Venezuela ahogada por la injerencia yanqui y errores propios

388

Juan Guahán-Question Latinoamérica|

Los sucesos de Venezuela con un nuevo intento de Golpe de Estado, el pasado 30 de abril, dejan varias enseñanzas que vale la pena recordar. La primera y suprema advertencia a todos los gobernantes de la región tiene que ver con el hecho que, siendo nuestros países parte del “área de influencia norteamericana”, las políticas anti imperialistas –en caso de ser adoptadas- requieren una práctica consecuente.

Desde la asunción del Comandante Hugo Chávez al frente del proceso bolivariano en Venezuela, el discurso oficial se caracterizó por una declarada política contra la tradicional influencia estadounidense en ese país y la región. Esas declaraciones y estas reacciones, junto al tema del petróleo, forman parte del principal problema de la Venezuela actual. Venezuela dispone del 17,9% de las reservas probadas de petróleo en el mundo, por delante de Arabia Saudita (15,7%), Canadá (10%) e Irán (9,3%).

EEUU solo tiene la décima parte de las reservas venezolanas (1,8%). Por la cercanía física, tradición histórica y el señalado marco geo-político, es que EEU -como país imperialista y todavía primera potencia mundial- considera a esas reservas venezolanas como propias. Esa es la causa más real, profunda y valedera de la injerencia estadounidense en Venezuela. Pero ¿Porqué Venezuela no pudo advertir antes ese riesgo y modificar la situación existente? Es aquí donde aparecen las limitaciones y errores del proceso bolivariano.

Con el riesgo del ser esquemático esas debilidades las podemos sintetizar en tres cuestiones: 1. No haber logrado romper con la influencia absoluta que tienen respecto a la renta petrolera, lo cual los hace dependientes de esa producción y de sus precios internacionales; 2. Mantener la mayor parte de su abastecimiento alimenticio, farmacéutico, de las compras del conjunto de su tecnología e insumos dentro de la órbita de los EEUU y sus aliados lo cual los hace muy débiles cuando éstos deciden bloquear o boicotear a la economía venezolana;  3. Por el pillaje de funcionarios y empresarios (propios y ajenos) que se enriquecieron en los años “dulces” del petróleo caro y ¡para colmo! colocaron los productos de sus ganancias o latrocinios mayoritariamente en los EEUU, aumentando los riesgos y dependencia respecto de ese país y su capacidad de inteligencia para hacer denuncias y chantajes.

Todo lo dicho confirma que la principal causa de los males, dolores y tragedias actuales del pueblo venezolano tienen que ver con las políticas del imperialismo norteamericano y sus aliados, en el camino de asegurarse el petróleo necesario para mantener su poder mundial. Ese es el centro de la situación actual y como tal debe ser tratado. Pero, para evitar la reiteración de los errores, es bueno reconocer las propias debilidades que facilitaron el despliegue de tales políticas imperialistas. Todos los gobernantes de la región quedan notificados que, para enfrentar con eficacia tamaño poder, no alcanzan las palabras siendo necesaria una actitud consecuente que prepare las condiciones para una emancipación de esos poderes imperiales.

Da la impresión que el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha comprendido la gravedad de la situación y -después de la intentona golpista del martes- reunió a miles de oficiales y tropa profesional avisándoles: “Ha llegado la hora de combatir”. Venezuela parece ingresar en una nueva y aún más agresiva forma de injerencia de los EEUU en ese país.

 *Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)