SIDOR es sólo una parte, el todo es más complejo

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Yasmin Chauran Aray – Aporrea

En 1997 se dio una lucha social donde trabajadoras, trabajadores, estudiantes y expresiones diversas de la vida pública luchamos intensamente contra la entrega de SIDOR a una transnacional por parte del gobierno de turno. Recuerdo perfectamente una madrugada en la estación de suministro de agua industrial de SIDOR cuando sin mediar palabras un contingente de la guardia nacional (que no era para nada bolivariana) nos cayó a peinillazos hasta sacarnos del lugar: yo era dirigente estudiantil y viví en carne propia la represión despiadada, cuando en Venezuela sí había represión.

Ahora, 17 años después, puedo analizar esta y otras situaciones desde adentro. Soy trabajadora metalúrgica de una empresa básica del sector aluminio, y luego de haber pasado por la construcción colectiva del Plan Guayana Socialista, haber desafiado a las mafias, haber contribuido a generar propuestas transformadoras estratégicas y haber sufrido la persecución furiosa de las mafias denunciadas, cuento con una visión de totalidad que quizá no tiene un ciudadano o ciudadana común de otro estado del país, que sólo vé la apariencia de esa realidad que les vende la TV y la prensa tarifada.

Realidad productiva y económica de SIDOR.

El más alto nivel de producción de SIDOR se logró en el año 2007 (4.3 Millones de ton/año), en plena privatización (realidad). De forma simple y reduccionista nos han querido convencer que esto obedece a mayor eficiencia bajo administración privada (apariencia), mientras obvian que esa “eficiencia” es producto de una explotación brutal de la fuerza de trabajo. En aquellos tiempos se sabía la hora de entrada a la empresa, pero no la de salida y los salarios de las y los sidoristas eran menos que despreciables. “Cajitas felices” fueron la táctica para la reducción masiva de personal, seguida de represión y explotación interna, terrorismo laboral y complicidad estatal.

En 2008, 11 años después, las trabajadoras y trabajadores se envalentonan por la certeza de contar con un gobierno nacional obrerista y se lanzaron a la calle para exigir un contrato colectivo justo (en aquel tiempo el salario sidorista promedio estaba muy por debajo del salario promedio de todas las empresas básicas).

¿Qué pasó en el 2008? Vale la pena analizarlo con cierto detenimiento.

Trabajadoras y trabajadores fueron fuertemente reprimidos. Algo quedó claro, hubo dos posiciones de gobierno: por un lado el gobierno regional (el gobernador Francisco Rangel Gómez) dió la orden a su ministro pupilo José Ramón Rivero (propuesto e impulsado por él) para que apoyara la transnacional y envió a las fuerzas de seguridad del Estado a dispersar la protesta, mientras por otro lado el gobierno nacional (Presidente Hugo Chávez Frías) destituyó al ministro del trabajo (tonto útil) y dió la orden de renacionalizar SIDOR. Consecuencias de esto:
1. Se retomó el control del Estado sobre una industria estratégica
2. Se firmó el mejor contrato colectivo de la historia de SIDOR y de Guayana, pero se mantuvieron intactas las relaciones de producción.
Todo parecía perfecto, pero tras esa apariencia de felicidad total el Estado venezolano pagó a la transnacional la cuantiosa cantidad de 2.400 millones de dólares, mucho más que los 1.500 millones de dólares, por los cuales la vendió el gobierno de Rafael Caldera. De manera que la transnacional también estaba feliz, pero además, la clase trabajadora se dejó deslumbrar por la apariencia y no se preparó para todo lo que venía, siendo presa fácil para la enajenación y servir de tonta útil en el juego del capital transnacional.

Otro hito en la historia reciente.

A partir del 2009, durante la construcción colectiva del Plan Guayana Socialista (PGS) la empresa que resaltaba en organización y participación protagónica era fundamentalmente SIDOR, tanto que casi se popularizó un dicho: “SIDOR es la empresa que reúne las mejores condiciones para impulsar el PGS pues en su movimiento sindical no manda la FBT”. La FBT (Fuerza Bolivariana de Trabajadores) ha sido en Guayana, durante estos años de transición revolucionaria, la fuerza de choque de las mafias de los metales, cuyos máximos exponentes no son trabajadores. De manera que las mafias no son los asalariados armados y violentos que están en las nóminas de nuestras empresas desde hace unos años, las mafias son las que financian esos grupos gansteriles desde altas posiciones de poder: ambos son parte de una misma realidad, pero unos son los operadores y otros los decisores (fenómeno, apariencia y esencia: un todo).

Sobre el contrato colectivo de SIDOR

Recordando eternamente las palabras de nuestro camarada Chávez: “quien tenga ojos que vea”. Hace una semana estuve en SIDOR y le planteé en tono de camaradería a nuestros compañeros y compañeras de SIDOR que entre nosotras/os no nos dijéramos mentiritas. SIDOR, a pesar de sus 4 años sin firma de contrato ha recibido dos ajustes de tabulador que ninguna otra empresa básica de Guayana ha recibido. Les comentaba además, que el sector aluminio (donde estamos más de 15 mil trabajadoras/es) acabamos de recibir firma de contrato y estamos conformes. Es de resaltar que el contrato colectivo de SIDOR del 2008 fue nuestra referencia y hoy por hoy una ingeniera como yo en SIDOR gana más de lo que yo gano, mientras a su vez yo gano más que una profesional igual en PDVSA, que son quienes por cierto en los últimos años han subvencionado nuestras nóminas. ¿Donde quedó aquel principio socialista de “a igual trabajo igual salario”?

¿Por qué si a VENALUM no le han terminado de dar aún los 200 mil Bs por cinco años de retraso en la firma de contrato, a SIDOR le van a dar 800 mil o en el peor de los casos 400 mil por sólo 4 años? ¿Será que trabajar en SIDOR nos revaloriza como mercancía en el mercado del capital? ¿Es esa nuestra búsqueda, ganar más para tener menor poder adquisitivo? ¿Para quién es un secreto que nuestros aumentos salariales no redundan en mayor poder adquisitivo sino en mayor especulación del capital comercial y financiero? Es decir, cada protesta de la clase trabajadora finalmente se convierte en mayores ganancias para las clínicas privadas, los centros comerciales, los entes financieros, en definitiva con nuestro aumento de salario favorecemos el mismo sistema del capital que decimos combatir. Algo estamos haciendo mal corresponsablemente gobierno nacional y clase trabajadora al aprobar nuestros contratos sin tocar un pelo del entramado del capital financiero especulativo que es quien hace fiestas con nuestros enfrentamientos. Revisemos la totalidad y quizá lleguemos a la esencia del fenómeno.

Ya no más pagos millonarios a clínicas privadas, a escuelas y liceos privados; construyamos nuestros propios centros de salud y educación. Fortalezcamos lo público y no nos hagamos eco de la derecha privatizadora que es la misma que dice que todo lo público es malo y por eso hay que privatizar a SIDOR y al sector Aluminio para que puedan ser eficientes. No nos damos cuenta que con estas protestas desmedidas le damos la razón a los argumentos de los privatizadores y termina siendo la clase trabajadora una tonta útil para los intereses del gran capital y la burguesía parasitaria.

Posición del gobierno nacional ¿realmente es contra las mafias?

Mucha gente en Guayana estaba indignada con las palabras de Diosdado (la apariencia), pero el fondo del asunto no fue lo que dijo, que dicho sea de paso no debe afectar a ninguna/un trabajadora/or honesta/to, pues él se refirió a las mafias, pero sólo las sindicales.

Ahora, seamos serias y serios. Ese discurso no fue contra las mafias, fue contra los operadores armados y violentos que han insertado y financiado las verdaderas mafias dentro de nuestras empresas. Es decir, se ataca la apariencia, los que cierran vías y paralizan empresas (no sólo SIDOR, pues esto se ha hecho práctica común en grupos violentos tarifados y protegidos dentro de las empresas), pero no se menciona ni un tantico el entramado mafioso que financia, protege y sostiene esos grupos sindicaleros al margen y contra la propia clase trabajadora.

¿Cómo tomarse en serio las acusaciones contra las mafias cuando se hacen estas declaraciones al lado del jefe de las mafias del estado Bolívar? El señor de piel blanca que estaba al lado de Diosdado es el vínculo del capital transnacional en toda la región Guayana. Es el que impulsó al ministro represor, es el que propuso a Rafael Gil Barrios como presidente de SIDOR, en cuya gris y nefasta gestión ingresaron a nómina un grupo de pranes, cabilleros y delincuentes armados que han creado caos y zozobra a lo interno de la planta. Fue el que impulsó a Gordo Bayón como “líder” del movimiento de tercerizados y se trató de desvincularse de él luego de su asesinato. El mismo personaje que controla y financia el funcionamiento de la FBT, ahora Central Socialista de la Ciudad, el Campo y la Pesca tanto en SIDOR, como en ALCASA, VENALUM, FMO, CORPOELEC y otras empresas estratégicas de Guayana. Si algo es demostrable en Guayana es que donde está la FBT hay caos y violencia.

El otro personaje que estaba detrás de Diosdado era nada más y nada menos que el flamante presidente de la Corporación Socialista del Aluminio (que de socialista tiene sólo el nombre) y también presidente de ALCASA, Angel Marcano. Su nombramiento fue el premio por haber cerrado durante 34 días continuos a ALCASA en el 2011 y haber generado más de 14 millones de dólares en pérdidas al estado venezolano. Corolario: si estás con Francisco Rangel Gómez tienes patente de corso para cerrar vías, paralizar empresas, generar pérdidas materiales millonarias, cobrar sin trabajar y finalmente tendrás jugosos contratos colectivos, permisos especiales y cargos de alta gerencia. Eso es público y notorio.

Compas del gobierno nacional, vamos por las mafias.

La mayor parte de la clase trabajadora lo que queremos es trabajar. Contar con centros de trabajo más seguros, con mejores condiciones ambientales y laborales, tener la satisfacción de hacer nuestro mejor aporte al desarrollo sustentable del país en condiciones materiales dignas. Ahora bién, esto nunca será posible bajo la lógica voraz del capital, pero romper con esa lógica de producción y explotación reviste grandes desafíos y riesgos, pues al afectar los intereses del gran capital, evidentemente éste va a reaccionar con furia y es exactamente lo que hizo contra el Plan Guayana Socialista 2009-2019, que aun totalmente vigente nadie del alto poder de Estado se atreve a retomarlo. Lo de “seguir el legado del comandante” sólo se utiliza a medias, pues el PGS sólo tiene a la clase trabajadora como doliente.

Si queremos ir contra las mafias, vayamos a la esencia. Ya se silenció y se absolvió completamente al supuesto “rey”de las cabillas, Luis Velásquez, quien sólo fue un peón “corrupto sin duda” de unos jefes que operan con total impunidad ¿Cómo Luis Velásquez llegó a ser Gerente de Comercialización de SIDOR, Presidente de la Junta Directiva de Orinoco Iron y Briqven y Director de Finanzas del PSUV Bolívar a la vez ¿cualidades especialísimas o padrinazgo regional? ¿Los exgerentes de FMO presos actuaron por cuenta propia o recibieron protección y órdenes? ¿Quién responde por los más de 20 Kg de oro que se pierden misteriosamente cada vez que cambian algún presidente de Minerven postulado por el gobernador del estado Bolívar? ¿Quiénes se benefician de que sigamos produciendo aluminio primario para las grandes transnacionales teniendo capacidades de transformación nacional ociosas? ¿Quiénes se beneficiarían de una V Línea en ALCASA y una VI línea de reducción en VENALUM para aumentar la producción de materia prima barata para las transnacionales? ¿Quién le temía y le teme a un PGS que propone, con argumentos técnicos y políticos, la potencialidad para transformar nuestro modelo de producción de cara a los intereses soberanos de la Patria? ¿Quiénes promueven a los sindicatos como única forma de organización de la clase y le hacen la guerra a los Consejos de Trabajadoras y Trabajadores? ¿Quiénes aplican terrorismo laboral en Hidrobolívar pero protegen los “permisos especiales” en las empresas básicas de Guayana? ¿Esos 2.200 trabajadores becados de SIDOR, los más de 500 del sector Aluminio y otro tanto del sector eléctrico se aprueban ellos mismos los permisos o se sienten protegidos para amenazar gerentes hasta con pistola en mano para que los firmen? ¿Quién protesta desde la gobernación del estado Bolívar cuando le solicitan desde la CVG que le devuelva las decenas de funcionarios con elevados salarios que están por más de 10 años en Comisión de Servicios cobrando en nuestras empresas? ¿Misterio de la ciencia o respuesta evidente?.

La realidad es compleja, mucho más allá de lo aparente, por eso debemos escudriñar con rigurosidad científica para encontrar el o los orígenes.

El gobierno puede “negociar” y aprobar el más ostentoso e irracional contrato colectivo, también puede aplicar la violencia de los organismos del Estado para mantener el aparente control, pero nada de eso resolverá el problema de fondo. Mientras nuestra producción responda a la lógica del capital y sus operadores estén infiltrados en toda la estructura del Estado y de la industria seremos presa de un juego perverso. La única forma de salir de su dominio y acabar con las mafias es garantizar un diálogo directo clase trabajadora y los sectores más avanzados del gobierno nacional, sin intermediaciones sindicales, de centrales, de gobernadores, ni alcaldes, para retomar con firmeza el Plan Guayan Socialista 2009-2019.

El Plan Guayana Socialista es parte fundamental del legado del Comandante Chávez, es la construcción más heróica de la clase trabajadora de Guayana, contra el poder económico externo, contra el poder político regional, contra amenazas de grupos sindicales armados, contra la resistencia al cambio que nos impuso la enajenación del trabajo internalizada por años, contra la falsa premisa fijada en el imaginario colectivo de que “el pueblo no tiene capacidad para dirigir la industria”, contra viento y marea se logró avanzar tanto como se pudo, hasta que las mafias, esas mismas que hoy ponen en jaque una ciudad y al gobierno nacional, lograron imponer su poder. Hoy es SIDOR, mañana será otra y así sucesivamente, pues esa es su política de caos y confusión.

Camaradas Maduro, Diosdado, Arreaza, Jaua, Ramírez, ministras y ministros todos, no nos sigan diciendo que nos apoyan desde la distancia, vengan con la clase trabajadora de Guayana a luchar contra las mafias, pues cuando lo logremos se acabarán las protestas y podremos retomar el control de las industrias para ponerlas al servicio del país. Ahora, eso implica tocar intereses dentro del propio gobierno y tambalear ciertas estructuras podridas que se resisten a morir para evitar el parto revolucionario. Quienes queremos Patria defendemos el Plan Guayana Socialista como alternativa revolucionaria para superar el dominio del capital transnacional y el gansterismo sindical que éste financia. No olvidemos que fenómeno, esencia y apariencia forman un todo; si no abordamos el todo el problema seguirá intacto.

NOTA: Si la providencia me depara unos 20 tiros de bala en una calle de Guayana no será por destino divino, ni por hampa común, sino por asesinato político.

*Trabajadora metalúrgica

Militante del Colectivo Social SURCO/ PSUV-GPP