Sociedad civil excluida de las negociaciones climáticas de la ONU

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Thalif Deen-IPS
Un exsecretario general de la ONU declaró el mayor de los elogios por la labor de la sociedad civil cuando dijo que las organizaciones no gubernamentales (ONG) eran la “tercera superpotencia” mundial, después de Estados Unidos y Rusia. Aun así, a pesar del peso político que tienen, las ONG siguen siendo excluidas todos los años de la reunión cumbre que jefes de Estado y de gobierno mantienen durante dos semanas  en septiembre en el edificio de la Secretaría del foro mundial en Nueva York.
El pase que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) entrega a las ONG no es válido durante la cumbre anual de septiembre. Los agentes de seguridad de la organización ni siquiera permiten que los activistas crucen la calle para aprovechar la sombra del edificio del foro mundial. La cumbre de este año no fue la excepción. La ONU impuso las mismas restricciones a las ONG esgrimiendo “razones de seguridad” ya que, según afirma, no está en condiciones de lidiar con miles de grupos de la sociedad civil congregados para estas reuniones, cuando el vecindario del foro mundial se convierte prácticamente en una zona de combate, pero sin derramamiento de sangre.
Una vez más, en los últimos días se les prohibió a los grupos de la sociedad civil la asistencia como “observadores”, durante la reciente ronda de negociaciones de la ONU sobre el cambio climático, celebrada en la ciudad alemana de Bonn. Las conversaciones que concluyeron el día 23 en Bonn fueron las últimas negociaciones sobre el clima antes de la 21 Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre para aprobar el tratado definitivo.
La prohibición llevó a que más de 170 organizaciones de la sociedad civil condenaran la decisión de excluir a los observadores de las negociaciones climáticas. Los activistas temen que se les excluya también de la COP21. Gita Parihar, la directora jurídica de Amigos de la Tierra para Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte, dijo que los observadores de la sociedad civil se reunirán con el presidente francés de la COP21 para entregarle una declaración de más de 170 organizaciones en la que exigen su plena participación en las negociaciones sobre el clima. “Todos los países deben unirse al mundo en desarrollo para asegurar nuestra legítima participación en París, y la Unión Europea debe cumplir con sus obligaciones legales para hacerlo”, exhortó.
Al vocero adjunto de la ONU, Farhan Haq, se le preguntó el día 22 si el secretario general, Ban Ki-moon, no encuentra lamentable la exclusión de la sociedad civil de la negociación de este mes en Bonn. “Somos conscientes de que en distintos escenarios de negociaciones ha habido reglas diferentes, pero al mismo tiempo lo que el secretario general siempre ha fomentado es la mayor cantidad de acceso posible de la sociedad civil”, respondió. “Esperamos que eso continúe, ya que tienen un papel muy importante que desempeñar para asegurarse de que los gobiernos del mundo tomen el cambio climático, y nuestras consideraciones…, en serio. Así que esperamos una mayor participación”, agregó.
Según fuentes de ONG, Japón se opuso a la presencia de los observadores de la sociedad civil en los grupos donde se desarrollaba la discusión sobre el proyecto de acuerdo. Según Grace Cahill, de ActionAid, Japón fue el único país que se opuso a la participación de las ONG. “En general se piensa que probablemente tenía el respaldo de otros países, como Estados Unidos”, precisó.
Los 134 miembros del Grupo de los 77 países en desarrollo, junto con China y México, se opusieron a la postura de Japón, y resaltaron que las negociaciones deben seguir siendo transparentes y abiertas. “Tenemos poco tiempo para realizar negociaciones muy serias. Cada diplomático sabe que las negociaciones reales no pueden realizarse frente al público… Este no es el momento para el espectáculo, sino para las negociaciones reales”, declaró un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores japonés.
 “Nos preocupa profundamente que Estados Unidos se haya quedado en silencio, mientras que Japón… se opuso con éxito a la participación de la sociedad civil en las negociaciones sobre el clima en Bonn”, expresó Chee Yoke Ling, directora de la Red del Tercer Mundo. “La sociedad civil tiene que estar presente como parte de un proceso abierto y transparente si el mundo ha de lograr un acuerdo justo y ambicioso en estas conversaciones”, añadió.
Anabella Rosemberg, asesora de política climática de la Confederación Sindical Internacional, recordó que la “ONU se creó sobre la base de que los acuerdos secretos son perjudiciales para la democracia”. Los “observadores” en el foro mundial “ni siquiera pedimos nuestro legítimo derecho a hablar, sino… a estar presentes en las primeras discusiones sobre el proyecto de acuerdo de París”, afirmó. “Esta decisión es una bofetada en la cara de quienes creen en la ONU para resolver los problemas mundiales de manera justa. Los trabajadores tienen derecho a saber quiénes están con ellos y quiénes no”, concluyó.