Uruguay: Cambio de mando, ¿cambio de rumbo?
Nicolás Centurión
“Si al final del período los uruguayos son más libres, habremos hecho bien las cosas. De lo contrario, habremos fallado en lo esencial”. Así decía enfáticamente el Presidente Lacalle en su discurso de asunción de mando el primero de marzo de 2020. “Permítanme invitarlos a trabajar por la libertad en todas sus formas”, expresó al finalizar su oratoria.
Con estas dos frases dejaba a la luz el carácter liberal que quiso imprimirle a su gobierno. A los 13 días de haber asumido, la pandemia mundial por el Covid-19 se hizo presente y bajo el lema “Libertad responsable” Lacalle hizo una mixtura entre individualismo y sálvese quien pueda.
Se propagandeó que Uruguay fue uno de los países que mejor sorteó la pandemia, pero un informe de CEPAL lo desmintió y señaló que Uruguay fue uno de los países que menos invirtió para combatir la pandemia y en muertos con relación a números de habitantes, fue alto.
Una noche, entre las tantas conferencias de prensa diarias sobre la situación sanitaria del país, Lacalle lanzó un término que marcaría para quién gobernaba: “Los malla oro”. En referencia a los ciclistas que ganadores, los que van adelante del pelotón. Los adelantados, los vanguardistas, el motor de la sociedad según Lacalle. Los oligarcas en un sencillo castellano.
Según el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), un think tank asociado a la ultraderechista Red Atlas, “El periodo 2020-24 estuvo marcado por la creación de empleo, reducción de la inflación y el crecimiento salarial. Estas variables se deterioraron en 2020 para luego mejorar significativamente.”
Los “socios estratégicos” del CED incluyen al Instituto Fraser, la Fundación Internacional para la Libertad, el Instituto Konrad Adenauer, la Alianza Por los Derechos de Propiedad y el Instituto Atlántico de Gobierno. Recordemos que Lacalle se incorporará al CED el 2 de marzo y renunciará a su banca al Senado así como a la disputa por la presidencia del Honorable Directorio del Partido Nacional.
Sin embargo, hay otras visiones de lo que dejó el gobierno de Lacalle en economía. Según un informe de la Universidad de la República (UDELAR) , el 95% de los hogares uruguayos tienen menos ingresos que en 2019. Dicho informe fue elaborado por investigadores y docentes del departamento de economía de la Facultad de Ciencias Económicas . Además de la pérdida salarial por parte de casi la totalidad de la población, el 5% los incrementó. Es decir, “los malla oro”.
El informe también señala otros indicadores que marcan el crecimiento de la desigualdad en Uruguay. El 18.9 % de la población vive en situación de pobreza multidimensional.
Estas personas están privadas en 4 o más de los 15 indicadores que integran las dimensiones de educación, condiciones habitacionales, servicios básicos del hogar, protección social y empleo. En Montevideo la pobreza multidimensional es de 15,1%, y trepa a 21,4% en los departamentos del interior.
El exintegrante del Instituto Cuesta Duarte -de la central únic ade travajadores l PIT-CNT- y actual diputado del Frente Amplio (FA), Bruno Giometti, quien indicó que “se ha producido un deterioro en la calidad del empleo” en el último quinquenio. Esto se evidencia en “el aumento de la proporción y cantidad de trabajadores que ganan ingresos sumergidos” y en “la destrucción de puestos de trabajo” en la industria automotriz y la frigorífica, expresó.
El gobierno de Lacalle que inició elprimero de marzo de 2019 empezó con una deuda externa de 27.6 mil millones dólares. Se retira con 56.3 mil millones. Lacalle se despide con una canasta básica en Uruguay un 79% más caro que en Brasil.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) presentó los datos del mercado laboral en Uruguay correspondientes a enero. El informe arroja que la tasa de desempleo se ubicó en 8,1% de la población económicamente activa, lo que representa un incremento de 0,7 puntos porcentuales respecto a diciembre de 2024 (7,4%). Esto equivale a aproximadamente 153.600 personas desocupadas.
En materia de seguridad: el gobierno de Lacalle se va con el triste record de ser la administración con más homicidios desde el regreso de la democracia. Son 1782 según cifras oficiales, aunque el número de muertes dudosas aumentó y hay diferencias de cifras con la Fiscalía. El promedio es de un homicidio por día. El aumento de la violencia en las muertes ha marcado la tónica de las crónicas policiales y se triplicaron los homicidios de niños y adolescentes.
Otra cucarda que se cuelga en el pecho el quinquenio de Lacalle es ser el gobierno con más funcionarios procesados por la justicia desde el retorno de la democracia; Lacalle sin embargo, se despide con una imagen positiva alta. Según un informe del periodista Federico Gyurkovits, desde el regreso de la democracia (1985) 126 personas electas o designadas fueron procesadas por la justicia por hechos de corrupción. Durante el mandato del presidente Lacalle Pou 30 personas pertenecientes al Partido Nacional fueron condenadas por la Justicia.
Con esta cifra los blancos (del Partido Nacional) superaron al Partido Colorado en cantidad de procesados desde la recuperación de la democracia, totalizando 59 en 40 años. En filas coloradas fueron cuatro los procesados durante el último quinquenio sumando 49 durante la pos dictadura.
Si de escándalos y corrupción hablamos, estos fueron los tópicos que poblaron los medios de prensa. Tanto nacionales como internacionales, el gobierno de Lacalle se empezó a asociar a este adjetivo: corrupto.
La lista es larga: desde las viviendas dadas a militantes de su partido, pasando por la entrega del puerto a la empresa trasnacional belga Katoen Natie hasta 2081 -dejándola en una posición casi monopólica-, siguiendo por los casos de clientelismo en la represa de Salto Grande hasta nepotismo; corrupción en la Intendencia del departamento de Artigas; espionaje a estudiantes, sindicalistas y opositores hasta una larga lista de renuncias y pedido de renuncias por parte de ministros y jerarcas de alto rango por distintos escándalos.
De hecho hubo tres casos que fueron los más rimbombantes de la gestión Lacalle 2020-2025. Estamos hablando del caso Penadés en primera instancia. El ex senador Gustavo Penadés, compañero de su partido, fue imputado por 22 delitos entre los que figuran abuso sexual de menores.
La fiscal de Delitos Sexuales de 6º Turno, Alicia Ghione, pidió además la formalización de la investigación por cuatro “delitos de abuso sexual especialmente agravado, tres delitos de abuso sexual agravado y un delito de violación”.
También se lo acusó por los delitos de “desacato, de corrupción de menores y de atentado violento al pudor. Ghione en un largo texto detalló el modus operandi de Penadés: “En un caso ya antiguo, la víctima era apenas un niño en un cuadro de fútbol, que el propio Penadés organizaba, cuando aún era adolescente”, relata por citar un caso.
Este escándalo fue intensificado por la defensa pública que recibió de Lacalle Pou y del ex ministro del Interior, Luis Alberto Heber, lo que generó sospechas sobre la influencia que el poder político podía ejercer en los asuntos judiciales. Incluso el propio Penadés brindó una conferencia de prensa en las instalaciones del Parlamento para defenderse y declararse inocente.
El segundo caso más destacado fue conocido como el Caso Astesiano. Entregas ilegales de pasaportes a ciudadanos rusos que terminó destapando una asociación ilícita en el seno de la Torre Ejecutiva de Presidencia.
En setiembre de 2022, Alejandro Astesiano, quien se desempeñaba como jefe de custodia presidencial, fue detenido tras ser implicado en una compleja red de corrupción. Las investigaciones revelaron un patrón de clientelismo y el uso indebido de recursos del Estado para beneficios personales y de allegados.
Astesiano enfrentó cargos relacionados con el manejo indebido de información y recursos públicos, lo que llevó a una condena judicial y a una mayor atención sobre las prácticas dentro de la administración de Lacalle Pou. A pesar de todo esto, seguimos sin saber quién le dió las órdenes a Astesiano y quién era su jefe criminal.
El tercer y último caso es el Caso Marset. Según Insight Crime “Marset es un narcotraficante uruguayo buscado internacionalmente. Fue condenado por primera vez por tráfico de marihuana en Uruguay en 2013 antes de migrar hacia el tráfico de cocaína, y está acusado de coordinar toneladas de envíos de cocaína desde Bolivia a Europa. También es sospechoso de lavar millones de dólares a través de testaferros que van desde tiendas de coches de lujo a equipos de fútbol profesional.”
El 10 de setiembre de 2021 Marset fue detenido en el aeropuerto internacional de Dubái con un pasaporte falso paraguayo cuando intentaba embarcar en un vuelo de Emirates hacia Turquía. “Se presentó un funcionario de la aerolínea acompañado por Sebastián Marset para plantearle el problema de que el Sr. Marset no había podido abordar el vuelo por llegar tarde. Al momento de recibir el pasaporte del acusado para anular el sello de salida y modificar su estado en el país, el Segundo Teniente notó la diferencia del tacto de la página de datos del pasaporte y la mala calidad”.
A fines de ese mismo año, Marset recuperó la libertad. Estuvo prófugo hasta ser encontrado en Bolivia, pero no capturado. El paradero de Marset es incierto. Según fuentes consultadas para esta nota, la operativa del narco uruguayo más famoso de la historia, sigue activa en el país andino.
Marset montó una plataforma efectiva y exitosa de narcotráfico, lavado de dinero y otros ilícitos donde Paraguay era su epicentro. La droga la traían desde Bolivia, Uruguay era utilizado por sus puertos y el destino de esta tenía a Europa y África como receptores.
Además, Marset desde un inicio fue acusado y señalado por el presidente colombiano Gustavo Petro como uno de los autores intelectuales del homicidio del fiscal Marcelo Pecci. Justamente Pecci a través de la operación A Ultranza PY desmontó el negocio ultra millonario que Marset había construido junto a su socio principal, el paraguayo Miguel Angel Insfrán alias “Tío Rico”.
Este caso tuvo ribetes internacionales y el gobierno de Lacalle se excusó de haberse ceñido a la legalidad para expedir dicho pasaporte. En medio de las idas y vueltas, ministros y jerarcas de varias carteras mintieron al parlamento uruguayo esgrimiendo que no sabían quién era Marset. Revelaciones periodísticas demostraron lo contrario. Dichos jerarcas tuvieron que renunciar, pero la reacción del gobierno, empezando por el propio Lacalle, fue señalar a los periodistas por dichas filtraciones, acusarlos y amedrentarlos a través de declaraciones en medios y redes sociales. Así y todo, Lacalle salió indemne.
El cambio
Este primero de marzo empieza una nueva etapa gubernamental con un cambio socialdemócrata. Uruguay tiene cuestiones estructurales a resolver que arrastra desde hace décadas que no se van a resolver en este lustro, pero es hora de que se empiece a cambiar la pisada.
El Frente Amplio vuelve al gobierno luego de sus primeras victorias y luego de su primera derrota post gobierno. Es tiempo de renovar credenciales, de gobernar acorde a la época y las necesidades de la gente. El descontento sigue siendo alto con este sistema y a nivel mundial se sublima hacia la derecha y extrema derecha. Por estas latitudes parece no ser así. De igual manera a Uruguay todo llega. Lento y a su manera, pero todo llega.
El Frente Amplio tendrá como desafío, nada más y nada menos que darle condiciones de vida digna a ese 95% de la población que perdió estos cinco años con el gobierno de Lacalle. Tendrá enfrente un narcotráfico con mucha violencia que crece en cada barrio. Tendrá el desafío de innovar en materia productiva para no depender solamente del campo y la soja o ser un país de servicios.
No hay soluciones mágicas, pero sí tiene que haber voluntad política de transformación. ¿La habrá o simplemente se gobernará en una administración muy discreta que abone al “son todos iguales”?
El cambio en el día a día se va a tener que notar.
* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP).Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)