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Representantes del gobierno sirio y de la oposición armada comenzaron hoy la segunda ronda de negociaciones de paz en la sede de la ONU en Ginebra.
Según confirmó una portavoz de la ONU a las agencias de noticias EFE y DPA, el enviado especial de ese organismo en este proceso, Lakhdar Brahimi, se reunirá hoy por separado con cada delegación.

Telam

En el inicio lo hizo con la delegación de la oposición y por la tarde hará lo propio con el equipo negociador enviado por el gobierno sirio.

Según fuentes de las delegaciones citadas por la agencia de noticias DPA, Brahimi puso en primer lugar de la agenda el tema de los grupos fundamentalistas armados, y además propuso hablar de una tregua.

Mientras tanto, Arabia Saudita pidió una reunión urgente de la Asamblea General de la ONU sobre la situación en Siria. El representante del país ante el organismo, Abdullah al Muallimi, señaló al diario Al Sharq Al Awsat que varios países se sumaron a su petición.

El proceso que se reanudó hoy -y que tiene por objetivo que la Asamblea General debata sobre todo sobre la situación humanitaria y las violaciones a los derechos humanos- es la continuación del iniciado el pasado 22 de enero con una conferencia ministerial en Montreux (Suiza).

En aquella primera reunión, cuarenta países dieron su apoyo a esta iniciativa de paz auspiciada por Estados Unidos y Rusia en junio de 2012, con el apoyo de la ONU.

Organizaciones de ayuda consiguieron evacuar ayer a cientos de personas de la sitiada ciudad de Homs, pero los camiones con alimentos para quienes pasan hambre en el centro de la urbe fueron tiroteados. Esta ayuda a Homs fue, hasta ahora, el único resultado tangible de la primera ronda del diálogo de paz.

Por eso, gobierno y oposición sirias deberán antes que nada ponerse de acuerdo sobre el punto de partida de sus conversaciones políticas.

El primero considera que el primer tema a tratar debe ser el cese de la violencia terrorista -como denomina a todos los grupos rebeldes armados-, mientras que la segunda desea abordar en prioridad la cuestión de la transición política.

Sobre el terreno, hoy se informó de que rebeles islámicos mataron en un pueblo a 40 miembros de la minoría alauita, a la que pertenece la familia del presidente Bashar al Assad, muchos de ellos altos funcionarios del Estado.

El opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos denunció que los muertos en el pueblo de Maan, en la provincia de Hama, son 20 miembros de una milicia civil fiel al gobierno y 21 civiles. Entre las víctimas hay diez miembros de una misma familia, tres de ellos niños.