Juega la dama


Luis Bruschtein | 

Circula por las redes: no hay nada más aburrido en una cita que la otra parte se la pase hablando del ex o de la ex. La metáfora no habla de coqueteos sino de una campaña donde el que gobierna desde hace un año y medio trata por todos los medios que el único tema de debate sea lo que hizo el gobierno anterior. Hablar de la ex es aburrido, los medios y los periodistas oficialistas son aburridos, se repiten, se descubren interesados y parciales, pierden impacto. Estos medios hacen lo que quiere el gobierno, hablar y hablar de la ex, de la pesada herencia y de supuestas corrupciones cuyo efecto en el ciudadano se disipa cada vez más cuando pasa el tiempo y puede entrever datos reales entre el griterío y el denuncismo.

Cristina Kirchner está en el centro de la política en este año electoral y ni siquiera se anuncia como candidata. Está en el centro para el oficialismo que no quiere que se hable del desastre económico y de los problemas graves y actuales de las personas. Y está en el centro de la oposición, incluyendo al PJ kirchnerista y no kirchnerista, que esperan una definición de la ex presidenta para realinearse. Esta gravitación la pone por encima de las encuestas y en un lugar estratégico del escenario argentino porque incide en todos los rincones de la política. En gran medida también la puso allí el mismo oficialismo que habla todo el tiempo de ella para polarizar. Y lo logra pero al mismo tiempo le da una proyección que ni siquiera le asignan al liderazgo de Macri que, en contraposición, aparece mediocre y gris y cuya sombra sólo cubre a seguidores y partidarios.

La entrevista del jueves a la noche a Cristina Kirchner por C5N planchó el protagonismo del gobierno en los actos del 25 de Mayo y el lanzamiento de la fórmula del Frente Renovador, con Sergio Massa y Margarita Stolbizer. En las respuestas de Cristina Kirchner sobrevolaron varias veces las palabras del arzobispo de Buenos Aires en el Tedeum al que asistió Macri: “la inequidad genera violencia”. Apareció como preocupación y advertencia, porque, en su enfoque, para evitar esa violencia hay que frenar el ajuste del neoliberalismo.

Cristina Kirchner generó una convocatoria televisiva inédita para un canal de cable que además fue seguido por cien mil personas por Internet. No se mostró consejera ni opinadora, sino como política activa, una persona que está dispuesta a jugar un papel en la política. Y en un año electoral, eso significa que piensa en candidaturas, en los momentos y en los contextos de una campaña que puede ser decisiva.

“Hay que hablar más de los problemas de la gente que de las internas de los políticos”. Sea candidata o no, es evidente que está hablando de los ejes de la campaña del Frente para la Victoria. El margen para hablar del presente es muy chico para el oficialismo y es poco lo que puede arriesgar sobre el futuro. El macrismo no buscará una elección nacional sino distrital, está condenado a hacer eje en el pasado, en Cristina, en denuncias de corrupción que ya tendría preparadas para la campaña y es probable que las denuncias las haga la artillería mediático judicial del oficialismo para que sus candidatos queden como blancas palomas. Sus dos cabezas de lista en la provincia de Buenos Aires, Esteban Bullrich y Facundo Manes, son poco conocidos y no tienen peso propio. Cambiemos confía en la marca y en la gobernadora María Eugenia Vidal.

Con Cristina en la campaña para el FPV, habrá una elección nacional pero que va a centrarse en el distrito bonaerense donde mantiene una fuerte convocatoria. El eje es el presente, son los problemas de la gente. La ex presidenta marcó algunos de los ejes para “reconstruir la mayoría que frene al ajuste del neoliberalismo”: declarar la emergencia alimentaria, la emergencia laboral, una emergencia tarifaria y una emergencia farmacológica, frente al “aumento irracional e inequitativo de los alimentos, de las tarifas y de los medicamentos y la creciente desocupación”. Reclamó que se legisle para generar controles en toda la cadena de valor en los procesos de comercialización. “El Estado tiene que intervenir en el mercado para evitar los abusos”, subrayó. Aclaró que para frenar los abusos “hay que afectar intereses poderosos” y las leyes de emergencia son para proteger a esas medidas de ofensivas judiciales de los afectados.

Y puso eje en otros dos temas: la deuda externa y los jubilados. “Tiene que haber una ley de revisión o de auditoría de la deuda” propuso. En sólo un año la deuda se elevó a 94 mil millones de pesos y toda esa plata “no fue a la producción ni a infraestructura, no produjo un solo peso, ¿adónde fue?: se fue a tapar déficit, a la timba financiera con las Lebac o se fugó al exterior. Y en poco tiempo se convertirá otra vez en una carga insoportable”. La ex presidenta explicó que deuda y jubilados van juntos, porque del único lado donde se puede sacar plata para pagar la deuda es de la caja de los jubilados. “Ya pasó así en experiencias anteriores, y después de octubre habrá un fuerte ajuste a las jubilaciones” advirtió.

En la entrevista, Cristina Kirchner desarrolló de hecho un programa de cinco o seis puntos para “reconstruir la unidad del campo nacional, popular y democrático”. La ex presidenta condenó la “estafa electoral” de Cambiemos, que hizo “todo lo contrario de lo que prometió”, pero no ocultó su malestar con los legisladores de su propia fuerza que votaron varias de las leyes que fueron consolidando las políticas del oficialismo, desde el pago a los buitres y el híperendeudamiento, hasta las designaciones de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz en la Corte.

El kirchnerismo no quiere llegar con las manos vacías al Congreso, y quedar inerme ante la iniciativa del gobierno, como sucedió desde que asumió Mauricio Macri. Busca acceder al Congreso con un programa mínimo de acción que se resume en esos cinco a seis puntos que involucran problemáticas angustiantes para los sectores más vulnerables como la estabilidad laboral, el precio de los alimentos, de las tarifas y de los medicamentos y las jubilaciones. Esos planteos abarcan un universo muy amplio de la sociedad.

Cristina Kirchner reflejó el descontento extendido en el kirchnerismo y en otros sectores del PJ hacia los legisladores que acompañaron las propuestas del oficialismo. “Muchos le tienen miedo al carpetazo, a las tapas de Clarín. Necesitamos candidatos que no les tengan miedo” fue otra de las respuestas que también impactan en el armado de listas y que expresa el malestar de los legisladores que se mantuvieron en los lineamientos del bloque. Es una discusión que se plantea y genera roces en las reuniones con los intendentes y las fuerzas sindicales y que apunta a los que decidieron “facilitarle la gobernabilidad” a Macri, pero que así quedaron comprometidos con la grave crisis económica que generó el gobierno en apenas un año y medio.

A lo largo de esa entrevista con Cristina Kirchner se entrevió a una dirigente que está dispuesta a ser candidata aunque es probable que aún no lo haya decidido. No quiere PASO y dio el ejemplo de que ninguna otra fuerza tendrá una puja interna porque todos coinciden en que debilita a las candidaturas. El ejemplo más claro que dio fue el rechazo de Cambiemos a realizar una interna en la CABA, al punto de obligar a uno de sus aliados a presentar la candidatura de Martín Lousteau por fuera de la alianza con el PRO. “Yo nunca podría hacer campaña para criticar a alguien que fue ministro durante los ocho años de mi gobierno”, sentenció pero quedó en el aire una sensación positiva a una fórmula de unidad con Florencio Randazzo.

A lo largo de la hora y media, Cristina Kirchner defendió a su gobierno e incluso se refirió lateralmente a las denuncias en su contra. Pero dedicó la mayor parte de sus respuestas a desarrollar los puntos de compromiso para una convocatoria que logre “reconstruir la mayoría que le ponga un freno al ajuste neoliberal”. Con esos puntos que diseñan la futura tarea legislativa trata sacar de la parálisis al bloque del FPV y preservarlo de candidatos que una vez elegidos lo resquebrajen en las votaciones como sucedió a lo largo de este año y medio. Plantea estos puntos también como eje de unidad para evitar las PASO. Al final de ese camino está la decisión por su candidatura.