Kennedy-Obama, dos presidentes y un destino

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GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ| El caprichoso y cíclico devenir de la Historia, podría hacer que dos presidentes de EEUU (separados en el tiempo por cerca de 50 años), quedaran hermanados por la recesión económica y las dos guerras que recibirán como herencia.

eeuu kennedy-y-obamaAsí, Obama y Kennedy pasarían a la Historia como fenómenos sociológicos que mediante la utilización masiva e inteligente de los nuevas tecnologías audiovisuales para explotar su innegable carisma personal, telegenia y poder de la palabra habrían logrado que dos personas sin experiencia ni ideario político conocido se convirtieran en iconos de masas, insuflaran vientos de cambio y devolvieran la ilusión y la esperanza a una sociedad americana hundida en la recesión y con lacerantes desigualdades.

Obama basó su propaganda en el uso de la plataforma multimedia que desplegó en su campaña electoral (básicamente en el uso del portal Yootube y de sus apariciones en horario “prime” de televisión repitiendo hasta la extenuación el pegadizo lema “YES, WE CAN” apoyado en la exuberante liquidez monetaria conseguida mediante cuestaciones populares en Internet y aportaciones de empresas y corporaciones privadas, emulando el famoso debate televisivo Kennedy-Nixon de 1960 en el que 70 millones de espectadores presenciaron el primer debate presidencial transmitido por televisión en la historia de EEUU, debate que marcaría el inicio del uso de los medios audiovisuales por parte de los candidatos presidenciales para mediante el impacto mediático suplir el desconocimiento de su programa electoral por parte de los electores o la simple inexistencia del mismo.

Rasgos políticos

Ambos Presidentes recibirán por parte de la CIA “regalos envenenados” bajo la envoltura de prisión de Guantánamo y proyecto de invasión de la Bahía de Cochinos. Así, Obama firmó la Orden Ejecutiva para cerrar Guantánamo en un año, pero en su segundo mandato, sus asesores siguen buscando los mecanismos legales para finiquitar un espacio virtual fruto de la ingeniería jurídica del llamado “Comité de Guerra” (nombre en clave del selecto grupo de juristas y asesores que trabajaron a las órdenes de la Troika formada por Rumsfeld, Hayden y Cheney verdaderos detentores del Poder durante el nefasto mandato de George W.Bush).

Sin embargo, el enmarañado proceso legal que se avecina podría retardar el finiquito de dicho “limbo jurídico”, rememorando el plan de la CIA durante la administración de Eisenhower para derrocar al régimen de Fidel Castro y la posterior y fallida invasión de la Bahía de Cochinos por Kennedy (abril, 1961).

Asimismo, habrían elegido como Vicepresidentes a Lyndon B. Johnson y Joe Biden (Senadores por Texas y Delaware), debido a su procedencia sureña y a su contrastada experiencia política en un intento de contrarrestar su juventud e inexperiencia política, los cuales deberán asumir la Presidencia del País por motivos trágicos (Magnicidio), triunfando en posteriores elecciones presidenciales y condenando de paso al ostracismo político a un Partido Republicano inmerso en luchas intestinas y huérfano de un líder carismático, por lo que deberán hacer cristalizar las iniciativas inconclusas de sus predecesores (Aumento de la Cobertura Sanitaria, Proyecto de Revitalización de la Educación Pública y Ley de Inmigración).

Política doméstica

Barack Obama y el senador Ted Kennedy
Barack Obama y el senador Ted Kennedy

Recuperación del espíritu del “New Frontier” kennedyano, plasmado en el utópico Programa de Obama de destinar ingentes fondos federales para la Mejora de la Educación, la Ampliación de la Cobertura de la Sanidad Pública (Obamacare) y la ampliación de la cobertura del desempleo a 8 millones de nuevos parados, proyectos que serán postergadas “sine die” por el filibusterismo político de la mayoría republicana en el Congreso o nacerán descafeinados tras su tramitación parlamentaria al ser claramente onerosas para el erario público (se estima que costarían unos 127.000 millones de $) y estar sumido el país en una aguda recesión económica.

Así, asistiremos al rediseño del Plan inicial de Obama de Sanidad (Obamacare) y al retraso “sine die” del Proyecto de Ley sobre Inmigración, proyecto que buscaría una mayor igualdad y protección de derechos civiles y laborales tanto para los nacidos en el país como para los que obtengan el derecho de residencia pero que quedará postergado y deberá ser presentada por su sucesor, rememorando la “Ley sobre Inmigración y nacionalidad” promovida por Edward Kennedy (1965).

Igualmente, aplicarán medidas keynesianas como bálsamo ante la crisis económica, tales como programas de especialización de obreros en paro, viviendas y ayudas a zonas afectadas por la depresión económica, subida del salario mínimo y reducción de impuestos por un monto de más de 300.000 millones de dólares para favorecer el consumo interno (uno de los tradicionales motores de la economía de EEUU ya que representa más de la mitad del PIB del país), así como el llamado Impuesto Buffet para las frandes fortunas, medidas que resultarán claramente insuficientes y favorecerán en la mayoría de los casos a las clases altas.

Asimismo, entablarán negociaciones con la mayoría republicana para reducir el déficit presupuestario y para nivelar la balanza de pagos norteamericana así como medidas para proteger el papel del dólar como moneda de referencia ante la ofensiva de los países BRICS para cambiar de patrón monetario mundial. Finalmente, entablarán negociaciones con sindicatos y patronos a fin lograr la congelación de salarios para evitar la inflación, política económica que requerirá el mantenimiento de los precios de los productos manufacturados por parte de las empresas, pudiendo revivirse la Crisis del Acero (Kennedy, abril 1962), que privaría a Obama del apoyo de las élites empresariales y financieras pero que aumentaría su popularidad entre las clases medias del país.

Además, como consecuencia del seguro descenso de los ingresos de los Estados y del bestial incremento de las prestaciones de Desempleo (8 millones de parados sin cobertura de desempleo), no sería descartable en varios estados la aparición de agujeros financieros, (del que sería paradigma la ciudad de Detroit o los Estados de New York o California), así como de leyes para recortar ayudas a los más necesitados en Estados como Arizona, Nuevo México y Carolina del Sur), lo que agudizará la fractura social del país quedando obligadas amplias capas de la población (especialmente negros e hispanos), a depender en exclusiva de los subsidios sociales y a vivir en umbrales de pobreza.

Así, el programa de Asistencia de Nutrición Suplementaria (SNAP) y cuyo costo actual sería de unos 80 mil millones $ anuales, proporciona asistencia alimentaria a un 14 por ciento de todos los hogares estadounidenses, (alcanzando la cifra récord de 47 millones de personas inscritas en el 2013 en comparación a los 29,4 millones que reciban esta ayuda mensual en el 2008), pero la prevista reducción de los Fondos para dichos Cupones de Alimentos para el 2014 (estimados en cerca de 10.000 millones de dólares), unido al renacer de sentimientos xenófobos en los Estados sureños podrían reeditar la Gran Marcha sobre Washington (Martin Luther King,1.963) y favorecer la aparición de nuevos líderes religiosos radicales que con sus soflamas incendiarias podrían terminar por reeditar los violentos disturbios raciales del verano de 1963).

Enfriamiento de las relaciones con Israel

Kennedy en el Muro de Berlin, 1963
Kennedy en el Muro de Berlin, 1963

A pesar de contar Kennedy con el apoyo explícito del lobby sionista para lograr su elección presidencial, (recibió 500.000 dólares para su campaña, y el 80% del voto judío) y tras intervenir ante el AIPAC para garantizar el tradicional apoyo incondicional de EE.UU a Israel así como autorizar la primera gran venta de armamento estadounidense a Israel en 1963, su mandato se caracterizó por un enfriamiento de sus relaciones con Ben Gourion.

Así, Laurent Guyénot en su artículo ”Kennedy, el lobby y la bomba”, (Red Voltaire, 2-5-2013), afirma que desde el inicio de los años 1950, el Primer Ministro israelí Ben Gurión, había emprendido la fabricación secreta de bombas atómicas, desvirtuando así la finalidad primigenia del programa de cooperación pacífica” Atom for Peace”, iniciado durante el mandato de Eisenhower.

Por su parte, Kennedy, tras ser informado por la CIA del verdadero objetivo del complejo de Dimona , el 13 de Junio de 1.961, mediante una misiva oficial exigió a Ben Gurión “la realización urgente de inspecciones periódicas en Dimona”, advirtiendo de que caso de nuevas dilaciones “el compromiso y el respaldo de nuestro gobierno a Israel pudieran verse en serio peligro”, lo que provocó la dimisión de Ben Gurión para evitar la recepción de aquella carta y seguir con su política dilatoria, pero cuando el nuevo primer ministro Levi Eshkol asumió sus funciones, Kennedy le envió de inmediato una carta idéntica, fechada el 5 de julio de 1963.
Según Guyénot, el objetivo de Kennedy no era evitar que Israel dispusiera del arma nuclear sino que formaba parte de un proyecto mucho más ambicioso, que ya había anunciado el 25 septiembre de 1961 ante la Asamblea General de la ONU:“Hay que liquidar esas armas de guerra antes de que ellas nos liquiden”, pues en los años 60 tan sólo EEUU, URSS, Francia y Gran Bretaña así como sus aliados de la Otan y del Pacto de Varsovia disponían del arma nuclear, países que siguiendo los dictados de Estados Unidos y la URSS estaban ya decididos a implementar la doctrina del desarme nuclear, tesis que no era compartida por Ben Gurion quien en secreto trabajaba contrarreloj para conseguirla a pesar de la frontal oposición de Kennedy.

Además, Kennedy se había comprometido a favor del derecho al regreso de los 800.000 palestinos expulsados de sus casas y de sus poblados en 1948 (nakba) , por lo que la delegación de EEUU ante la ONU presentó el 20 de noviembre de 1963 una propuesta de implementación de la Resolución 194, aunque ya no tuvo tiempo de contrastar las reacciones del Gobierno israel pues fue asesinado 2 días después, magnicidio que proporcionó a Israel la luz verde del Presidente Johnson para culminar su proyecto nuclear aunque hubo que esperar hasta 1.986 para que quedara demostrado fehacientemente que Israel había conseguido en secreto la bomba atómica (1.967?), gracias a la publicación por Sunday Times de varias fotos del complejo nuclear secreto de Dimona tomadas por el técnico israelí Morchedai Vanunu.

En el caso de Obama y tras las acusaciones vertidas por los países árabes de una tácita complicidad con Israel en la “operación Plomo Fundido” (invasión de la Franja de Gaza) y de un deslizamiento del Gobierno de EEUU hacia posiciones prosionistas por la presunta pertenencia al “lobby” judío de parte de los miembros de su primer Gabinete, en su segundo mandato se habría producido un grave desencuentro con la AIPAC y su protegido Netanyahu.

Aunque siempre se ha creído que la AIPAC sería un “gobierno virtual” que teledirigiría la política exterior de EEUU en función de los intereses israelíes, la realidad sería que el lobby pro-israelí tiene verdadero peso en los ámbitos del poder porque EE.UU. e Israel casi siempre han compartido idénticos intereses geopolíticos desde la fundación del Estado de Israel en 1.948.

Así, EE.UU. contaría con Israel para mantener a los Estados árabes de Oriente Próximo bajo la amenaza constante de ataque, (asegurándose de paso que se mantengan serviles ante Washington) e Israel no podría seguir existiendo en su forma actual sin el fuerte apoyo político y material que recibe de EE.UU. ( más de 3.500 millones de dólares en ayuda militar), pero en el momento actual, asistimos a graves discrepancias Obama-Netanyahu sobre las políticas a aplicar en la resolución de los contenciosos sirio e iraní, que tendrían su reflejo en las declaraciones del ex-Consejero de Seguridad Nacional del presidente Carter y cerebro geopolítico de la Administración Obama,Zbigniew Brzezinski.

Así, Brzezinski, en un discurso ante el Consejo Nacional Irano-estadounidense (NIAC), afirmó que “creo que los EE.UU. tiene derecho a decidir su propia política de seguridad nacional y no seguir cual mula estúpida lo que hagan los israelíes”, pues desde el asesinato de John F. Kennedy los Estados Unidos no habrían ya disfrutado de ese derecho al quedar desde entonces como rehenes de los intereses sionistas todos lo sucesivos Presidentes electos de EEUU.

Respecto al contencioso nuclear iraní, en una entrevista concedida por Brzezinski a Gerald Posner en The Daily Beast (18 de septiembre de 2009) , afirmó que “una colisión estadounidense-iraní” tendría efectos desastrosos para Estados Unidos y China, mientras Rusia emergería como el gran triunfador, pues un hipotético cierre del Estrecho de Ormuz en el Golfo Pérsico donde atraviesa el transporte de petróleo destinado al noreste asiático (China, Japón y Sur-Corea), Europa y Estados Unidos, elevaría el precio del oro negro a niveles estratosféricos y tendría severas repercusiones en la economía global , pasando a ser la UE totalmente crudodependentiente de Rusia”, por lo que la administración Obama procedió a la implantación de sanciones económicas al régimen iraní para lograr su asfixia económica y provocar la revuelta social.

Sin embargo, tras la elección de Hasan Rowhani como nuevo Presidente iraní, se abriría una nueva oportunidad para la solución diplomática al llamado contencioso nuclear iraní, pues Rowhani , clérigo educado en Gran Bretaña, encabezó el equipo de negociación nuclear iraní de 2003 a 2005 y es conocido por su pragmatismo nuclear que en esa época llevó al acuerdo de Irán a una suspensión total de “actividades nucleares conflictivas”.

En consecuencia, y a pesar de la falta de acuerdos concretos en las últimas conversaciones mantenidas por Irán con el sexteto de mediadores internacionales (Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia, Alemania y China), tras el previo intercambio de cartas personales Obama-Rohwani y recogiendo la oferta de Obama, en su intervención ante la Asamblea de la ONU, Rowhani se ofreció a “participar inmediatamente en negociaciones para construir la confianza mutual y eliminar las incertidumbres con plena transparencia”, por lo que se habría instaurado una línea directa de negociación Obama- Rowhani que contaría con el apoyo explícito del Líder Supremo de la teocracia iraní,Ali Jameini.

Por ello, no sería descartable que tras limar asperezas, EEUU dé su visto bueno a las actividades de enriquecimiento de uranio de Irán “siempre que se supedite a la estricta supervisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA)”, lo que permitiría el control del stock de uranio enriquecido de Irán y fuente de inquietud entre los occidentales e Israel que temen que Teherán lo pueda emplear para fabricar armas atómicas.

En el supuesto de lograrse la resolución del contencioso nuclear de EEUU-Irán y el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países , Rowhani conseguiría su objetivo de que se reconozca el papel de Irán como potencia regional, logrando de paso el incremento de cooperación irano-estadounidense relativa a la seguridad en Iraq y Afganistán y la resolución del avispero sirio, pues la jugada maestra de Putin convenciendo a Assad para que entregara todo su arsenal de armas químicas y el escaso apoyo internacional recibido por Obama para iniciar su operación militar contra Siria, podría conducir al inicio en Diciembre de la anhelada Conferencia Internacional Ginebra II sobre Siria ( rememorando la Guerra de Laos y los Acuerdos de Ginebra de 1.954) .

Además, el acuerdo de cooperación energética del 2010 entre Irak, Irán y Siria para la construcción del gasoducto de South Pars a Homms que conectaría el Golfo Pérsico con el Mar Mediterráneo permitiría la llegada del gas iraní a la Unión Europea y aliviaría la severa rusodependencia energética europea, relativizando de paso la importancia estratégica de Turquía dentro del Proyecto del Gasoducto Trans-Adriático (TAP) así como el papel relevante de Arabia Saudí y Emiratos Árabes como suministradores de crudo a Occidente, con lo que Obama se granjearía la enemistad del otrora “fiel aliado” Arabia Saudí.

El mensaje diáfano de Obama sería que “la paz es posible a través del diálogo y que Israel y Estados Unidos tienen que negociar con Irán y con Siria, dos actores cruciales en la política de Oriente Próximo”, postulados que serían un misil en la línea de flotación del Gobierno de Netanyahu que aspira a resucitar el endemismo del Gran Israel (Eretz Israel), ente que intentaría aunar los conceptos antitéticos del atavismo del Gran Israel que bebe de las fuentes del sustrato bíblico y la concepción de un estado democrático incardinado en el siglo XXI, heredero de los postulados ideológicos de Theodor Herzl, considerado el Padre del actual Estado de Israel y fundador del sionismo.

Así, Herzl en su libro “El Estado judío: ensayo de una solución moderna de la cuestión judía”, propuso la creación de un Estado judío independiente y soberano para todos los judíos del mundo al tiempo que promovió la creación de la OSM (Organización Sionista Mundial) y en su obra “La vieja Nueva Tierra”(1902), sienta las bases del actual Estado judío como una utopía de nación moderna, democrática y próspera.

Por su parte, el Proyecto del Gran Israel (Eretz Israel), sería hijo del atavismo bíblico y bebería de las fuentes de Génesis 15:18, que señala que “ hace 4.000 años, el título de propiedad de toda la tierra existente entre el Río Nilo de Egipto y el Río Eúfrates fue legado al patriarca hebreo Abraham y trasferida posteriormente a sus descendientes”, lo que supondría la restauración de la Declaración Balfour (1.917), que dibujaba un Estado de Israel dotado de una vasta extensión cercana a las 46.000 millas cuadradas y que se extendía desde el Mediteráneo al este del Éufrates abarcando Siria, Líbano, parte noriental de Irak , parte norte de Arabia Saudí, la franja costera del Mar Rojo y la Península del Sinaí en Egipto así como Jordania, que pasaría a denominarse Palesjordán tras ser obligado a acoger a toda la población palestina de las actuales Cisjordania y Gaza forzada a una diáspora masiva ( nueva nakba).

Sin embargo, la política dialogante y contemporizadora de Obama sería un serio obstáculo para implementar la arquitectura del Gran Israel, por lo que asistiremos a la gestación de una trama endógena que tendrá como cerebros a la CIA y al Mossad israelí y que no dudará en reeditar el Magnicidio de Dallas (Kennedy,1.963), con el objetivo inequívoco de lograr que EEUU vuelva a la senda de las seudodemocracias tuteladas por el establishment anglo-judío.

Posteriormente, la Trilateral EEUU-Gran Bretaña-Israel procederá a la desestabilización de Oriente PROME por métodos expeditivos,(reviviendo la Guerra de los Seis Días, 1.967), y a rediseñar la cartografía del puzzle inconexo formado por los actuales países de Oriente Próximo y Medio para así lograr unas fronteras estratégicamente ventajosas para Israel, siguiendo el plan orquestado hace 60 años de forma conjunta por los gobiernos de Gran Bretaña, Estados Unidos e Israel y que contaría con el respaldo de los principales aliados occidentales (Gran Israel).