Buitres y lobbista: Dura carta de Cristina a Barack Obama

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Nicolás Lantos- Página 12

Nancy Soderberg fue designada en 2012 en una oficina de desclasificación de información del gobierno norteamericano cuando es una de las caras del American Task Force Argentina, el grupo de presión de los fondos buitre. Barack Obama y Cristina Kirchner volverán a encontrarse dentro de dos semanas en otra cumbre del G-20, en esta ocasión, en Australia.

Los vínculos entre una funcionaria de la Casa Blanca y los fondos buitre que litigan contra la Argentina en tribunales de los Estados Unidos amenazan con generar un conflicto “grave” en las relaciones entre ambos países, según advirtió la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en una carta que envió el jueves a su par Barack Obama, pidiendo explicaciones por el caso. Se trata de Nancy Soderberg, una de las responsables del grupo de presión American Task Force Argentina (ATFA), quien desde enero de 2012 se desempeña además como titular del Public Interest Declassification Board (la Oficina de Desclasificación de Interés Público, PIDB) en Washington.

“Resultaría inadmisible que un cargo ‘clave’ del gobierno de los Estados Unidos, con acceso a información clasificada y vinculaciones directas con el Congreso de los Estados Unidos, sea la misma persona que copreside una entidad dedicada a agredir y difamar en los peores términos a una nación soberana que pretende tener relaciones productivas con su país”, señaló CFK en la misiva. Ambos mandatarios se verán las caras en quince días en Brisbane, Australia, donde se llevará a cabo la cumbre anual de jefes de Estado del G-20.

Aunque en la carta Cristina Kirchner manifiesta su deseo de que “todo esto sea una confusión y se trate simple y felizmente de un caso de homónimos”, está claro que se trata de la misma persona, algo que confirmaron fuentes del gobierno nacional y desde el entorno de Soderberg, según se informó ayer por la tarde. El gobierno de los Estados Unidos no dio una respuesta oficial. De manera extraoficial. voceros explicaban que es cierto que Soderberg ocupa un lugar en el cuerpo, pero que lo hace en representación del sector privado.

La identidad de la funcionaria puede corroborarse comparando el curriculum vitae resumido que publicó la Casa Rosada cuando fue asignada en su cargo y la biografía que figura en la web del ATFA. Ambos resúmenes coinciden punto por punto: su rol a la cabeza de la ONG Connect US Fund, su cargo como profesora en la Universidad de Florida del Norte, sus trabajos como asesora en temas de seguridad y política internacional para el ex presidente Bill Clinton y el ex senador Edward M. Kennedy. Las dos versiones sólo difieren en un detalle. En el sitio del gobierno de Estados Unidos no se menciona el lugar que ocupa Soderberg al frente del ATFA, mientras que en la página de ese grupo de presión nunca aclaran que su copresidenta es funcionaria de la administración federal norteamericana.

La embajadoraar carta a obama

Nancy Soderberg no es una pieza más del vastísimo entramado de la administración estadounidense sino una funcionaria con una larga trayectoria en puestos sensibles. Su historia en Washington comenzó a fines de la década del ochenta y se afianzó en los años posteriores, durante el mandato de Clinton, de quien fue una de las asesoras más importantes en materia de seguridad y política exterior, formó parte del US Security Council y de la representación de los Estados Unidos ante la Organización de Naciones Unidas, con nivel de embajadora. Hasta el día de hoy siguen llamándola por ese cargo.

A pesar de sus orígenes demócratas, durante la década pasada “la embajadora” estrechó lazos con el ex alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, y ocupó distintos cargos públicos y en ONG en esa ciudad, siempre relacionados con seguridad y asuntos exteriores. Para esa época, luego de que el entonces presidente Néstor Kirchner decidiera comenzar a reestructurar la deuda defolteada de Argentina, comenzó a funcionar el AFTA como grupo de presión al servicio de fondos especulativos.

Desde entonces, el AFTA “ha llevado a cabo una campaña difamatoria e injuriosa de proporciones inauditas con el propósito de perjudicar a la República Argentina en beneficio de un puñado de fondos buitre que pretenden obtener ganancias exorbitantes interrumpiendo el derecho soberano a la reestructuración de deuda externa”, denunció Fernández de Kirchner en su carta a Obama. En enero de 2012, cuando el presidente de Estados Unidos designó a Soderberg como funcionaria, ella ya era copresidenta de ese grupo, una de las tres personas más importantes de la organización. “Me siento honrado de que estas personas talentosas hayan decidido unirse a esta administración y servir a nuestro país. Aguardo con interés trabajar con ellas en los meses y años por venir”, dijo Obama durante la asunción de Soderberg y otras tres personas.

“Una cuestión de Estado”

arg buitres1“El modus operandi de ATFA excede largamente las funciones enmarcadas en las actividades aceptables de lobby”, dice la carta de protesta que lleva la firma de la Presidenta, en la que se describe “la agresividad y la bajeza moral de la campaña dirigida por la señora Nancy Soderberg” y se recuerdan “hechos vergonzantes” como “el infame embargo de la Fragata Libertad”, luego anulado por el Tribunal de Derecho del Mar de la ONU.

También recordó el intento de los fondos buitre de “intentar utilizar en su beneficio hechos tan dolorosos como el atentado terrorista contra la mutual judía AMIA”, la instalación de una rata inflable ante la embajada argentina en Washington y el reparto de folletos difamatorios durante sus visitas oficiales a los Estados Unidos. La carta no lo recuerda, pero Soderberg estuvo en Buenos Aires en julio pasado, cuando se reunió con periodistas de medios opositores para hablar en nombre de los buitres.

Para CFK, “estas acciones deleznables se convertirían en una cuestión de Estado si fuesen realizadas por una funcionaria pública”. Además, acusó a Soderberg de interferir en la política argentina “a fin de presionar por cambios de políticas que beneficien a los fondos buitre”, llegando “al extremo de acusar a la Argentina de ser un narco-estado” en un artículo del blog Fact Check Argentina, perteneciente a ATFA. “Si la responsable de dichas acusaciones fuese a su vez funcionaria de su gobierno esperamos tener una clarificación sobre la opinión de Estados Unidos sobre este tema tan importante en la agenda bilateral”, insistió.

Finalmente, la Presidenta concluyó su carta sugiriendo que “el próximo G-20 a realizarse el 15 y 16 de noviembre en Brisbane será una buena oportunidad para trabajar juntos contra los fondos buitre, para fortalecer la reestructuración de deudas soberanas y por la eliminación de las guaridas fiscales”, ya que “terminar con esos problemas es el rol de los líderes nacionales y no puede permitirse que sean manipulados por lobbistas al servicio de personas inescrupulosas”.

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Addendo

El bosque de verdadarg o fondos buitre1

Martín Granovsky| El gobierno argentino parece haber llegado a un diagnóstico, un plan de acción y una decisión diplomática. El diagnóstico sería el siguiente: no hay ninguna chance de que el presidente Barack Obama intervenga a favor de la Argentina en la disputa con los fondos buitre de aquí al final de su mandato, en 2017.

El plan de acción consistiría en interpelar a Obama sin mediaciones diplomáticas y en público. La decisión de política exterior que se desprende de los dos pasos anteriores es dejar registrada la existencia de un conflicto con los Estados Unidos, y ya no sólo con los buitres. El primer paso de esa decisión fue haber acudido a la Corte Internacional de La Haya. El segundo fue la carta enviada ayer por la Presidenta a su colega de la Casa Blanca y tuiteada por ella misma en las redes sociales.

La Oficina de Desclasificación de documentos que preside Nancy Soderberg es importante por sus relaciones con el mundo de la inteligencia y la seguridad nacional de los Estados Unidos. En la lista de integrantes, accesible haciendo click en http://1.usa.gov/1qaZZnI, puede verse que otro de los miembros designados por el Poder Ejecutivo, Martin Faga, tiene experiencia previa en un departamento de reconocimiento satelital. Propuesto por el Congreso, el almirante William Studeman se desempeñó antes como subdirector de la Agencia Central de Inteligencia.

En el link http://www.atfa.org/about-us/ es posible acceder a los donantes de la Fuerza de Tareas norteamericana sobre la Argentina. Uno de los miembros y donantes es el fondo Elliot, del buitre Paul Singer. En la web de ATFA un texto proclama que el objetivo es influir sobre legisladores y medios para lograr que el gobierno de los Estados Unidos busque un acuerdo negociado entre la Argentina y los bonistas norteamericanos. El texto no lo dice, pero es obvio que no se refiere a los bonistas que ingresaron en el canje de deuda en 2005 o 2010. En ese caso ya hay acuerdos firmados y en vigencia.

Si, como sugiere la Presidenta, la Nancy Soderberg de ATFA es la misma Nancy Soderberg de la Oficina de Desclasificación, se trataría de una funcionaria que presiona en favor de intereses privados de quienes cobra y lo hace buscando ejercer influencia sobre el mismo Estado del que forma parte. No sería sólo la famosa puerta giratoria por la que un funcionario sale y se convierte en lobbista, y luego deja de serlo y vuelve a ser funcionario, sino de alguien que lo hace simultáneamente.

Si esto resulta efectivamente así, no hará más que confirmar la importancia de Singer en el sistema político norteamericano. El próximo martes, 4 de noviembre, habrá elecciones legislativas. El Senado, hoy en manos demócratas, renueva 33 de los 100 escaños. Los republicanos aspiran a quedarse con el control de la Cámara alta. También buscan retener la mayoría en la Cámara de Representantes (diputados) que actualmente detentan con 234 legisladores propios contra 201 demócratas.

El donante de los donantes es Singer, quien además es la llave para juntar a otros financistas. El buitre juega para los republicanos mientras contrata a gente de tradición demócrata como Soderberg, varias veces funcionaria de Bill Clinton. Meterse en el corazón del Congreso y de sus negociaciones es un modo de tener en jaque a Obama, un político al que Singer quiere debilitar porque lo considera demasiado permeable a los partidarios de la regulación financiera.

En ese bosque –el de verdad, donde también se internó el gobierno argentino– el lobo de Wall Street sería un caniche.

*Publicadas en Página 12, Argentina