Venezuela y el dilema europeo
Leopoldo Puchi|
El 5 de enero se vence el actual período legislativo para el que fueron elegidos los actuales diputados de la Asamblea Nacional. Frente a las implicaciones de esta circunstancia se han revelado algunas discrepancias entre el Gobierno de Estados Unidos y las instancias de política exterior de la Unión Europea.
Como se sabe, la estrategia diseñada para el cambio de gobierno en Venezuela ha tenido como pieza de importancia la creación de la imagen de un poder dual, para lo que se ha hecho uso argumental de que una de las ramas de los Poderes Públicos, el Legislativo, asume las riendas del Ejecutivo. Al vencerse el período de la Asamblea, obviamente se desvanece la argumentación.
Humpty Dumpty
Para ciertos sectores en Europa resulta cuesta arriba sostener que quienes fueron electos por cinco años puedan permanecer en funciones unos meses, o quizás dos o cinco años más. En el caso de Washington es algo diferente, porque existe la idea, en una parte de su élite dirigente, de que su poderío económico y militar les permite ir más allá de cualquier justificación razonable.
Sobre este asunto, del lenguaje y el poder, es bastante conocido el siguiente párrafo de Alicia en el país de las maravillas:
“Cuando yo uso una palabra –insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso– quiere decir lo que yo quiero que diga…, ni más ni menos.
–La cuestión –insistió Alicia– es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.
–La cuestión –zanjó Humpty Dumpty– es saber quién es el que manda…, eso es todo”.
Unión Europea
Se realicen o no elecciones el 6 de diciembre, la decisión está tomada para EEUU, mientras que Europa tiene matices. Recordemos que la UE no ha desconocido la presidencia de Nicolás Maduro y mantiene relaciones diplomáticas sin rupturas con el Gobierno venezolano. Muchos en la UE preferirían que no se hicieran las votaciones en Venezuela y así no tener que escoger entre un reconocimiento de la nueva Asamblea electa o decir que el período vencido no se ha vencido.
También apuestan algunos líderes europeos a una evolución por medio del método de la negociación, acuerdos parciales y formas de convivencia sin cambios drásticos en los que la tortilla se vuelque. Se piensa incluso que un gobierno demócrata de Joe Binden pudiera actuar a corto o mediano plazo para disminuir las tensiones y buscar arreglos entre los dos países.
El objetivo estratégico esencial para Washington es reinsertar a Venezuela y a su fuerza militar en el dispositivo geopolítico estadounidense. Hasta el momento, no ha mostrado disposición a negociar fórmulas de cooperación y convivencia en las que los dos países resulten beneficiados, en el marco de un nuevo esquema de relaciones de respeto mutuo. Es esta dirección la que hay que apuntalar, para lo que es indispensable que se comience por poner fin, o al menos aliviar, el bloqueo financiero y petrolero.
Día a día