Stelling: ¿Atrapados sin salida?/ Haddad: Interpretar el abandono/ Díaz Rangel: Zamora 200/ Barreto: ¿Recoger firmas?

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Maryclen Stelling|
Gran parte de la ciudadanía -ese altísimo porcentaje que se resguarda, guarece y ampara en el centro político- le ha conferido un nuevo significado a la guarimba en cuanto espacio de sobrevivencia, convivencia y resistencia pacífica. Y aun cuando se centran en su universo privado y en su cotidianidad, ello no significa que han perdido conexión con el medio externo, con la realidad económica, política y trasnmediática del país.

Por el contrario, el hecho de lidiar con la crisis multidimensional los reafirma en su posición, con lo cual conforman una suerte de solución de continuidad que desdibuja las fronteras políticas y refuerza la despolitización a la espera de una salida mesiánica.

Ajenos a ese panorama, los grupos políticos se pierden en sus propias agendas, se distraen en el egoísmo, desprecio y odio del adversario y priman las comunicaciones de orden bélico, suerte de partes de guerra de uno y otro bando. En consecuencia, se exacerba el clima de confrontación y los medios, con escasas excepciones, se radicalizan en su función informativa.

El diálogo pasa a segundo plano. El Psuv, en oposición a la MUD, afirma mantenerse en la mesa. El Vaticano aboga por la ruta del diálogo y solicita a Gobierno y oposición “gestos valientes” para que “las consecuencias de la crisis política, social y económica” dejen de pesar “sobre la población civil”. En paralelo, voceros de la Iglesia venezolana, aferrados a su agenda política, aseveran que “aquí hay una conspiración contra todos los venezolanos” y ponen en duda la participación de la Santa Sede en el diálogo. Portavoz del Gobierno devuelve la pelota y afirma que la cúpula de la Iglesia conspira contra el diálogo.

El estreno de Julio Borges, más la declaración de “abandono de cargo” del Jefe del Estado, potencian el conflicto de poderes y desnudan las diferencias internas de la oposición. El TSJ declara nulos actos de la AN por desacato y reitera que no tiene facultad para destituir al Presidente, quien entregará su memoria y cuenta al Poder Judicial.

Se descose la MUD y afloran las “individualidades”: deslinde de la decisión parlamentaria; marcha a Miraflores el 23-E; elecciones generales, presidenciales; sacar al dictador… En la otra acera: Presidente en ejercicio, cambio de Gabinete, Comando Antigolpe y cerco a la AN.

Agendas, que, cual trampas mortales, atrapan sin salidas aparentes.


Interpretar el abandono

Beltrán Haddad| Utilizar la semejanza para la interpretación en el mundo político o en lo jurídico no es usual y es complicado. La expresión constitucional “el abandono del cargo” acaba de entrar en el juego de las interpretaciones. Se ha dicho en filosofía que la primera sospecha que despierta el lenguaje es que no dice exactamente lo que dice, y ahí está el problema. Una interpretación puede ser a conveniencia, puede ser caprichosa y puede también entrar en un conflicto de interpretaciones que pone en juego el mundo de las subjetividades.

Pues bien, si apartamos a un lado esa ficción de abandono que hizo la mayoría opositora de la Asamblea Nacional para salir de Maduro, el abandono del cargo a que hace referencia el artículo 233 de la Constitución no es otra cosa que dejar voluntariamente la presidencia de la República. En este caso, nadie puede obligar a un presidente a abandonar su cargo, a no ser que lo haga por la fuerza de un golpe de Estado; pero no así, bajo una ficción o un decir extravagante. Sin menospreciar la creación de la mayoría opositora de la Asamblea Nacional, aquello fue una patada de burro.

Utilizar la semejanza para la interpretación en el mundo político o en lo jurídico no es usual y es complicado. Podría ser en el campo de la filosofía. Allá por 1964, Michel Foucault decía que cada cultura ha tenido su sistema de interpretación y señalaba que en el siglo XVI la semejanza daba lugar a la interpretación, pero esa técnica fue abandonada. En el siglo XIX, Marx, Nietzsche y Freud nos ponen en presencia de nuevas técnicas.

Partiendo de esos tres grandes, Foucault indica que la interpretación se encuentra ante la obligación de interpretarse ella misma al infinito, de proseguirse siempre. Fíjense en que hago referencia al sentido moderno de la interpretación en la lectura foucaultiana, pero las cosas cambian en el ámbito del derecho porque nos movemos en un mundo de prohibiciones y mandatos dentro de una hermenéutica jurídica.

Eso explica que el artículo 335 de la Constitución establece que el Tribunal Supremo de Justicia es el máximo y último intérprete de esta Constitución. Entonces, interpretar el abandono del cargo es tarea de la Sala Constitucional del TSJ y ello obedece a que vivimos un Estado constitucional de derecho con garantía jurisdiccional donde la Constitución, las leyes, la legalidad misma y los poderes se interpretan en el espíritu de la Constitución y no del legislador o de cualquier profano emprendedor

Zamora 200
Eleazar Díaz Rangel -Últimas Noticias| Mientras Julio Borges insiste en llamar a la Fuerza Armada a rebelarse (mi mamá siempre me decía “a palabras necias, oídos sordos”), y el presidente Obama prolongaba la vigencia del decreto suyo que declara a Venezuela amenaza a la seguridad de Estados Unidos, ¡imagínense lo que eso significa!, los ejercicios de acción integral Zamora 200 debieron desarrollarse ayer exitosamente en una nueva demostración de la unidad cívico-militar como no la hubo nunca en Venezuela.

Ni siquiera en los años de la “gloriosa revolución de octubre”, de la cual Betancourt decía que “en el gobierno de la revolución no se sabe dónde comienza el paltó del civil y comienza la guerrera del oficial”. Palabras en un esfuerzo por halagar a los militares.

Esa unidad viene consolidándose desde los momentos más difíciles, cuando, por ejemplo, oficiales activos exhortaban desde la plaza Altamira a sus unidades a sumarse a la rebelión. Ni un pelotón lograron atraer, siendo una situación complicada del Gobierno.

La política de Chávez fue eficiente en crear conciencia en la institución armada, en su oficialidad, suboficiales y en la tropa, que la han hecho invulnerable a esos llamamientos.

El sábado escuché una interesante intervención de Freddy Bernal sobre el importante papel que debían estar jugando los Clap en estos ejercicios, e incluso con ideas para el debate con los militares. Seguidamente, escuché a cinco generales en Bolívar, considerada Guayana como zona estratégica. Fueron convincentes y novedosos en las informaciones que suministraron sobre el apresto para la defensa integral de esa región, incluida la fuerza antiaérea misilística. Pero me extrañó que en ninguna de esas intervenciones se aludiera a la participación de los Clap.

Por lo visto y escuchado, quedó evidente la unidad interna de la Fuerza Armada, blindada a los llamamientos, abiertos o solapados, de rebelarse, y de unidad con las fuerzas populares organizadas, del pueblo, razón por la cual es justo afirmar que la unidad cívico-militar salió fortalecida.

Debieron leer la última declaración de la Conferencia Episcopal, donde pide que debe ser reformado el formato del diálogo, y observarán que es exactamente lo mismo que está pidiendo la MUD. Tampoco ahora puede decirse que son simples coincidencias.

 

Juan Barreto: Cuidado con recoger firmas

Juan Barreto, dirigenbte del partido Redes, afirmó en valencia que “El TSJ quiere medir a todos los partidos con el mismo rasero, y ponerlos a recoger firmas, la democracia no puede ser sustituida por un medida administrativa eso sería sustituir el calor del pueblo por la frialdad de las oficinas y suponer que una actividad administrativa sustituye un proceso democrático, la existencia de un partido no tiene que ver con la cantidad de personas que militen en él”

“Si así fuese no hubiesen existido partidos como el PCV, la Liga Socialista porque los partidos representan es a una corriente política indistintamente del número de sus integrantes, el TSJ está sustituyendo el derecho histórico que tienen los partidos políticos de existir, imponiendo condiciones leoninas, como lo es que nuestros militantes deben firmar y colocar su huella en las oficinas regionales del Consejo Electoral, en un lapso determinado de tiempo”.

Al respecto, Barreto estima que “es una estrategia para suspender o retrasar las elecciones porque de esta manera los partidos minoritarios serían eliminados y no habría organizaciones políticas para ir a las mismas, el Consejo Electoral está en mora con las elecciones, porque no han cumplido con los lapsos para legalizar los partidos”.

De igual manera, el licenciado Barreto dijo que “el Partido Redes se sumó en las pasadas elecciones de diputados a las candidaturas propuestas por el PSUV, siempre hemos votado a su favor, pero cuando a ellos les toca votar por nosotros no lo hacen, en esta oportunidad nuestro vocero del Estado Carabobo, Jaime Torres, logró la presidencia del Concejo Municipal Bolivariano de Valencia con el apoyo de diversos factores y no la totalidad de los votos de nuestros camaradas de la tolda roja, es por ello que venimos a respaldarlo y felicitarlo”.

Durante su intervención el vocero nacional de Redes indicó que “entre las medidas económicas que sugerimos debe tomar el gobierno nacional es continuar la propuesta de la política monetaria que tenía el presidente Hugo Chávez, la cual consistía en crear un cono monetario con un valor intrínseco en oro-petróleo, que consiste en crear una media estadística entre las bajadas y subidas del precio oro y las subidas y bajadas del precio del petróleo, certificar nuestras reservas de oro y de petróleo, establecer una media en la producción y en esta base establecer el valor de nuestra moneda, rompiendo la dependencia con el dólar, nosotros le decimos a nuestro presidente Nicolás Maduro ‘coja para allá compadre que le va a ir bien’”.

Añadió Juan Barreto, que “proponemos que en vez de colocar casas de cambio en la frontera, Venezuela suspenda el acuerdo cambiario con Colombia que permite la libre intercambiabilidad de la moneda en los límites de ambos países, para eliminar los efectos que estas casas cambiarias generan, por lo menos durante seis meses y evitaríamos estar eliminando el valor de nuestro billetes”