Repsol: México pisa fuerte y España, en falso

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PÁGINA 12| El gobierno mexicano decidió tomar intervención directa para apurar un acuerdo entre los gobiernos de Argentina y España en torno de la compensación para Repsol por la expropiación del control de YPF, con la explícita intención de que ello habilite el ingreso de Pemex (la petrolera aún estatal de México) como asociado en la explotación de los yacimientos de Vaca Muerta (Neuquén).

mex pena nieto y rajoyEl semanario Proceso, del DF, recoge una versión sobre el almuerzo entre los presidentes Enrique Peña Nieto y Mariano Rajoy, que tuvo lugar el pasado 19 de octubre en Panamá, en el cual el mandatario mexicano habría reclamado en términos firmes a su par español la intervención oficial de Madrid para llegar a un rápido acuerdo con Argentina. “Ya no es un problema entre empresas, sino entre países”, habría sugerido el primero, indicando además la poca diligencia con que se había manejado en el tema Antonio Brufau, presidente de Repsol.

Pemex es un accionista histórico de Repsol (con una participación del 9,4 por ciento), pero en las actuales circunstancias interpreta que la férrea cerrazón de los españoles para llegar a un acuerdo con Argentina le está negando la posibilidad de participar activamente en el desarrollo de Vaca Muerta. Bajo esas condiciones, el gobierno mexicano y las autoridades de Pemex no descartan la alternativa de alejarse de Repsol si no media una solución en torno de YPF y así se lo habrían hecho saber a sus socios españoles.

El encuentro referido por el medio mexicano tuvo lugar en Panamá, en oportunidad de la Cumbre Iberoamericana. Hasta ahora sólo se sabía que se trataron temas referidos a las relaciones bilaterales, pero recién ahora trascendieron detalles respecto de la demanda de Peña Nieto vinculada a la relación con Argentina.

El mandatario mexicano le habría planteado a Rajoy que, por la “falta de diligencia” de Brufau para manejar la negociación, a Pemex se le estaba bloqueando la posibilidad de desarrollar sus planes de inversión en Argentina. Concretamente, se trata de la asociación entre Pemex e YPF para invertir y explotar en conjunto áreas pertenecientes a la prometedora formación Vaca Muerta, la cual poseería uno de los reservorios más ricos del mundo en hidrocarburos de rocas de esquisto (shale gas and oil). Repsol ya amenazó con denuncias internacionales contra Chevron y Bridas por haber avanzado en acuerdos con YPF tras la expropiación de la empresa, porque considera que deberían esperar que se otorgue una compensación a la ex titular antes de entrar en vínculos con la nueva sociedad. Pemex no quiere entrar en colisión públicamente con su socia española, pero no se priva de plantear sus discrepancias.arg vaca muerta5

Emilio Loyola, director ejecutivo de Pemex, mantiene desde años una estrecha relación con Miguel Galuccio, titular de YPF, que se realimentó a partir de que éste fuera convocado a conducir la petrolera recuperada. No sólo han conversado sobre las proyecciones de los negocios conjuntos entre ambas compañías, sino que incluso llegaron a elaborar una propuesta en común para tratar de llevar a Repsol a una mesa de negociación. El propio Loyola fue el encargado de llevarla a Madrid, donde la defendió ante el directorio que encabeza Brufau. La salida ofrecida consistía en una indemnización por 1500 millones de dólares (en bonos de la deuda argentina) y una participación del 47 por ciento en un área a desarrollar en Vaca Muerta. Pemex retendría el 2 por ciento e YPF el capital mayoritario, el 51 por ciento.

“Es una trampa tendida por Argentina”, bramó Brufau. Las relaciones entre la dirigencia española y sus socios mexicanos se tensaron al límite. Ocurrió en junio de este año. La última información señala que Peña Nieto tomó cartas en el asunto, lo que da cuenta de la trascendencia que tiene para México una eventual participación en Vaca Muerta. A Rajoy no lo tomó por sorpresa el planteo, no sólo por los antecedentes mencionados, sino porque las autoridades mexicanas le habían anticipado que iba a ser tema del almuerzo en Panamá ese 19 de octubre. Por eso llevó una carpeta en la que se cuestionaba la propuesta de arreglo que había aportado Pemex. La respuesta de Peña Nieto fue descalificatoria para la gestión de Brufau y detrás vino el reclamo de tomar el asunto como “cuestión de Estado”, no de empresas. Rajoy no iba preparado para tanto.