Venezuela de cara al 5 de enero (y más allá)

Marcos Salgado – Question Digital

El gobierno de Nicolás Maduro comienza a asimilar un golpe para el cual no estaba preparado. La amplia derrota electoral del 6D lo deja en un aprieto menos institucional que político. Hacia adentro y hacia afuera de sus filas. La respuesta, hasta ahora, deja muchos espacios vacíos. Demasiados ante una oposición que -ahora con poder institucional con el control de la Asamblea Nacional- puede disponerse a ocuparlos.

Cinco de enero es la fecha. El día que por mandato constitucional debe asumir la nueva Asamblea Nacional en Venezuela, con mayoría calificada de dos tercios para la oposición de derecha. Aunque éste último dato aún está por verse. El Partido Socialista Unido de Venezuela objetó la limpieza de la elección en al menos un circuito del estado Amazonas, y dejó abierta la posibilidad de impugnar esa y otras elecciones (recordemos que los comicios del 6D son en definitiva elecciones separadas, que se resuelven en cada estado y cada circuito electoral).

Con que el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia invaliden tan solo una elección y convoquen a volver a votar, y -llegado el caso- el resultado cambie de signo político, alcanzaría para que la oposición no obtenga los 2/3, lo que le haría perder algunas atribuciones importantes (votar y modificar leyes orgánicas, entre otras) aunque seguirían en control del parlamento.

De cualquier forma, aunque llegado el caso este escenario agregaría un dato no menor, las cosas en términos políticos generales no cambiarían: el chavismo sufrió su peor derrota electoral desde que comenzó el proceso y de cómo la asimile (y actúe en consecuencia) dependerá una parte importante del devenir de la Revolución Bolivariana en su etapa más difícil.

Autocrítica limitada

“Lo que haya que corregir, lo vamos a corregir”, repiten altos funcionarios del gobierno en cada aparición pública tras la derrota del 6D, y especialmente en la última semana. En una asamblea popular espontánea frente al Palacio de Miraflores, apenas dos días después de las elecciones, el presidente Maduro fue más allá, dijo que “la burocracia y la corrupción envolvió las políticas revolucionarias”.

El Jefe de Estado llamó a “un gran debate nacional con todo el pueblo” y alertó que “quieren venir por la patria venezolana, para acabar este hermoso ensayo de revolución pacífica, la burguesía no ha respetado nunca las reglas de juego”. Enseguida, ordenó los factores que influyeron en la derrota: “lo primero que tenemos que hacer es denunciar el plan de guerra imperialista económico contra Venezuela”.

En la misma línea se pronunció en Twitter la canciller Delcy Rodríguez. “Me llama poderosamente la atención ver compañeros q se dicen estar en las filas de la Revolución culpando a ministros y líderes del PSUV”, escribió, y enseguida agregó: “¿por qué no dirigen su energía a explicar al pueblo las agresiones mediáticas, sicológicas, económicas y financieras en contra de Venezuela?” y luego reclama: “no busquemos las causas del lado de la Revolución. ¡Rectifiquemos al máximo nuestra eficiencia para derrotar a la contrarrevolución!”.

En otra asamblea frente a Miraflores, el presidente Maduro desempolvó el concepto de “Las tres R”, acuñado por el comandante Chávez tras la exigua victoria del “No” en el plebiscito para la reforma constitucional, en 2007. En aquella oportunidad se habló de “Revisión, Rectificación y Reimpulso”; en 2010, el líder bolivariano las resignificó en “Recuperar, Repolarizar y Repolitizar”. Las mismas líneas que, en diciembre del año pasado, el presidente Maduro indicó que serían centrales en su agenda de gobierno en este 2015.

Aún cuando podrían ser estas “tres R” un buen punto de partida para ordenar la autocrítica, el presidente Maduro ha instaurado otras: “Rectificación, Rebelión y Renacimiento Bolivariano”.

El jefe de Estado dijo que las claves de la hora son: Las claves son “la rectificación profunda, revolucionaria y constructiva; la rebelión de masas frente a las amenazas de la oligarquía, y el renacimiento de aquí adentro: del bolivarianismo, del chavismo, del patriotismo de esta patria, de este pueblo, de esta historia”.