Venezuela: sanciones y asalto

John Saxe-Fernández|

El asalto de Estados Unidos y la derecha venezolana contra los gobiernos bolivarianos, desde el golpe contra Chávez de 2002, se acentuó en años recientes. Ahora es un golpismo bajo Elliott Abrams, siniestra figura a quien el periodista Allan Nairn le dijo en persona que “sería tema apropiado para una investigación al estilo de Nuremberg.”

Abrams es el mensaje genocida de Trump a Venezuela, siempre bajo el guión operativo del Comando Sur (CS), que da continuidad a la violencia ejercida contra la población y las estructuras normativas y físicas de la nación desde un implacable programa de sanciones económicas para gestar malestar y asedio. Así lo instruye el guión de Operación Venezuela Freedom 2: medios y voceros deben atribuir a Maduro todas las consecuencias de esa agresión.

Pese al sepulcral silencio que la prensa del establishment guarda sobre las sanciones económicas, esos mismos medios ofrecen información sorprendente en torno al contubernio de Guaidó con el nacionaltrumpismo. El Wall Street Journal (WSJ) informa que la noche del martes 22 de enero, un día antes de que Guaidó fuese “ungido” por Trump como presidente interino de Venezuela, recibió una llamada telefónica del vicepresidente Mike Pence quien (textual):”le prometió que EU lo respaldaría si tomaba las riendas del gobierno de Nicolás Maduro”. EL WSJ reveló que la llamada nocturna puso en marcha un plan que había sido desarrollado en secreto varias semanas antes, en conversaciones entre personal oficial de EU, aliados, abogados y figuras clave de la oposición venezolana, incluido el mismo Guaidó”. La narrativa del WSJ dice que el miércoles Guaidó declaró “ilegítimo” al gobierno de Maduro y luego informó al electorado venezolano y al mundo que asumía como “presidente encargado”. Todo eso después que Pence hizo su promesa y Trump le enviara a Guaidó un tuit-unción declarándolo “presidente interino”. Inmediatamente, como estaba en el guión, lo reconocieron Canadá, Brasil, Colombia y otros.

Ante esta ópera bufa, en potencia trágica, Maduro rehusó apartarse del cargo y obtuvo el apoyo de Turquía, Rusia, China y Bolivia, mientras México y Uruguay, lejos de aislarse, buscan alternativas no unilaterales ni bélicas. Se advierte el costo humano de una guerra civil y su regionalización, con un EU que vende armas a cuanto grupo o ejército le compre, gestando caos y violencia ¿parte de su “gobernanza hemisférica”?

 La multilateralización de la ecuación mundial de poder da peso a la evaluación sobre las sanciones económicas, presentada a la Asamblea General de la ONU en agosto 2018. Eric Zwesse, (ICH, 10/01/19) informa de la veda de los medios a ese vital texto. Sólo The Independent la publicó en Londres. ¿Por qué?, porque deja escuchar el sonoro silencio de los medios ante la devastación humana de las sanciones y su fraudulenta atribución a Maduro y al socialismo bolivariano. Evidencia las patrañas de Guaidó y lo burdo y mentiroso de la narrativa imperial sobre la Venezuela bolivariana.

Cabe recordar que Guaidó dijo “no tener miedo de una guerra civil” y que, sin viso de legalidad, pero sí bajo la codicia de Wall Street, “aprobó” la enajenación de bienes nacionales y la privatización de gas y petróleo. La evaluación de la ONU revela lo podrido del asalto imperialista. No es chiste. Es potencialmente catastrófico.

Coda: el tuit-unción del magnate dice: “Los ciudadanos de Venezuela han sufrido durante demasiado tiempo en manos del régimen ilegítimo de Maduro. Hoy, yo he reconocido oficialmente a Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, como presidente interino de Venezuela”. Es la democracy made in USA.

Pero la evaluación de la ONU entre decenas de párrafos, indica que la población venezolana sufre el régimen unilateral e ilegítimo de sanciones de Trump en violación de toda norma legal. Según el párrafo 36 de la ONU: “Los efectos de las sanciones impuestas por los presidentes Obama y Trump y las unilaterales medidas de Canadá y de la Unión Europea directa e indirectamente agravaron la escasez de medicinas, como la insulina o las drogas antirretrovirales. En tanto, las sanciones económicas han causado atrasos en la distribución y por tanto contribuido a muchas muertes, las sanciones contravienen las obligaciones en torno a los derechos humanos de los países que las imponen. Bajo el artículo 7 del Estatuto de la Corte Penal Internacional (CPI), las sanciones llegan a ser crímenes de guerra. Sería apropiada una investigación de la corte. Pero la sumisión geopolítica de la CPI lo impediría.”

P. 44: “Aunque la situación de la República Bolivariana de Venezuela todavía no llega al umbral de una crisis humanitaria, hay hambre, desnutrición, ansiedad, angustia y emigración. Lo que importa es estudiar las causas de la crisis, incluyendo factores descuidados de las sanciones, sabotaje, acaparamiento, mercado negro, inflación inducida y contrabando de comida y medicinas”.