Cataluña exige su derecho a decidir
El rotundo éxito de la convocatoria allana el camino a la consulta independentista del próximo 9 de noviembre, a la que se opone frontalmente el gobierno español, del conservador Mariano Rajoy, quien hoy ni siquiera compareció ante la prensa y lanzó un mensaje en el que no se refirió de manera directa a la masiva movilización.
Cataluña, con siete millones de habitantes y un estatuto de autonomía dependiente del Estado español, mantiene vivo el clamor independentista impulsado hace tres años, cuando el Tribunal Constitucional español rechazó su nuevo estatuto competencial y desde Madrid se cerraron las puertas a un nuevo modelo de pertenencia. Al sumarse el triunfo del conservador Partido Popular (PP) en 2012, con un discurso antinacionalista catalán, se formó la Asamblea Nacional Catalana (ANC), integrada por la sociedad civil que lucha por alcanzar la independencia por la vía de una consulta democrática.
Al conmemorarse el Día Nacional de Cataluña, las calles de Barcelona fueron colmadas por una inmensa marea humana que formó una V, en alusión al clamor popular por votar.
El éxito de la manifestación superó las expectativas de los convocantes, al salir a las calles un millón 800 mil personas, según la Guardia Urbana, cifra que el gobierno español rebajó a 550 mil. En cualquier caso, se logró el objetivo: llenar de banderas amarillas y rojas la avenida Diagonal y la Gran Vía de les Corts Catalanes, hasta dibujar la citada consonante, que también supone un mensaje a Madrid: la V de la victoria. Una V de 11 kilómetros.
El sentido de la movilización se resumió en un gesto con el que culminó la protesta: un adolescente de 15 años depositando un voto en una urna. Ese es el reclamo y el mensaje que se quiso lanzar desde Cataluña, región que desde hace siglos reivindica su identidad y donde desde hace décadas aumenta el clamor por la independencia.
Ahora, en la Unión Europea (UE) se mira con interés y optimismo lo que pueda ocurrir el próximo jueves en Escocia, como una manera de zanjar el camino para lograr la construcción de un Estado propio sin desvincularse de la UE.
En su discurso, la presidenta de la ANC, Carme Forcadell, exigió al presidente de Cataluña, Artur Mas, que cumpla su palabra y ponga las urnas en las calles el próximo 9 de noviembre. Reclamó unidad a los partidos políticos catalanes.
Foto
La independencia ya no se proclama desde el balcón: se gana en las urnas, sostuvo la presidenta de la Asamblea Nacional Catalana, Carme Forcadell. Una marea roja y amarilla avanzó por las céntricas calles de Barcelona con la consigna de votar en un referendo independentistaFoto Reuters
Foto
De acuerdo con datos de la Guardia Urbana de Barcelona, un millón 800 mil personas salieron a manifestar su deseo de celebrar una consulta para independizarse de España, cifra que Madrid rebajó a unos 550 milFoto Ap
Trescientos años después, hemos dejado de celebrar derrotas militares para ser un país que construye una victoria pacífica. La voz del pueblo está por encima de lo que opine un tribunal partidista de Madrid, advirtió Forcadell en alusión a una previsible resolución del Tribunal Constitucional español anulando la ley de consultas que impulsa el Ejecutivo regional.
Y recordó: la independencia ya no se proclama desde el balcón: se gana en las urnas; este es el momento de las decisiones excepcionales. Hemos llenado las calles y el 9-N llenaremos las urnas: votaremos y ganaremos, es decir, decidiremos en libertad si queremos seguir formando parte del Estado español o ser un Estado libre y soberano.
Mas, quien participó en un acto solemne para celebrar el Día Nacional de Cataluña, criticó el inmovilismo del gobierno español y le preguntó: “ante este hecho tan palpable, ¿dónde está su iniciativa política? Enrocarse no es tener iniciativa. Estamos ante la inmovilidad y el no a todo.
Los problemas políticos se resuelven haciendo política, no amenazando con las leyes, sentenció, y reiteró que se firmará un decreto para aprobar la ley de consultas y entonces se seguirán los pasos establecidos para votar el 9 de noviembre.
Mas también pidió respeto a los miles de catalanes que están contra la independencia.
De hecho en Tarragona se celebró una marcha contra el reclamo de un referendo, a la que asistieron unas 10 mil personas, además de que en Barcelona se llevó a cabo una concentración de militantes de extrema derecha que advirtieron que formarían comandos para reventar la consulta.
En Madrid, la sede del gobierno catalán tuvo que ser protegida por la policía ante el acoso y la amenaza de centenares de neonazis y falangistas que marcharon con el brazo en alto y entonando canciones del bando nacional de la Guerra Civil (1936-1939).
Mientras todo esto ocurría en Barcelona y Madrid, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, ni compareció ante la prensa ni pronunció discurso oficial. Únicamente hizo un comentario alusivo durante una visita al centro de trasplantes del país. La unidad es un activo; ninguna autonomía podría conseguir sola una activo mayor que remando unida.
Y remató: Un andaluz vive con un corazón catalán gracias a la solidaridad, en alusión al acto médico de los trasplantes y, se supone, también a la situación de las autonomías en España.
*Corresponsal Periódico La Jornada en España