Uruguay reclama mayor equilibrio comercial a Argentina

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La presidenta argentina, Cristina Fernández, se reunió ayer de forma sorpresiva con su par de Uruguay, José “Pepe” Mujica, quien reiteró reclamos sobre la política comercial argentina, que según autoridades del país vecino estaría afectando el intercambio bilateral.

Exportadores uruguayos atribuyen a las medidas comerciales la responsabilidad de una caída del 46 por ciento interanual en sus ventas a la Argentina en febrero. El reclamo de Mujica se encuadra en un intercambio entre los dos países ampliamente favorable a la Argentina. La forma que adopta la crítica uruguaya, a través de la negociación bilateral y la búsqueda de un consenso a nivel político, difiere con la reciente presión desplegada por Estados Unidos, la Unión Europea y otros 12 países, entre los cuales se encuentra México, en el marco de la Organización Mundial del Comercio.

La balanza comercial en el intercambio argentino-uruguayo es históricamente favorable a la Argentina, a diferencia de lo que ocurre con Brasil. Incluso con el régimen de tipo de cambio apreciado que supuso la convertibilidad, en la década del ’90 el saldo del intercambio bilateral se ubicó entre los 200 y 400 millones de dólares anuales. Luego de la devaluación y con el manejo administrado del tipo de cambio aplicado por la Argentina, que permitió que la moneda local se mantenga depreciada con relación al peso uruguayo, la diferencia comercial se amplió.

En 2006, el comercio con Uruguay arrojó un superávit de 889 millones de dólares y en 2007, de 739 millones. Al año siguiente, el saldo se elevó hasta 1260 millones de dólares, en 2009 fue de 1285 millones; en 2010, de 993 millones, y el año pasado ascendió hasta unos 1300 millones de dólares, ya que la Argentina realizó exportaciones por 1900 millones y adquirió del país vecino mercancías por 600 millones. Los principales rubros que Uruguay exporta hacia la Argentina son autos y autopartes (24 por ciento del total), papel y cartón (11 por ciento), plásticos (11 por ciento), cables (8 por ciento) y tractores (7 por ciento). En el plano de las manufacturas de origen industrial, el saldo positivo para la Argentina en 2011 fue de 718 millones de dólares, con exportaciones por 1245 millones e importaciones por 527 millones de dólares.

A pesar de que la administración de comercio que aplica la Argentina fue reforzada desde los últimos meses de 2011, en enero de este año las compras de productos desde el país vecino adquirieron gran dinamismo. Según datos de la Unión de Exportadores del Uruguay, esas operaciones presentaron una variación anual de 68,4 por ciento, con un peso en el total de las ventas uruguayas de 9,2 por ciento, el segundo país en importancia, detrás de Brasil. Esa situación se modificó en febrero, y la entidad empresaria atribuye directamente a “las trabas comerciales que está aplicando Argentina” la caída de 46,6 por ciento que registra en las solicitudes de exportación uruguayas. En forma acumulada, en el primer bimestre las compras desde la Argentina se mantuvieron estables.

El encuentro entre Cristina Fernández y Mujica, en la residencia de Olivos, no estaba previsto en la agenda presidencial. Mujica fue acompañado por el canciller, Luis Almagro. Las sucesivas quejas de los empresarios del país vecino motivaron que el gobierno uruguayo presentara en forma reiterada desde comienzos de 2011, cuando se amplió el abanico de productos sujetos a las licencias no automáticas de importación, reclamos frente a la administración de Cristina Fernández. Entre los artículos más afectados estarían autos y autopartes, camiones, alimentos y diversos productos para consumo final.

En una entrevista publicada el pasado fin de semana, Almagro se quejó de la inestabilidad del comercio bilateral, “que crece un 70 por ciento en enero y baja un 40 por ciento en febrero”, indicó. Sin embargo, descartó que Uruguay se sume al grupo de países que presiona contra la Argentina en la OMC. Entre Argentina y Uruguay existe una comisión que monitorea en forma permanente la marcha del comercio. Cabe destacar que el país vecino también presentó quejas en el área comercial al gobierno de Brasil, que aumentó la protección a su industria para evitar el impacto negativo de la apreciación cambiaria.

El presidente Mujica, si bien resalta los supuestos efectos negativos sobre las exportaciones de bienes, reconoce que existen matices. “Quieren guerra con la Argentina, pero no mataremos la gallina de los huevos de oro”, manifestó a mediados de enero a un medio uruguayo. El mandatario reconoce que el turismo es un factor de dinamismo económico muy relevante. De hecho, según datos del propio gobierno uruguayo, el turismo argentino en el país vecino se encuentra en valores históricos. En diciembre se registró un crecimiento anual de 32,1 por ciento en los visitantes.

Desde el costado argentino, la opacidad de la información financiera que brinda el Banco Central de Uruguay es uno de los reclamos que se presenta en las mesas de diálogo bilateral. El país vecino es uno de los principales destinos de la fuga de capitales, que atenta contra el proceso de acumulación de reservas internacionales.