Anthony Bellanger, secretario general de la FIP: Por la seguridad de los periodistas y los derechos sindicales

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Sergio Ferrari, desde Berna, Suiza|

Con más de 600 mil miembros en 140 países, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) es la organización sindical-asociativa  más importante del planeta. Constituye, además, la caja de resonancia  de los profundos cambios y desafíos que viven los medios de comunicación  y  protagonizan los periodistas. Desde los políticos globales hasta la seguridad de los comunicadores, pasando por  el nuevo paradigma de la sociedad digital,  los temas ancestrales de las condiciones laborales o las legislaciones internacionales que penalizan el ejercicio de la profesión.

“Una temática tan vasta como exigente”, según Anthony Bellanger, joven y experimentado periodista francés, secretario general de esta organización mundial con  sede en Bruselas, Bélgica. La que en pocos días, entre el 7 y el 10 de junio, realizará su congreso trianual, el 29no, en la ciudad de Angers, al oeste de Francia.

– ¿Cuáles son los grandes retos de la FIP para los próximos años que serán debatidos en Angers?  

-Un desafío esencial es la viabilidad económico-financiera de nuestra organización. Constituye un tema central de la reflexión “interna”, justo cuando llegamos a los 90 años de la existencia de la FIP, nacida del impulso de periodistas visionarios entre ellos Georges Bourdon.  Otra problemática significativa es la seguridad de los periodistas en el mundo entero. Constatamos un balance humano catastrófico con una centena de colegas asesinados cada a año en el ejercicio de su profesión. ¡Cuando hacemos la cuenta, llegamos a la escalofriante realidad de casi 2 muertes por semana! Paradójicamente, no siempre en los países en guerra, aunque sí en naciones que confrontan  diferentes tipos de violencia. hon periodistas muertos

Es el caso de Pakistán, Filipinas, India,  México u Honduras. El tema de la seguridad se convierte así en central. Y de ahí nuestra obsesión por asegurar la seguridad de los periodistas y de las fuentes. En la gran mayoría de los casos las víctimas son comunicadores locales, cuyo sacrificio no siempre produce una gran indignación internacional. Lamentablemente en nuestro gremio hay dos tipos de reacciones ante el asesinato: si se trata de periodistas europeos o norteamericanos y el resto.

“Profesión de alto riesgo”

– ¿Eso significa que la FIP debe preocuparse más de la cuestión de derechos humanos en general que lo específico de los derechos sociales y sindicales? ¿Implica un retroceso de la tarea de la organización?

– No es un retroceso, para nada. La defensa del gremio es integral. Pero claro que la vida es algo esencial y no podemos entonces dejar de formar, acompañar, para reforzar la seguridad. Sin embargo, seguimos siempre abordando los derechos sindicales. Por ejemplo, en el mundo árabe. Con formación y asesoramiento.  Y en general, están siempre presentes temas vitales como el derecho de autor, las convenciones colectivas de trabajo,  la igualdad hombre-mujer en el ejercicio de la profesión. Cuando comencé como periodista, hace 20 años, los colegas cubrían incluso los frentes de guerra sin riesgo de muerte. Ahora, en muchos lugares, se trata de una profesión a alto riesgo.

-A inicios de mayo pasado se realizó la asamblea trianual de la Federación Europea de Periodistas (FEP) en la que usted participó. ¿Si se analizan los grandes temas del sector a nivel mundial, como la seguridad, no le sorprendió que la reflexión en ese cónclave en Sarajevo haya sido fundamentalmente “intraeuropeo”?

– Es normal que haya sido un  debate esencialmente enfocado a las temáticas europeas. Cuando visito África, percibo lo mismo, es decir que los temas torales son africanos. Y lo mismo en Asia o en América Latina. Es obvio que en Europa sean primordiales en la agenda las convenciones colectivas de trabajo; la confrontación del desmantelamiento del servicio público;  el secreto de las fuentes…Estas preocupaciones corresponden al trabajo sindical tal como lo venimos concibiendo desde después de la 2da guerra mundial. Y quiero subrayar de la asamblea de Sarajevo que las orientaciones y mociones aprobadas van en el buen camino. Son un indicador del trabajo común que realizamos la FIP y la FEP,  que compartimos la misma oficina en Bruselas. Y del trabajo coordinado de nuestros presidentes. Tenemos enormes desafíos comunes ante una tendencia dominante que nos condiciona: la reducción creciente de periodistas y por tanto la disminución de la sindicalización y del reclutamiento de los mismos.

– Cuando menciona temas prioritarios como la preocupación por el desmantelamiento del servicio público de la información, sin embargo,  no son específicos de Europa. Sino que son comunes  a las preocupaciones esenciales del gremio en otros continentes, como por ejemplo, en América Latina…

periodistas– ¡Es totalmente cierto! Constituye una temática que podríamos considerar universal. Estuve recientemente en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra para abogar por la defensa del servicio público. Y no solo en la esfera de la comunicación sino junto a otros sectores como el transporte. Los que lo amenazan, intentan considerarlo como una carga financiera para los Estados. Actitud que constituye un verdadero problema ya que atenta contra el pluralismo. Con la crisis actual se cuestionan los costos y presupuestos. Y no hay escrúpulos para golpear a los servicios públicos esenciales garantes de la misma democracia.  Los que quieren desmantelarlo no quieren aceptar que la ciudadanía  se identifica con el servicio público, sea la radio o la televisión.

“Nuestro futuro depende de la juventud”

-¿Cuáles son los principales desafíos de futuro para la FIP?

– El trabajo con la juventud. Imposible construir un futuro si no logramos priorizar en los jóvenes. Muchas veces golpean, con muy buena formación, a las puertas de las redacciones y no encuentran un lugar. Sin jóvenes no habrá ni profesión, ni FIP de futuro. Otro elemento esencial es la sindicalización. Debemos seguir mostrando y explicando lo que hacemos. Todavía hay gente que piensa que los sindicatos  frenan la economía, obstaculizan el desarrollo. Hay un gran trabajo a hacer: sensibilizar a diario sobre la importancia de los sindicatos y el aporte irremplazable de estos al bien común.

– En las sociedades actuales pareciera que sindicalismo y juventud son elementos antípodas…

-Así es. Se asocia a los sindicatos con la vejez y formas superadas de organización. Sin embargo, son los únicos instrumentos que conocen realmente el mundo del trabajo y pueden representar a ciencia cierta  a los asalariados. Hay algo de paradójico en nuestras sociedades. Parece que la gente confía más en ONG y asociaciones que están muy presentes, hacen mucho ruido informativo y de denuncia, pero que no representan más que a un reducido grupo de miembros. Cualquiera puede integrar esas organizaciones de derechos humanos o de libertad de expresión porque no tienen exigencia alguna. Pero a un sindicato de periodistas o de prensa no pueden afiliarse más que los propios periodistas o trabajadores de los medios. Los sindicatos juegan un papel decisivo. Pueden tener una voz más crítica y fuerte que cualquier otra asociación u ONG que en muchos casos se sentirán condicionadas ante un gobierno que la financia. La FIP y nuestros sindicatos miembros son financiados exclusivamente por sus afiliados lo que nos da una gran libertad de acción.

“Somos bomberos de un fuego extendido”prensa Anthony Bellanger1

Quisiera terminar donde comenzamos con el tema de la seguridad y protección de los periodistas. ¿No corre el riesgo una organización como la FIP de jugar el rol de bombero en situaciones de emergencia más que de promover un sindicalismo propositivo y de futuro?

– Hay fuego en todas partes y no somos tantos ni tenemos los medios para apagarlo. La defensa y protección de nuestros colegas es esencial. Con periodistas muertos o encarcelados no existe información posible. Sin embargo, esta actitud de principio no significa desatender la defensa por los valores y derechos laborales, sociales, sindicales esenciales a nuestra profesión. Las dos actividades son prioridades. En estos momentos complejos de civilización la solidaridad adquiere un valor innegociable como principio. Sea en el trabajo diario en las redacciones. Sea en su dimensión internacional.  Debe ser el centro de nuestra preocupación cotidiana. ¡No hay ningún valor más importante que la solidaridad!