Viudas e hijas del acuerdo nuclear

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Walter Goobar – Miradas al Sur

El secretario de Estado, John Kerry, pasó más tiempo en Viena para conseguir la firma del acuerdo nuclear con Irán –18 días– que cualquiera de sus predecesores en un solo lugar desde la Segunda Guerra Mundial. La conferencia de Yalta duró sólo ocho días; la de Postdam, 17. Mientras las potencias compiten ahora por llegar primero a Teherán para hacer negocios y concretar acuerdos comerciales, la lista de damnificados por el fin del conflicto incluye a varios influyentes aliados tradicionales de EE.UU.

El sanguinario y apocalíptico Estado Islámico está casi tan indignado como el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu porque Irán está ahora en el estrato más alto de quienes pueden negociar sobre el futuro de Siria y del régimen de Assad. La Guardia Revolucionaria y sus aliados del Hezbolá libanés están en las primeras líneas de combate contra los islamitas, por lo que Irán intentará persuadir al gobierno de Obama de que apoye a Assad –aunque sea de manera tácita– si tiene tanto deseo como Irán de destruir al Estado Islámico sunita wahabita.

Y como Arabia Saudita tiene la misma opinión que Israel y que los republicanos en el Congreso estadounidense, todos intentarán descarrilar los acuerdos.

Según el analista Daniel Kupervaser , Bibi Netanyahu, ya movilizó a todas sus huestes de correligionarios, simpatizantes y servidores para lanzarse a una dramática contraofensiva sobre Obama en los pasillos del Capitolio.

La punta de lanza de las fuerzas Netanyahnas en terreno estadounidense es el Aipac (Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos – Israel, por sus siglas en inglés), el poderosísimo lobby pro Israel de ciudadanos judíos estadounidenses. En una circular dirigida a sus miembros, Aipac habla por boca de Netanyahu cuando afirma: “El Congreso estadounidense debe rechazar este acuerdo para obligar a su Ejecutivo a trabajar con nuestros aliados para continuar con la presión económica sobre Irán y paralelamente proponer un arreglo mucho mejor que bloquee toda posibilidad de desarrollar armamento nuclear en ese país”.

Kupervaser vaticina un duro enfrentamiento entre Netanyahu-Aipac frente a Obama. Aparte de movilizar automáticamente a todos los senadores republicanos, la iniciativa israelí requiere el apoyo de otros 13 demócratas para tirar por la borda todo intento de un veto presidencial.

El previsible incremento de las exportaciones de crudo iraní preocupa a los vecinos saudítas. Sin embargo, hay algo que provoca mayor preocupación en la zona: el papel que podría desempeñar el Irán chií en la lucha contra el Estado Islámico. De hecho, los estrategas estadounidenses estiman que Teherán sería una excelente punta de lanza de la ofensiva contra el terrorismo de corte suní, ideado y apoyado por Arabia Saudita, el vecino y enemigo histórico de Irán en la zona.

Desde hace 17 meses (o sea, desde que se anunció que Washington y Teherán estaban negociando, Tel Aviv viene negociando en secreto con Arabia Saudita. Delegaciones de muy alto nivel se han reunido cinco veces en la India, en Italia y en la República Checa.

La cooperación entre Tel Aviv y Riad es parte del plan estadounidense de creación de una «Fuerza Árabe Común», bajo los auspicios de la Liga Árabe pero… bajo las órdenes de Israel. Esa fuerza ya está operando contra Yemen, realizando una campaña en la que miembros de la fuerza aérea israelí pilotean bombarderos sauditas en el marco de una coalición “árabe” cuyo cuartel general, también instalado por Israel, se halla en Somalilandia, un Estado no reconocido situado del otro lado del estrecho de Bab el-Mandeb.

En otras palabras, si Tel Aviv y Riad admiten que Irak, Siria y la mitad del Líbano queden bajo control de Irán, ambos tienen intenciones de asegurarse de que Irán renuncie a exportar su revolución;
– Controlar el resto de la región, con excepción de Turquía, que ha tomado el lugar de Arabia Saudita en materia de terrorismo internacional y acaba de perder Siria.

Activos estratégicos

El deshielo con Teherán tiene lugar en momentos en que Estados Unidos se ha convertido en el primer productor mundial de petróleo, por delante de Arabia Saudita y de Rusia. En esta nueva situación, Estados Unidos ya no necesita para sí mismo el petróleo del Medio Oriente y lo único que le interesa es que ese mercado siga funcionando en dólares.

Además, Washington ha iniciado un reposicionamiento de sus tropas, moviéndolas de Europa occidental y el Medio Oriente hacia el Extremo Oriente. Pero eso no quiere decir que tenga intenciones de abandonar esas regiones sino que quiere garantizar su control por otros medios.

El francés Thierry Meyssan considera que el acuerdo 5+1 constituye un golpe maestro de Barack Obama ya que aísla a Rusia y China. El hecho es que la República Islámica ha renunciado a entrar en conflicto con Estados Unidos y, aunque no se conocen los diferentes anexos bilaterales entre Washington y Teherán, ya se ve –en menos de una semana– cómo empiezan a delinearse los proyectos de reorganización del Medio Oriente ampliado para hacerse con el control de Asia Central, patio trasero de Rusia y China, fronteras de la India e Irán.

El modelo a aplicar será el mismo del “Terrorismo, extremismo y separatismo”, aprovechando la fragilidad de los Estados autocráticos y laicos de la región, levantados sobre lazos étnico-tribales.

Según el presidente ruso Vladimir Putin, el Estado Islámico ya está presente en 25 de las 34 provincias afganas, incluidas las norteñas.

La “Internacional yihadista” creada por el Pentágono en 1978 en Afganistán con el lumpenproletariado afgano, pakistaní, árabe, uzbeko, tayiko, uigur, checheno, entre otros, sigue siendo considerada por el Pentágono como “un activo estratégico”. En ese sentido, la relocalización del Estado Islámico ocupa un papel central en este tercer intento de la OTAN de manipular el fanatismo religioso.

La idea es cercar a Irán con el infierno de guerras en sus fronteras, y no solo para rebajar el disgusto de Israel, Arabia Saudita y Turquía por hab er habilitado a Irán tras la firma del acuerdo nuclear. Si en algo están todos de acuerdo es en que quieren mantener la espada de Damocles encima del cuello de Teherán, sacándole más y más ventajas.

Fuente: http://www.miradasalsur.com.ar/2015/07/26/revista/iran-las-claves-del-acuerdo-nuclear/