un nuevo presidente por este Congreso Nacional. Los métodos de lucha son, también, importantes. Una nueva huelga general debe comenzar a prepararse, inmediatamente, a partir del Ocupa Brasília de este miércoles 24 de mayo. Somos socialistas, no “huelga-cultores”. Pero la Huelga General para derribar a Temer se impone como el próximo paso para que la clase trabajadora gane confianza en sus propias fuerzas como sujeto social que abre el camino.

2. Ya había ocurrido una inflexión favorable en la relación social de fuerzas entre las clases luego de la huelga general del 28 de abril. La entrada en escena de los grandes batallones de la clase trabajadora organizada confirmó que la mayoría de la población había concluido que las reformas laboral y previsional eran inaceptables, y se oponía a las reformas del gobierno Temer. La revelación todavía parcial del contenido escandaloso de la delación premiada, parece estar produciendo una conmoción positiva de muchos millones de trabajadores. Las camadas medias parecen estar perplejas. Es posible que franjas de la clase media se vuelquen al campo del Fuera Temer, lo que sería muy positivo.

Ahora lo que está en jaque no son solamente las reformas, sino la propia continuidad del gobierno Temer. Ocurre que esta dinámica todavía es lenta, como se confirmó en las primeras manifestaciones, esencialmente, de una vanguardia joven muy combativa, en la última semana. Por tanto, el cambio en la coyuntura no permite concluir que estamos en una situación revolucionaria. No existe situación revolucionaria, sin disposición revolucionaria de lucha entre los trabajadores. Esta disposición, infelizmente, todavía no está madura. Lo que estamos viviendo no autoriza analogías apresuradas con la situación de 2001/02 en Argentina. No se trata de un “argentinazo” en cámara lenta. El gobierno Temer agoniza, es verdad. Quien gobierna, aunque poco, es Henrique Meirelles (NdT: actual ministro de economía, fue presidente del Banco Central en el primer gobierno Lula) Pensar que estaríamos, de alguna manera, en la inminencia de una crisis de régimen que puede colocar, desde el punto de vista de los intereses de la clase trabajadora, la perspectiva de lucha directa por el poder es una ilusión muy peligrosa porque la tendencia sería colocar al movimiento tareas que no puede cumplir, por tanto, precipitar acciones aventureras. Aprendamos las lecciones de las Jornadas abiertas en Junio de 2013. Acciones aventureras fueron responsables para el aislamiento y reflujo después de febrero de 2014.

3. El movimiento de resistencia de los trabajadores y de la juventud vino acumulando fuerzas, en el contexto de una situación defensiva, desde el fin del año pasado. Pero puede dar un salto en calidad, en función de las fisuras en la burguesía, y la división de la clase media. Pero todavía no este salto en calidad. No nos engañemos, el papel del PT y del PcdB en este proceso será decisivo. A pesar de estar desgastados por la crisis de las coimas, el PT y Lula todavía tienen influencia de masas. No estaba en sus planes derrotar las reformas, ni mucho menos intentar derribar a Temer. Su estrategia era desgastar al gobierno en función de las elecciones del años que viene, con la fórmula Lula 2018. Pero es innegable que el frente único construido a partir de la convocatoria de la huelga general por las centrales sindicales, aliadas a los movimientos sociales, fue indispensable para el éxito del 28 de Abril. Ahora el PT y la CUT se reposicionaron a la izquierda, una señal que están sintiendo la presión social.

Sin una nueva huelga general, mayor y más poderosa, no será posible que la fuerza social de los trabajadores se manifieste, plenamente, como un sujeto social independiente, ante los dos bloques burgueses en disputa. El papel del Frente Pueblo Sin Miedo, en especial, ha sido muy progresivo, porque destaca la denuncia de los dos bloques de la clase dominante, y asumió la defensa simultánea del Fuera Temer, del Fuera las reformas, de las Directas Ya para la presidencia y de las elecciones generales. Mantener una política de construcción del frente único con un programa de emergencia ante la crisis es vital. El momento todavía incierto de la lucha para derribar a Temer, abre la necesidad de que la CSP/Conlutas se presente como una Central Sindical y Popular engajada en la lucha por el Frente Único llamando a la Huelga General sin vacilación, pero también sin ultimatismos

4. La importancia del papel de la izquierda socialista no debe ser subestimada. Debemos ser conscientes que la disputa política en curso tiene sus ritmos. Estamos en un momento en que lo decisivo es ampliar la fuerza social del Fuera Temer, pero al mismo tiempo construir un bloque político contra las elecciones indirectas. Defender las Directas Ya no es capitular a una “salida electoral” en los límites de la democracia liberal burguesa. Defender Directas Ya significa decir no a la política de la fracción burguesa que ya se dice Fuera Temer, pero quiere que el Congreso Nacional decida quién debe gobernar. Estamos por un gobierno de los trabajadores y del pueblo, evidentemente. Pero todavía no tenemos las fuerzas acumuladas para luchar por el poder. Por eso, todavía no surgieron siquiera organismos de base que expresen el frente único. No hay Consejos Populares, ni embriones de Poder Popular, a no ser como propuestas literarias. No estamos en una situación revolucionaria.

Lo que podemos es impedir que la burguesía consiga gobernar. Eso no secundario. Porque si la clase dominante logra arbitrar sus diferencias, la ofensiva de las reformas laboral y previsional volverá con una fuerza total. Podemos y debemos demandar elecciones generales, esto es, agitar por la disolución del Congreso Nacional. Queremos que se forme un Frente de la Izquierda Socialista con un programa anticapitalista, que sería la referencia de un tercer campo político, contra los bloques burgueses y, simultáneamente, contra el lulismo. El PSOL tiene un lugar especial en la formación de este Frente – porque él debe indicar quien deberá ser el portavoz de esta candidatura – para la deben ser convocados todos los partidos y organizaciones de la izquierda radical. Pero es fundamental a popularizar un programa.

*Militante del Movimiento por una Alternativa Independiente y Socialista (MAIS). Publicado en Esquerda Online