“Una victoria del Frente Amplio adecentaría al Estado y fortalecería lo público”

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GIORGIO TRUCCHI | Este 2 de febrero, unos tres millones de costarricenses están llamados a votar para elegir al sucesor de la presidenta Laura Chinchilla, y a los 57 diputados que integran la Asamblea Legislativa (2014-2018).
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El partido Frente Amplio, fundado en 2004 por miembros destacados de la izquierda costarricense, como José Merino, Eduardo Mora Valverde y Patricia Mora, presenta como candidato presidencial al joven diputado (34 años) José María Villalta. Su plan de gobierno tiene la prioridad de reducir la desigualdad social y luchar contra la pobreza.

Los otros dos candidatos que, de acuerdo con las últimas encuestas, tienen posibilidad de ganar son Johnny Araya del oficialista PLN (Partido Liberación Nacional) y Otto Guevara del derechista MV (Movimiento Libertario).

Para William Rodolfo Ulloa, secretario general y jefe de campaña del FA (Frente Amplio), Villalta es un candidato no sólo con fuertes posibilidades de pasar a segunda vuelta, sino hasta de ganar en primera.

– ¿Cuáles son los ejes principales del programa de gobierno del Frente Amplio?

–  Hay tres ejes fundamentales. El primero es rescatar la seguridad social, especialmente, la Caja Costarricense del Seguro Social, fortaleciendo su capacidad de gestión, deteniendo los procesos de privatización y concesión del servicio de salud y dotando de recursos económicos para su sostenibilidad a largo plazo. El segundo es fortalecer al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, para que cumpla con su misión de inspección de las condiciones de trabajo, garantizar el pago de salarios mínimos, respeto a las garantías laborales consignadas en la ley y defensa del derecho constitucional de sindicalización.

Finalmente, el tercer eje es la reactivación de la producción nacional enfocada hacia el mercado interno, potenciando las iniciativas de la micro, pequeña y mediana empresa (Mipyme), cooperativas autogestionarias, empresas comunitarias, sobre todo de aquellas constituidas por mujeres, jóvenes, personas con discapacidad y desempleados adultos de largo tiempo.

– A pocos días de la votación, José María Villalta se encuentra disputando la victoria al candidato oficialista. ¿Se lo esperaban? ¿Cuáles son los elementos que están motivando a la gente a votar por el Frente Amplio?

– Teníamos la percepción de que existía, entre la población, una creciente indignación y rechazo hacia el partido oficialista (PLN). Sin embargo, a principios de octubre, la realidad rebasó nuestras perspectivas oficiales. Existen varios factores de orden objetivo y subjetivo que podrían explicar esta situación.

El actual modelo neoliberal no ha demostrado sus supuestos beneficios para la población, por el contrario, ha creado una brecha social que se caracteriza por mantener, en promedio, un 20% de costarricenses en estado de pobreza. Asimismo, ha propiciado una red de corporativización en el Estado que se traduce en corrupción. Existe también una especie de factura que le cobran al PLN porque, en sus dos gobiernos, se han dado una gran cantidad de hechos de corrupción a los que no se ha respondido de manera contundente.

Existen también algunos elementos que se han dado desde el Frente Amplio: una candidatura joven que ha levantado esperanza en un cambio de rumbo, una praxis política de constante defensa de los intereses populares y una trayectoria de ocho años en el parlamento sin que se le haya podido señalar un sólo acto de corrupción.

Asimismo, las propuestas programáticas han reflejado muchas de las aspiraciones de rescate del Estado Social que caracterizó el desarrollo histórico de Costa Rica durante buena parte del siglo XX, y que se ha venido erosionando por la actuación de los gobiernos del PLN y del PUSC a partir de 1986.

– Campaña sucia. ¿Quiénes y cómo la desarrollaron?

–  Esta campaña se ha manifestado en tres formas. La primera consiste en una campaña sistemática orquestada por una parte del empresariado que posee nexos con el PLN, que se ha dado a la tarea de coaccionar a sus trabajadores para que no voten por el Frente Amplio, alegando que si llegara al gobierno, cerraríamos empresas y habrían despidos. Esta situación es la más grave, ya que parte de una situación de relación de poder desigual y es claramente violatoria de las reglas democráticas, tanto del Código de Trabajo como el Código Electoral.

Hemos identificado varias situaciones: correos electrónicos de Avon Costa Rica, Subway Costa Rica y TIPS que han sido denunciadas y han ameritado una acción cautelar de parte del TSE (Tribunal Supremo de Elecciones). En otros casos no hemos podido interponer la denuncia, ya que el TSE obliga a que la denuncia sea firmada, lo que obviamente acarreará represalias.

El segundo eje de campaña sucia ha provenido de una parte de los medios de comunicación. Muchos de los contenidos de sus notas y su línea editorial han levantado la bandera del anticomunismo como no se veía en Costa Rica desde los peores años de la Guerra Fría.

El tercero proviene de sectores religiosos conservadores, que han exacerbado los sentimientos religiosos en torno a temas como el aborto, la fecundación in vitro o el matrimonio de personas del mismo sexo. Han llegado al punto de repartir volantes a la salida de los oficios religiosos, llamando explícitamente a votar en contra del Frente Amplio. Tenemos información de que en ciertas congregaciones evangélicas han hecho lo mismo.

– ¿Cuál es el mensaje del FA a la clase trabajadora?

–  Que no tengan miedo, que sepan que en el FA tendrán a un aliado firme y leal. Que ejerzan sin temor su derecho a elegir el gobernante que consideren defenderá mejor sus intereses y los intereses generales de nuestro pueblo. El voto es secreto y por ese derecho murieron muchos costarricenses en el pasado. Que este es un momento como pocos se viven en la historia de un país, y se trata de escoger entre el continuismo que significa más neoliberalismo o el cambio, que representa el progresismo del FA.

– A José María Villalta y a su partido le han dicho de todo: que es chavista, comunista, sandinista, que va a destruir el país. ¿Cómo explicaría qué es el FA, su propuesta y su programa?

–  El Frente Amplio es un partido político que se ubica en la izquierda, de manera explícita y así lo hemos manifestado siempre. Sin embargo, no creemos que estos -ismos sean categorías válidas para ser asumidas por ningún partido. Nuestro proyecto es de aspirar a la construcción de un socialismo democrático, con apego a las características de orden histórico, económico, social, político y cultural propios de nuestro país y su sociedad. En ese sentido, no pretendemos trasladar de manera mecánica ninguna experiencia de ningún país latinoamericano.

Contamos en nuestras filas con exmilitantes del partido comunista, pero también tenemos personas que se definen como socialdemócratas, socialcristianas, ecologistas, feministas.

En suma, como nuestro nombre lo indica, somos un partido que reúne a una gran cantidad de sensibilidades que confluyen en el objetivo común de construir un “socialismo a la tica”.

Nuestro programa lo que busca es volver por la senda de lucha contra la pobreza, la desigualdad social, una mejor redistribución de la riqueza, la generación de empleo, así como devolverle al Estado músculo para la ejecución de obra pública y control de la economía, empoderando a las comunidades en todo lo concerniente a la generación, ejecución, fiscalización y evaluación de las políticas públicas.

– ¿Qué significaría para el país una victoria de Villalta y del FA?

–  Una victoria del FA significaría, ante todo, la llegada de una opción que adecentaría al Estado costarricense y fortalecería lo público, revisando la ecuación mercado-Estado, similar a lo que se ha propuesto en otros países, por ejemplo, Chile.

– Se sienten seguros en el Frente Amplio también ante la eventualidad de una segunda vuelta?

–  Absolutamente

– Política exterior. ¿Qué propone y qué posición tendría el Frente Amplio de cara a procesos unitarios como el SICA (CA4-Parlacen-CCJ), ALBA, PETROCARIBE y CELAC?

–  Costa Rica ya asumió la presidencia pro tempore de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), una organización con la que estamos totalmente comprometidos y aspiramos a profundizar nuestra participación.

El SICA es una herramienta fundamental para los países centroamericanos, sin embargo, una entrada al PARLACEN no está en nuestros objetivos a corto plazo, ni lo hemos contemplado en nuestro Plan de Gobierno. Fundamentalmente, es algo que implica una serie de cambios de orden constitucional que, en nuestro país, no es un proceso fácil e implica negociaciones bastante complejas.

Sin embargo, queremos ir más allá de la integración comercial en áreas que hasta ahora han estado en segundo plano como los derechos humanos, la defensa de los ecosistemas regionales, el desarrollo social y económico, la reducción de la pobreza, la cooperación en salud y educación, la promoción de la cultura y, en general, la coordinación de posiciones conjuntas en negociaciones políticas con otros países y bloques regionales.

Referente a PETROCARIBE, tenemos un interés especial en valorar la pertinencia económica y política de la integración a dicha instancia. En términos generales hemos planteado que es necesario fortalecer las relaciones comerciales y los programas de cooperación con todos los bloques económicos regionales, en especial con las naciones latinoamericanas, teniendo un especial interés en MERCOSUR.

Respecto a UNASUR, queremos profundizar el diálogo político y aportar desde nuestra diplomacia para el fortalecimiento de dicha instancia.

– Finalmente, ¿cómo se van a abordar temas sensibles como monocultivos, soberanía alimentaria, uso de agrotóxicos y transgénicos?

–  En cuanto a los monocultivos, planteamos en nuestro Plan de Gobierno que decretaremos una moratoria a la expansión de monocultivos, en especial, el de la piña. Esto no significa su prohibición, simplemente, no aumentar su superficie. Asimismo, apoyaremos a las municipalidades que han limitado la expansión de los monocultivos en uso de sus competencias legales de ordenamiento territorial.

También el tema de los transgénicos es algo que tomamos muy en serio. Apoyaremos a las municipalidades que han decretado a sus territorios como libres de transgénicos. Se buscará aprobar una ley que declare una moratoria sine die para la siembra y liberación de organismos genéticamente modificados, mientras no haya evidencia científica contundente y verificada de que no causan daño al ambiente. Asimismo, hay que proteger la biodiversidad agrícola de las semillas tradicionales, viéndolas como un acervo de la humanidad y que no puedan ser objeto de patente mercantil.

Ante el escenario de ser uno de los países con mayor uso de agroquímicos con potencial de toxicidad, proponemos impulsar la producción orgánica y agroecológica mediante sistemas productivos orientados a reciclar los nutrientes y la energía de la explotación agrícola, integrando la producción agrícola y pecuaria.

Finalmente, la soberanía y seguridad alimentaria es un eje básico de nuestro Plan de Gobierno. Por ello, nuestra política en este tema se orienta hacia garantizar una autosuficiencia razonable en materia de producción agrícola alimentaria.