Para el renacimiento de la política revolucionaria

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Reinaldo Iturriza* – El Otro Saber y Poder

Con base en las lecciones políticas aprendidas durante la intensa etapa que va desde la muerte del comandante Chávez, el 5 de marzo de 2013, hasta la derrota electoral del 6 de diciembre de 2015, van las siguientes hipótesis de trabajo que, eventualmente, pudieran traducirse en líneas para la acción.

1. Para que se produzca el renacimiento de la revolución bolivariana habrá de producirse el rescate de los consejos comunales. Rescatarlos quiere decir: reivindicarlos, fortalecerlos y multiplicarlos.

2. Los consejos comunales no son, por supuesto, el único espacio de militancia revolucionaria, ni es deseable que así sea. Pero constituyen el espacio primario para el ejercicio de la democracia participativa y protagónica. Los consejos comunales son un espacio hecho a la medida del sujeto político que da origen a la revolución bolivariana.

3. Los consejos comunales son espacios para el común, para el ejercicio de la política entendida como política de los iguales. Tal política es protagonizada por el chavismo. El chavismo es un sujeto que comparte no sólo un origen predominante de clase, sino la experiencia común de la politización. El chavismo está hecho, fundamentalmente, de enormes contingentes de hombres y mujeres de las clases populares, casi todos sin experiencia previa de militancia política, que decidieron rebelarse contra la democracia representativa. Incluso antes de reconocerse como tal, el chavismo se incorpora a la política en el acto de rebelarse. Es un sujeto político exuberante, plural, desprejuiciado, sin ataduras ideológicas, de carácter radicalmente democrático, igualitarista, anti-oligárquico y, eventualmente, anti-capitalista.

4. Chávez no promueve la creación de los consejos comunales para nivelar por debajo, sino para incorporar a los de abajo, para garantizarles un espacio. No lo hace para domesticar al chavismo, sino porque lo reconoce como un sujeto que apunta en la dirección de la construcción de otra política. Chávez identifica en el chavismo un espíritu difícil de conformarse con formas más tradicionales de participación política.

5. Tal vez sean los aportes más importantes del pueblo venezolano, de Chávez y de la revolución bolivariana, a la filosofía política, a la milenaria tradición de luchas de los pueblos por su liberación, a la emergencia de una cultura política emancipatoria para el siglo XXI: a) la política entendida como una política de los iguales; b) los consejos comunales como espacios para el ejercicio de esta política; y c) las Comunas, entendidas no sólo como la agregación de consejos comunales, sino también como expresión de una nueva cultura política. No en balde, las Comunas serán el tema central del último de los discursos programáticos del comandante Chávez: el Golpe de Timón.

6. Los consejos comunales constituyen, igualmente, el espacio primario para la construcción de hegemonía democrática y popular, incorporando, sumando a los que piensan distinto, incluso a los opuestos, para plantear y resolver problemas comunes.

7. Nuestra progresiva retirada de los consejos comunales es signo inequívoco de la burocratización de la revolución bolivariana.

8. Otro signo inequívoco del mismo fenómeno es el creciente malestar de la burocracia política por su manifiesta incapacidad para “controlar” los consejos comunales. El problema es que para alcanzar su objetivo debe dedicarle tiempo y esfuerzo a hacer política en el territorio. Ha pasado mucho desde que dejó de hacerlo.

9. Lo más retrasado de la burocracia política ni siquiera se plantea como dilema ético su exigencia de amañar, incluso, elecciones de consejos comunales, cuando otras maniobras no le han sido suficientes, con tal de “controlarlos”. Promueve, de esta forma, el aniquilamiento de la democracia participativa y protagónica.

10. Luego del III Congreso del PSUV, celebrado a finales de julio de 2014, los consejos comunales pierden su centralidad como espacio para el despliegue de la política revolucionaria, y su lugar pasa a ser ocupado por las Unidades Bolívar Chávez (UBCH), que de hecho son incluidas en los estatutos del partido, y definidas como “organización esencial y base de articulación de las patrullas socialistas para la ejecución coordinada de los planes de acción política y social en un radio de acción determinado” (artículo 22). El “Acta de Decisiones”, documento que recoge las conclusiones del Congreso, no menciona a los consejos comunales. Las Comunas sólo son referidas de manera genérica (punto 12), pero no se definen criterios de actuación de las UBCH en estos espacios.

11. La trayectoria es clara: el partido se retira progresivamente del territorio para refugiarse en sí mismo. Por un lado, abandona el espacio para el ejercicio de la política entre iguales, despolitizando la relación entre las partes, que pasan a ser “benefactor” y “cliente”. Por otro lado, el abandono del espacio para la construcción de hegemonía popular y democrática se traducirá no sólo en la incapacidad para ensanchar la base social de apoyo a la revolución, sino en desafiliación política.

12. La burocracia política instigará el conflicto entre consejos comunales, Comunas y UBCH. Irónicamente, se trata casi siempre de los mismos individuos: el vocero del consejo comunal, el parlamentario de la Comuna y el integrante de la UBCH, sólo que jalonados por lógicas antagónicas: la lógica democrática participativa versus la lógica del “beneficio”. El burócrata político intentará imponer la idea de que es posible (incluso deseable) prescindir de la primera para acceder al segundo.

13. ¿Consejos comunales y Comunas están exentos del riesgo de sucumbir a la lógica clientelar? En lo absoluto. No idealicemos ningún espacio. La cuestión es: justamente porque el riesgo es permanente, el partido tendría que actuar permanentemente en el territorio, como anticuerpo, como agente dinamizador de la política revolucionaria, participativa y protagónica, y jamás como su sepulturero.

14. ¿Acaso las UBCH no pueden funcionar de acuerdo a la lógica democrática participativa? Por supuesto que sí. De hecho, muchos jefes de UBCH ejercen un liderazgo genuino en sus territorios. El problema radica en la decisión política que faculta a las UBCH para la asignación de “beneficios” a la población, tomada en algún momento después del III Congreso del PSUV, violando un principio básico de la política revolucionaria: el “principio electoral”. Adecuado a nuestras circunstancias, la traducción de tal principio sería la siguiente: nuestra militancia partidista entraña una responsabilidad, no un privilegio; nuestra militancia partidista no nos hace “beneficiarios” ni “benefactores” de nada ni de nadie.

15. Lléguese hasta las últimas consecuencias de la entronización de esta lógica clientelar, y no será complicado identificar algunas de las principales causas de nuestra derrota el 6D. Contra ella se ha rebelado el “chavismo de corazón”.

16. El “chavismo de corazón” es un concepto que traduce una cierta sensibilidad popular en los días inmediatamente posteriores al 6D; expresa la forma como una parte del chavismo metaboliza el fracaso, lo hace soportable, inteligible, antes de convertirlo en desafío político. No es un invento que obedece al interés de cualquiera, acaso un optimista empedernido o un iluso sin remedio, por poetizar la derrota, minimizándola. Es la forma como se autodefinen muchos de quienes rechazan la imposición del clientelismo como forma de relación política. Lo que hay que saber percibir es cómo este “chavismo de corazón” antepone lo inmaterial a lo material. Llámele usted como prefiera. Antes solía llamársele conciencia.

17. En los primeros años de revolución bolivariana el comandante Chávez trazaba una línea que iba de la revolución política (o refundación de la república) a la revolución económica. Si el antichavismo global, y no sólo el vernáculo, presiona por todos los medios posibles para que la férrea disputa sobre la política económica se resuelva a su favor, es en parte porque cree consumada la contrarrevolución política, por lo que sólo bastaría este último zarpazo.

18. El abandono de los espacios que garantizan el ejercicio de la democracia participativa y protagónica, la neutralización de su potencial transformador, preparan el terreno a la contrarrevolución política. Estamos obligados a conjurar la aparición de Comunas de papel. Pero más obligados estamos a combatir, con apasionamiento, a los que sólo son capaces de ver Comunas de papel por todas partes.

19. Acaso los mismos agentes de la contrarrevolución política estén pugnando hoy por nuestra claudicación en lo que se refiere a política económica.

20. Hablando de agendas funcionales a las fuerzas contrarias a la revolución: no olvidar la centralidad otorgada por el antichavismo a la crítica de los consejos comunales. En 2012, durante la campaña electoral presidencial, intentaron socavar el “liderazgo moral” del chavismo disparando contra el “enchufado”. Hoy, cuando tantos de nosotros hemos naturalizado el uso del lenguaje que se emplea en filas contrarrevolucionarias, y cuando menospreciamos la importancia estratégica de los consejos comunales, bien haríamos releyendo el Golpe de Timón como una respuesta, por qué no, frente a aquellos ataques. Sin consejos comunales no hay Comuna. Y bien sabemos que es Comuna o nada.

* Ex ministro de Cultura y de Comunas de Venezuela