Vargas Llosa y la construcción imperial de historias contrarrevolucionarias
MARIO SANOJA-IRAIDA VARGAS|El escritor Mario Vargas-Llosa, lamentablemente tocayo de uno de nosotros, vino a Venezuela invitado para tomar parte en el aquelarre de escuálidos esquizofrénicos, convocado por CEDICE.
Desde nuestros tiempos de juventud, luego de leer su novela “La Ciudad y los Perros”, seguimos ávidamente su producción literaria hasta que nos topamos con su novela “Guerra del fin del Mundo” que a nuestro humilde juicio constituye un plagio de la novela “Los Sertones” (1902), escrita por Euclides Da Cunha, la cual es una extraordinaria crónica testimonial de la Campañade Canudos. El desplome de nuestra admiración por Vargas- Llosa como intelectual supuestamente progresista, se consumó con su renuncia a la ciudadanía peruana y la adopción de la española. No es que critiquemos el hecho en sí, cada quien es libre de considerarse ciudadana o ciudadano del país donde se sienta mejor, pero que una personalidad como Vargas-Llosa renuncie a ser peruano por desprecio a su país natal, despechado además porque las y los peruanos no quisieron elegirlo presidente, revela el nivel que alcanza la degradación interior de su personalidad.
Más grave aun, Vargas-Llosa se ha convertido en uno de los “story writers” de la contrarevolución imperial, cual simple pertiodista de CNN. Así como existe una historiografía que se apega a la verdad histórica, que interpreta los hechos históricos con toda la rigurosidad metodológica, que pudiéramos demominar como “científica”, los “escritores de historias”, verdaderos plumas mercenarias al servicio de los peores intereses antipopulares, se dedican a escribir los libretos que luego la CIA y la prensa internacional utilizarán para construir el “casus belli” y la sentencia de “Estado forajido” contra los países que ellos consideran disidentes. No podemos olvidar, en este sentido, la caterva de periodistas y anclas de la televisión imperial, entre ellas Patricia Janiot de CNN, que vinieron a narrar en 2012 un supuesto triunfo electoral de Carpriles Radonsky sobre el Comandante Chávez,,, y huyeron con el rabo entre las piernas.
Vargas-Llosa ha venido al país a reforzar el relato mítico de la derecha sobre el supuesto fracaso de la Revolución Bolivariana, el cual está incrustado en la mentalidad de buena parte de los llamados “empresarios venezolanos” y sus adláteres. En una reunión convocada en Miraflores por el Presidente Maduro en ocasión de promover los diálogos de paz, tanto representantes de la burguesía empresarial y comercial como son los señores Roig y Mendoza, o como sus periodistas servidores como Villegas “El Malo”, repetían como un mantra: “Señor Presidente, la economía venezolana está mal…”
Usando su criterio de autoridad, Don Mario, el contador de historias contrarevolucionarias trata de hacer creer, tanto a la derecha como a ciertos sectores de la extrema izquierda venezolana, que por causa de ese supuesto fracaso el Presidente Maduro está pactando o negociando su presidencia con el empresariado y los sectores de la derecha fascista o cuasifascista.
Quienes nos hemos tomado el trabajo de estudiar cientificamente diversas dimensiones del larguísimo proceso histórico que da lugar a la sociedad venezolana actual podemos decir, también con autoridad, que lo que ha estado mal desde el siglo XVIII es la burguesía latifundista-comercial que ha devenido, entre finales del siglo XX e inicios del XXI de esta era, en una burguesía perversamente rentista-parasitaria. Incapaz de generar riqueza por sí sola, incompetente para ser realmente productiva, cobarde y avarienta para arriesgar capitales como se supone actúan los verdaderos capitanes de empresas capitalistas, su objetivo ha sido arriesgar la riqueza proveniente de la renta petrolera que succionan del Estado bajo la forma de préstamos, ayudas y subsidios.
Lo que nunca dirá el invencionero Don Mario en su relato antichavista y contrarevolucionario, es que la clase empresarial venezolana, que antes –bajo el puntofijismo– era dueña y señora de la renta petrolera, ahora se va tener que contentar con ser una empleada, una suerte de subclase subalterna del gobierno bolivariano, subclase que ha perdido hasta la capacidad de dar golpes de Estado exitosos como en el pasado a pesar del bestial apoyo irrestricto de su patrón, el gobierno de Estados Unidos.
Aquellos y aquellas que no creen que estamos viviendo una revolución parece que no evaluaran una sencilla pero vital condición: La economía, señores dogmáticos, es sin duda extremadamente importante para propiciar y consolidar los cambios históricos, pero si no está acompañada de cambios en la cultura y la conciencia social, en novedosas formas de organización social territorial comunal que sustenten una nueva geometría del poder (popular) no cremos pueda ser algo más que un proceso de reformas.
Un hecho, aparentemente irrelevante como es el enfrentamiento de las víctimas de la masacre del 11 de Abril de 2002 con los dirigentes de la derecha que fueron autores intelectuales de aquel golpe de Estado contra el gobierno constitucional del Presidente Chávez, constituye un símbolo de lucha y es emblemático del nivel de conciencia histórica y social que ha alcanzado una parte mayoritaria de la sociedad venezolana. Un hecho similar no ha ocurridojamás antes en ninguna otra sociedad latinoamericana.
El gobierno cívico-militar del presidente Maduro es ahora dueño del tablero de juego. La casi totalidad de las venezolanas y los venezolanos nos oponemos a la violencia, a los golpes de Estado y respaldamos el juego democrático participativo. Las condiciones están dadas para poner en marcha la segunda fase de este proceso de cambio histórico bolivariano que inició el presidente Hugo Chávez Frías.