Venezuela prepara la Navidad mientras Trump juega al bloqueo
Marcos Salgado
Las venezolanas y los venezolanos se preparan para Navidad y Año Nuevo. Ese es el gran hecho verificable luego de semanas de locura, presión psicológica, operaciones de prensa y recurrentes amenazas de ataques directos y en el terreno del ejército más poderoso del mundo en despliegue inusitado en el Mar Caribe.
Por repetidas, las amenazas de atacar en tierra al inasible Cartel de los Soles se desinflaron a pesar de la ayuda acrítica de la mediática occidental. Lo que las primeras semanas de asedio preocupaba y mucho, como la amenaza de aviones de guerra estadounidenses cerca de Venezuela, se volvieron cosas de todos los días y todas las horas.

Muchos quedaron, como dicen en Venezuela, “con los crespos (rulos) hechos”. Todo lo que iba a pasar no pasó. Aquello para lo que estaban acicalados no sucedió. Esto no es nuevo en Venezuela. Es recurrente que lo que los medios occidentales anuncian no sucede. La inminente caída del presidente Nicolás Maduro por su irremediable debilidad no ocurre. Sería deseable que los medios revisen esta monserga, pero no.
Maduro resiste ¿y Trump?
La vida real, después de cinco meses de asedio, muestra al presidente Maduro tranquilo frente a las amenazas. El jefe del chavismo marca pauta informativa y combina definiciones duras con apelaciones a la organización militar y política, que hoy es lo mismo. Los medios occidentales censuran las definiciones del presidente, que anuncian especialmente el Estado comunal y una nueva organización institucional.
Este es tal vez el hecho más contundente, por lo diáfano, de todo lo que ocurrió en estos meses alocados. Del otro lado, las amenazas de Trump parecen diluirse aun cuando las acciones en el Caribe y en el Océano Pacífico son concretas: más de 30 ataques, más de 100 muertos. Aún así, el magnate está empantanado. Por eso pasó a una ofensiva retórica, al asegurar que el petróleo venezolano es de Estados Unidos.

El posteo en Truth Social fue calificado por muchos como delirante. Trump aseguró que “no permitirá que un régimen hostil se apodere de nuestro petróleo”, en referencia a Venezuela y amenazó con “una conmoción nunca vista antes hasta que devuelvan a Estados Unidos todo el petróleo, la tierra y los activos que nos robaron previamente”.
La respuesta en las calles de Caracas no se hizo esperar. “Ese carajo está loco”, le dijo a Tiempo Argentino José Gil, mientras blandía una cartulina escrita a mano donde advertía: “Todos los venezolanos somos la generación de Bolívar (…) nos enseñó a derrotar imperios. No tenemos miedo, somos mansos pero no mensos”. Como José, muchos pasan de la perplejidad con certezas. El mismo gobierno de Nicolás Maduro recurrió a una estrategia probada: tomarse en serio las bravuconadas del magnate. Pocas horas después del posteo, las plazas Bolívar de las principales ciudades fueron punto de encuentro para manifestar el rechazo. Una movilización que, aseguran aquí, seguirá.
“La verdad ha aflorado y es una rotunda victoria de Venezuela”, dijo el ministro de Defensa y General en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Vladimir Padrino López, sobre quien pesa una de las “recompensas vivo o muerto” vigentes en Washington. Para el gobierno venezolano, los dichos de Trump no son otra cosa que la confirmación de una denuncia sostenida: no es el supuesto narcotráfico, es el petróleo.

Según la nueva estrategia Trump, ahora el objetivo serán los barcos “sancionados”. Ya capturaron un superpetrolero, el Skipper, el 10 de diciembre. La tripulación –denuncia Venezuela– permanece desaparecida. Pero al cierre de este artículo otro buque perseguido, el Hyperion, vinculado a Rusia, descargaba diluyentes esenciales en el principal complejo refinador de Venezuela, en el estado Falcón. ¿La estrategia del “bloqueo total” anunciada por Trump tiene agujeros? ¿Tal como las amenazas de ataques terrestres que no llegaron?
“Mira, ¿qué va a pasar?”, le preguntaron a este cronista dos vecinos sentados en el escalón de un almacén de licores, en la tarde del viernes. “Los gringos no van a atacar, pero se puede venir un bloqueo”, argumenté. “Ah, pero eso nos jode a nosotros”, advirtieron.
Las consecuencias del bloqueo del primer mandato de Trump están demasiado presentes en la sociedad venezolana. ¿Se viene más de lo mismo?
Publicado en Tiempo Argentino