Venezuela: estatizar el comercio exterior para frenar la próxima devaluación

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MANUEL SUTHERLAND | En Venezuela han crecido con enorme vigor los ingresos petroleros. Aunque el dólar estadounidense ha sufrido una fuerte depreciación, las entradas por concepto de exportación de petróleo son cuantiosas, aunque no se reflejan en la producción nacional de manera significativa. ¿Qué pasa con la renta petrolera que parece diluirse?

 

“Es fácil ver que todo el movimiento revolucionario encuentra necesariamente tanto su base empírica como científica en el desarrollo de la propiedad privada; para ser preciso de la economía. (…) Su desarrollo [el de la economía] –producción y consumo- es el reflejo sensorial del movimiento de toda la producción, desde ahí, está la realización o la realidad del hombre.”

Carlos Marx

La década de 1990 se caracterizó por precios del petróleo realmente bajos. Un decenio de mezquino crecimiento que apareció bajo la faz del Caracazo que sembró de incertidumbre el panorama productivo de los años subsiguientes. Siendo 2002 y 2003 aún años de renta baja, ya para el 2004 se experimenta un salto enorme (39% de incremento en las exportaciones) y se abre un ciclo de bonanza petrolera. En el gráfico 1 se muestra el movimiento de las exportaciones FOB e importaciones CIF, destacando el período de gran crecimiento entre 2003 y 2012.

Gráfico 1:

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Es realmente reflexionar acerca del uso que el Estado le ha dado a la renta petrolera y el afán de usarla para gastos de naturaleza improductiva. De la misma forma es incomprensible la no utilización de la renta en un plan nacional de industrialización estatal masiva, que necesita el país para dejar atrás lastres tecnológicos y dependencias técnicas en los más diversos sectores. Para nosotros la deuda social debe reconocerse y honrarse, pero la forma no estriba en la particular transferencia unilateral directa, sino en la creación de espacios productivos donde se puedan desarrollar las potencias laborales de los millones de trabajadores que pululan en nuestra tierra. El resultado de la ampliación del gasto público acompañado con el rezago productivo y la enorme sobrevaluación de nuestra moneda, es un grotesco crecimiento de la importación en todos los niveles.

En la tabla 1, vemos los altísimos porcentajes de crecimiento de ambas variables: Tabla 1:

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De lejos vemos que el alza importadora devora sustancialmente los ingresos petroleros, la sobrevaluación de la moneda y el atraso tecnológico de décadas de bajísima inversión, va arrastrando al país a consolidarse como un gigantesco Centro Comercial. Se está importando (no sólo el Estado) lácteos, pollos, carnes y hasta CASAS, si leyó bien, casas, un verdadero y empobrecedor despropósito. Es realmente peligroso que las importaciones crezcan mucho más rápido que las exportaciones, eso es señal unívoca de un profundo desbalance.

La relación entre las importaciones y las exportaciones del sector privado

En Venezuela el 98% de las divisas las genera el sector estatal de la economía. La totalidad de nuestro empresariado sólo exporta un paupérrimo 2%, es decir, todas las empresas privadas en Venezuela apenas generan un ridículo 2% (2 mil millones de dólares de EEUU -2011-) del total de divisas que ingresan al país. Sin embargo, ni cortos ni perezosos, nuestra clase capitalista en el año 2011 importó la bicoca de 40 mil millones de dólares de EEUU.

Lo que queremos mostrar a simple vista, es la más absurda DESPROPORCIÓN entre las divisas que genera el capital privado en Venezuela y las divisas que exige para su funcionamiento. En la tabla 2 podemos observar este comportamiento.

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Es delirante que habiendo un control de cambio el gobierno traslade anualmente alrededor de 40 mil de millones de dólares de EEUU (preferenciales, es decir, 5 veces más económico que la cotización del dólar en el mercado paralelo -2013-) a la burguesía local, para que está genere la miserable suma de 2 mil millones de dólares de EEUU. Los guarismos expuestos patentizan que nuestros empresarios no tienen ninguna potencialidad competitiva a nivel mundial y que su actividad principal radica en la absorción pasiva de la renta petrolera, a través de la importación de mercadería con base a moneda sobrevaluada.

En el gráfico 2 se denota que en el año 2003 la burguesía importaba 3 dólares de EEUU y exportaba 1 dólar de EEUU. Para el año 2011 la burguesía importa 20 dólares y apenas exporta 1 dólar. Esto evidencia un drástico empeoramiento de la situación productiva del país y muestra a las claras la solidificación del rol radicícola, improductivo e

ineficiente del empresariado-importador local, a quien el gobierno sigue entregando “inexplicablemente” miles de millones de dólares baratos para que sigan especulando y llevando al país a la ruina.

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Mientras esta inicua situación continúe, es previsible el advenimiento de MEGA DEVALUACIONES del tipo de cambio, hélices inflacionarias (aunque ya Venezuela detenta la cuarta (4ta) inflación más alta del mundo) y por ende drásticos descensos en el salario real.

La microscópica exportación del sector privado de la economía sigue disminuyendo día a día. La caída (en apenas 5 años) del 55% en las exportaciones (NO)petroleras de Venezuela, evidencia un hecho gravísimo que deja entender la penosa incapacidad productiva del empresariado local. En el gráfico 3 aparece la atroz caída de las exportaciones no petroleras.

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Es menester recalcar, la necesidad de erigir una Central Estatal Única de Importaciones (CEUI), que pueda extirpar los negocios especulativos de nuestro empresariado local, que sigue consagrado a exportar los dólares de la renta petrolera, a sus cuentas de Suiza y las Islas Caimán.

Las DESPROPOCIONADAS importaciones del sector privado

La escasez de exportaciones privadas, se debe principalmente a la nulidad productiva del empresario local, es decir, su absoluta y manifiesta incapacidad para competir en el mercado internacional, por ser abiertamente ineficiente en la producción de mercancías. En términos dialécticos-materialistas, se puede afirmar con entera certeza, que el empresario local produce sus mercancías con: Exceso de tiempo de trabajo necesario, es decir, produce mercancías muy por encima del tiempo de trabajo abstracto socialmente necesario, requerido para la producción normal de una mercancía.

Lo que se observa en la tabla No 3, es que el Estado venezolano ha vendido al empresariado local (extranjeros y venezolanos cuyo ámbito de explotación de la fuerza de trabajo, se circunscribe al territorio nacional) más de 317 mil millones de dólares a precios preferenciales, es decir, vendidos a precio oficial que en el mercado paralelo (año 2013) se consiguen 500% más costosos. El gobierno le ha trasladado enormes fortunas al empresariado local, que se ha enriquecido como nunca antes de la renta petrolera. Lejos de aprovechar la sobrevaluación del bolívar para la compra de maquinaria y equipos, el empresariado se ha dedicado al ciclo: Importar barato mercancías elaboradas y revenderlas (especular) y/o importar cajas vacías para apropiarse de los dólares de EEUU y revenderlos en el mercado paralelo.

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Aunque el control de cambio frenó en 2003 la escandalosa fuga de divisas, desde el 2004 en adelante no ha hecho más que potenciar una hemorragia de dólares. Los cálculos más conservadores muestran que la burguesía local se ha apropiado y luego depositado en el extranjero, más de 145 mil millones de dólares de EEUU, desde el 2003 hasta el 2012. Dicha cifra es equivalente a la construcción de cien (100) líneas -número 5- del metro – ampliación del tren subterráneo en Caracas-, una de las obras de infraestructura más costosas de América Latina.

Peor aún, los 317 mil millones de dólares preferenciales habilitados para que la burguesía local importe (muchísimo más dólares que lo que la economía venezolana realmente amerita importar), se ha traducido en un clima de escasez, desabastecimiento y reducción drástica de la calidad y disponibilidad de mercancías en el país. Todo esto indica a las claras, que la mayor cantidad de importación es FRAUDULENTA, simplemente no existe. Es sólo una ficción útil para apropiarse de dólares preferenciales, que inmediatamente se ahorran en el extranjero o se venden a precio de dólar paralelo, arrojando márgenes de ganancia de 500%.

La drástica caída de las divisas que dan liquidez a las Reservas Internacionales

Según el BCV, sus propias reservas internacionales en divisas en el año 2013, alcanzan la paupérrima suma de 3 mil millones de dólares de EEUU. Decimos que es una cifra ridícula, porque en el año 1997, con el precio del petróleo a 9 dólares de EEUU, las Reservas en divisas, alcanzaban la suma de 13 mil millones de dólares de EEUU. Las reservas en divisas de 2013, equivalen a sólo un 22% de las contabilizadas en 1997i. Ni hablar que ahora se importa más del cuádruple de lo que se importaba en el año de 1997.

En el Gráfico No 4 se aprecia una sencilla relación que muestra la evolución de las divisas disponibles de las Reservas Internacionales por una parte, y por la otra nos enseña la relación Divisas / Importaciones CIF, que en el año 2003 era de 1,1; es decir, que con las divisas disponibles se podían cubrir las importaciones de un poco más de un año entero. Ahora, la caída de las divisas muestra que con lo que había disponible en el 2012, sólo se cubre un preocupante 0,1; es decir, que las divisas disponibles apenas alcanzan para alrededor de un mes y medio de importaciones. La situación para el 2013 evidencia que las Divisas disponibles sólo alcanzan para un mes.

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La nacionalización del comercio exterior a través de una Central Estatal Única de Importaciones (CEUI)

La forma básica de frenar el desangre de divisas y la espiral dramática: devaluación- inflación, es crear una CENTRAL ESTATAL ÚNICA de IMPORTACIONES (CEUI), que arrebate el ámbito especulativo a la parásita burguesía-especuladora-importadora venezolana. El gobierno, con su control de cambio y asignación de divisas preferenciales (a precio 5 veces menor que el que indica el mercado paralelo de divisas) ha creado un mecanismo fabuloso para transferir renta petrolera a la burguesía: la importación de mercancías con tipo de cambio sobrevaluado y su reventa a precios de oligopolio. Con este mecanismo, se han hecho fortunas enormes y el país se ha sumido en la miseria improductiva.

Con responsabilidad afirmamos, que la CENTRAL ESTATAL de IMPORTACIONES permitiría retener buena parte de la renta petrolera que la burguesía local exporta.

Apuntes concretos de la propuesta que ahogaría el círculo vicioso: devaluación-inflación

La CEUI buscaría centralizar en un ente estatal, la totalidad de Importaciones del país que dependan de los dólares que dispensa el Estado. De manera muy concreta, se plantean a continuación algunos puntos específicos de la CEUI.

Los sectores público y privado (personas naturales y jurídicas) podrían acudir a la CEUI, para importar al detal y al mayor las mercancías manufacturadas o insumos industriales que necesiten.

– La CEUI funcionaría de manera muy similar a la central de comercio electrónico estadounidense: Amazon.com, o a la central de comercio electrónico china: tradetang.com. Las mismas concentran infinidad de marcas y modelos de mercancías, que pueden ser adquiridos de forma rápida, económica y sencilla a través de sus páginas Web.

– La CEUI concentraría las compras de todos, recogiendo las solicitudes de los que demandaron diversas mercancías. Aprovechando una gran escala de compra, podría conseguir precios mucho más bajos.

– La CEUI al centralizar la importación, abarataría los actualmente siderales costos de transporte, distribución y reparto de mercancías. Ni hablar que pudiera reducir los tiempos de compra y despacho de diversos productos necesarios para la industria, que por razones de ineficiencia y de pequeña escala al comprar, llegan tardíamente.

– La CEUI facilitaría el control aduanal-tributario y reduciría drásticamente los pingues fraudes masivos que lleva a cabo la burguesía importadora en su afán de traer mercancías con sobreprecios, sobrefacturar o traer cajas y contenedores vacíos.

– La CEUI (según el estadístico Salvador Soto) también disminuiría los engorrosos procesos burocráticos que traen consigo todas las alcabalas de importación, transporte, puertos, SENIAT, etc. que el mismo Estado impone de manera poco eficiente. Con la CEUI el Estado podría actuar de forma integral y no de manera desarticulada.

– La CEUI podría colocar impuestos especiales y específicos a diversos tipos de mercancías, afectando con mayor vigor a las mercancías suntuarias. Si alguien quiere comprar un BMW, pagaría un impuesto muy alto. Si alguien requiere de alguna medicina, pagaría un tributo muy bajo o estaría exento.

– La CEUI puede aplicar mayores y más efectivos impuestos directos y recoger un excedente económico elevado, en aras de financiar la industrialización del país, sustituir en un futuro muchas mercancías importadas (casas, leche, pollo, derivados del petróleo etc.) y frenar la economía improductiva y parásita de nuestro país.

– La CEUI (según los Econ. Juan Villegas y el Econ. John Caicedo) disminuirá sideralmente la corrupción, pues con un sistema automatizado de información (operativo, estadístico y contable) se alcanzaría la trazabilidad de las transacciones a un nivel de detalle tan alto que haría transparente tanto al organismo como al público en general las compras realizadas por los usuarios. Ello facilitaría auditorías y chequeos constantes que dificultaría el peculado de la élite burocrática y del empresario fraudulento.

La propuesta de la CEUI, es una alternativa marxista ante la ideología neoliberal que exige el “paquete económico”: “devaluar, aumentar el IVA, colocar impuestos como el IDB, el ITF y etc.”

La propuesta de la CEUI la hemos (como grupo CIFO-ALEM) explicado y compartido en foros, talleres, cursos y en cuanta actividad de formación política hemos podido asistir. Como organización estamos dispuestos a debatir y explicar con el mayor detalle posible, esta propuesta revolucionaria que tiene enemigos formidables en la élite corrupta y en la cúpula de la burguesía local. En la actualidad hay varias organizaciones de izquierda que están incorporando esta medida en sus programas políticos y en sus planes de lucha. Lo ideal es seguir discutiéndola y darle promoción como alternativa concreta a posibles medidas antiobreras de carácter neoliberal.

Es hora de luchar por lo que nos corresponde como clase obrera. Es necesario dejar de procastrinar la revolución socialista verdadera que debemos impulsar…

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