Un nuevo paradigma en Venezuela
Carlos Enrique Dallmeier|
Quiso la providencia que, como consecuencia de la baja en los precios del petróleo, tuviésemos la dicha de ver como el sueño de pensadores, políticos e intelectuales de diferentes generaciones de venezolanos comience a plantearse como una posibilidad real: la imperiosa necesidad de dejar atrás la Venezuela rentista para comenzar a construir la Venezuela Productiva.
Un paquete neoliberal
Pero quiero aclarar que esta esperanza no viene dada porque considere que las “medidas económicas” anunciadas por el gobierno marchen en esa dirección. Al contrario, para mi ese paquete no es más que un vulgar proyecto para cambiar un modelo de economía rentista basada en el petróleo y que se agotó, por una economía mitad rentista minera y mitad de república bananera, en un modelo similar al que instaurado en la actualidad la República de Chile.
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Veamos los números. Sus exportaciones se componen de: a) 40% de minerales básicamente el cobre, b) 24 % en productos agrícolas que en vez de ser bananas son, en lo fundamental, manzanas uvas y productos del mar, que para el caso es lo mismo. c) 26% en Servicios principalmente financieros y d) solo un 10% de manufacturas y habría que verlas.
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El grado de colonización y dependencia de los imperialismos es tan grande en Chile que la mayor parte de sus importaciones, constituida en su mayoría por productos manufacturados, 80% viene de Estados Unidos, de Europa y Asia, en tanto que de Mercosur solo un 10%.. Se mantiene en Chile en pleno siglo XXI el propio intercambio de espejitos por oro. Ese sistema es el que quieren solidificar estos neoliberales “rojitos” en Venezuela.
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Este plan de “producción” neoliberal lo que busca realmente es condenarnos a continuar siendo en el concierto mundial los recogiditos de siempre, y vendría a constituir la cristalización de los anhelos más fervientes de los más furibundos defensores del neoliberalismo, Pero eso del neoliberalismo lo explicaremos en otro artículo.
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La contradicción fundamental
Pero más allá de eso, lo significativo de los planteamientos de productividad impulsados desde el gobierno, es que, por vez primera, se coloque sobre la mesa la realidad imperativa de que el modelo rentista petrolero se agotó, que necesitamos ir hacia un modelo productivo.
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Y lo más destacado es que ésta idea se está internalizando en la conciencia de nuestro pueblo, lo que explica el lento pero sostenido avance de la aceptación de las políticas gubernamentales en estos últimos tres meses, que se corresponde con el viejo anhelo de nuestro pueblo de vivir del trabajo, y el que tenga duda de ello que vea como a las 7 de la mañana las autopistas, el metro y los transportes colectivos están atiborrados de trabajadores y estudiantes que van a sus sitios de trabajo y de estudio, echando por tierra esas consejas que el imperio difunde de que los habitantes de nuestro país lo que esperan es vivir parasitariamente del petróleo.
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Este debate ha permitido también que haya quedado al desnudo, y sin cortinas de humo que la tape, la contradicción fundamental de nuestra sociedad que no es otra sino la lucha entre los factores económicos y políticos que han vivido desde hace 56 años, que viven y que defienden el rentismo petrolero en contraparte a los que compartimos el sueño de Chávez de llegar a tener un país potencia, que no dependa exclusivamente del petróleo y con un verdadero desarrollo económico basado en la industrialización y en la soberanía alimentaria.
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Esta contradicción se originó al poco tiempo de iniciarse la explotación petrolera en nuestro país.
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Si repasamos nuestra historia veremos que las generaciones políticas que sucedieron a en el poder a la dictadura de Gómez, actuaron en contraposición a la visión rentista del dictador, y representadas por López Contreras, Medina Angarita y Pérez Jiménez, comenzaron a transitar el camino en pos de nuestro desarrollo económico, tanto con la creación de organismos e instituciones necesarias para tal fin como el Ministerio de Fomento, el Banco Central de Venezuela, etc., como con obras de infraestructura de envergadura como la Siderúrgica del Orinoco, La Petroquímica, los desarrollos agrícolas de Turén y del Guárico, el IVIC y su reactor nuclear, una importante red hotelera del Estado, una impresionante red autopistas y carreteras a los largo y ancho del país, necesaria para articular la economía nacional como un todo, etc.
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Por supuesto que esta política de desarrollo económico autónomo entraba en franca contradicción con la estrategia que se había impuesto el gobierno norteamericano a finales de la Segunda Guerra Mundial de construir un “nuevo imperialismo” que desechase la tradicional figura de las colonias y que basase su dominio en la combinación del poder militar y de la dominación económica mediante sus grandes corporaciones transnacionales, por lo que el Departamento de Estado ordenó a sus agentes infiltrados en el partido AD propiciar el derrocamiento, primero de Medina Angarita y posteriormente de Pérez Jiménez (aprovechando los deseos de vivir en democracia) para abortar definitivamente esos planes de soberanía económica e instaurar el sistema rentista petrolero.
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Es decir, la verdadera contradicción política de nuestro país no es entre esos falsos escenarios de escuálidos vs patriotas, ni entre izquierdas ni derechas, ni entre socialismo y capitalismo, que lo que han servido realmente es para ocultar la contradicción fundamental que no es otra sino la que existe entre los que queremos que nuestro país sea una nación potencia y quienes luchan por mantener viva esa economía rentista, parasitaria del petróleo y dependiente del imperialismo norteamericano. Así de simple.
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Por eso es que cada vez que oigo personajes como Borges o Ramos Allup lo que siento es asco, no por las personas en sí, sino por lo que representan, lo peor de este país, el rentismo, la especulación, el clientelismo y la subsecuente corrupción. Y tristeza cuando veo a intelectuales, profesionales, rectores y ex rectores de universidades nacionales y dirigentes que hasta hace poco quebraban lanzas por nuestro desarrollo soberano, citando a libros como “Las venas abiertas de Latinoamérica” compartir con entusiasmo el chiquero ideológico de los agentes del Departamento de Estado.
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Además, para aclarar el tema con los propulsores del socialismo en nuestro país, la industrialización es la única vía para alcanzar un sistema socialista estable y duradero, no como este socialismo aéreo, que algunos pretenden instaurar, sin bases sólidas, que puede desaparecer con solo perder unas elecciones
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Los rojo-rojitos defensores del rentismo minero
Pero hay que evitar caer en el maniqueísmo de presentar de un lado al oficialismo como impulsores del desarrollo y del otro al rentismo identificados con la oposición.
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Al contrario, buena parte de los “ideólogos” de este gobierno han sostenido (y aplicado desde el año 2013) que la vía para construir el socialismo en nuestro país pasa por potenciar la economía rentista petrolera con un precio elevado del crudo que le permita al Estado disponer de los recursos para obtener los productos necesarios (fundamentalmente importados) que satisfagan las principales necesidades del pueblo (vivienda, educación, alimentación, etc.) y a la par de ello, de ir enhebrando un nuevo tejido social que de origen y solidifique el socialismo, plasmado en “comunas” y otras estructuras, y que ahora, ante la caída de los precios del crudo, buscan nuevas fuentes de materias primas que permitan, con su venta, mantener ese sistema.
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Así vimos, tristemente, como el ministro de Planificación, en vez de estar en su escritorio planificando nuestra industrialización, andaba por China ofreciendo en venta nuestras minas de oro y como el Presidente del Banco Central, para mí principal responsable de la debacle en las divisas, en vez de afrontar esa crisis, sostiene en los medios que la entrega en concesiones a transnacionales del arco minero de Guayana será la solución para atender los requerimientos de la población.
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Ninguno de ellos habla de los proyectos de Chávez de la industrialización aguas abajo, ni del plan ferrocarrilero nacional, ni del eje Orinoco-Apure, etc. Pretenden matar el pensamiento del Comandante.
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Renace el puntofijismo populista
Por cierto, ese sistema clientelar no es nuevo, es el renacer de la política puntofijista del populismo que se estableció a partir de 1959.
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Según sus defensores dentro del proceso, un sistema desarrollado bajo esa óptica populista parecería a todas luces como inamovible, gracias a que contaría con el apoyo mayoritario de una población que se vería representada y beneficiada.
Este modelo que se comenzó a instaurar rápidamente a raíz de la muerte de Chávez y que hacía ver que la tarea de gobernar era más fácil que pelar mandarinas, creó una sensación de seguridad a ciertos dirigentes del proceso que entendieron que el papel del Estado se limitaba simplemente a administrar y distribuir dentro de la población los abundantes recursos petroleros, que no hacía falta desarrollar nuevas áreas productivas, por lo que realmente no se necesitaban molestosos planificadores ni políticos e intelectuales que defendiesen procesos de desarrollo.
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Así defenestraron a calificadas figuras chavistas como Giordani, Navarro, Osorio, etc., etc. y comenzaron a inundar los diferentes estratos y empresas del Estados con desconocidos arribistas y oportunistas que vieron la oportunidad de “ponerse en algo” al integrarse a un sistema que aparecía blindado y para lo cual solo necesitaban “jurar fidelidad” al proceso, pero más que nada a los dirigentes que los apadrinaban a cambio de apoyarlos con su mano levantada a cuanto congreso o evento del Partido asistieran.
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Esa verdadera invasión de bárbaros es lo que explica los altísimos niveles de corrupción e ineficiencia que hoy vemos en el gobierno. Bástese leer muchas de las noticias que aparecen en Aporrea y otros medios para constatar esta triste realidad y de allí se forma sea camada de corruptos que se han enriquecido y, que tal como expliqué en el artículo anterior, buscan que caiga el proceso para blanquear sus riquezas.
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Tristemente vemos como se está convirtiendo el PSUV de un Partido revolucionario a uno clientelista.
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Por supuesto que la inmensa mayoría de los dirigentes del proceso son personas honestas y patriotas que resienten tal estado de cosas.
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¿Hacernos el harakiri para construir el socialismo?
El otro argumento utilizado por los rentistas dentro del proceso es que, obteniendo las riquezas de los minerales, también se evitaría la necesidad de industrializar el país y la consecuente aparición de una poderosa burguesía industrial que le disputase el poder.
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Me recuerda al chiste alemán del marido que al enterarse que su mujer lo engañaba en el sofá, decidió ponerle punto final al asunto y botó el sofá. No nos industrializamos para que no existan industriales.
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Cuando, precisamente, ese es el reto, y su solución pasa por resolver acertadamente el asunto de la propiedad de los medios de producción. Hay que recordar que en la definición marxista en el socialismo todavía existen las clases sociales, es decir, todavía existe propiedad privada de los medios de producción.
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La experiencia ha enseñado que ha fracasado el modelo de tener empresas propiedad del Estado y administradas por burócratas nombrados por el Partido, sin ninguna contraloría, pero también ha fracasado el que permite que existan gigantescos emporios empresariales en manos de pocas personas, que en base al poder que les otorga el dinero, se convierten en una nueva realeza hereditaria, sin control, que no piensa en el país como nación, sino como objeto para enriquecerse.
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La productividad es una cuestión mental
Pero para que un plan de verdadero desarrollo económico tenga éxito es fundamental que los venezolanos cambiemos nuestra actitud mental. El daño causado por 57 años de economía rentista y parasitaria ha sido muy grande en nuestra sociedad y sus patrones de conducta se explicitan en casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana.
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Por ejemplo he visto vender en los mercados productos alimenticios importados sin cobro de IVA, como la leche evaporada, en cambio el IVA si se cobra a productos alimenticios manufacturados en el país. Esa situación no se puede permitir si queremos avanzar hacia un desarrollo industrial.
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Si bien esa excepción del IVA a determinados productos venía dada por el interés gubernamental de no recargar los precios al consumidor de los alimentos que se importaban aprovechando la abundancia de recursos petroleros, ahora resulta contraproducente ante un panorama es diferente. Para mí, por ejemplo, se deben instaurar políticas de estímulo, cobrando el IVA a todos los productos importados en tanto que los producidos y manufacturados localmente se les debería cobrar un IVA minúsculo.
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Y así en todas las esferas del acontecer económico.
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Por ejemplo, se deben colocar impuestos importantes a la mayoría de actividades no dirigidas a la producción. No es posible que casi toda la construcción del sector privado esté dirigida a viviendas para los sectores ricos, que viene dado por las exorbitantes ganancias que se obtienen. Hay que deprimir esa tendencia fijando impuestos altísimos a esos apartamentos de lujo a fin de forzar el re direccionamiento del capital hacia áreas productivas.
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O en el caso de la mano de obra, se deben establecer políticas para acabar o minimizar aquellas actividades no productivas como el bachaqueo, los cuidadores de carros, etc., y establecer estímulos sólidos para incorporar a esa mano de obra al sector productivo, estableciendo, por ejemplo, prioridades en la construcción de la Misión Vivienda para ellos, etc.
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Lo anterior son algunos ejemplos de los muchísimos aspectos que se deben tratar. En fin, el país necesita planificadores en todos los organismos, instituciones y empresas, tanto del Estado como privadas que apunten en esa dirección. En otras palabras, necesitamos miles de Giordanis.
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Latinoamérica es vital para cualquier proceso de industrialización
El genio de Chávez impulsó la integración regional para ampliar un mercado para nuestras industrias, planteamiento que defendieron otros líderes regionales como Lula, Kirchner, Evo, etc. Y en ese camino se ha avanzado bastante.
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Lamentablemente todo ese esfuerzo está a punto de naufragar. En efecto, la (y perdóneme el lector la expresión) enorme cagada que han puesto los imbéciles del equipo económico de este gobierno ha repercutido negativamente en todo el continente, ocasionando derrotas muy importantes para los sectores nacionalistas.
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Gracias a los medios de comunicación, todo el continente latinoamericano es testigos de la escasez de bienes básicos, de la mega inflación, del despelote de dólar, etc. Y lo que constituyó con Chávez una esperanza para todo el continente, hoy con este equipo económico es una decepción.
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Ellos no solamente son responsables de la paulatina pérdida del poder por parte del proceso en nuestro país, sino de que se aborte por segunda vez en la historia, el sueño de integración de nuestro Libertador Simón Bolívar.
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No imagino castigo suficiente para tal herejía.
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El precio del petróleo-
Por último, hay que puntualizar que esta baja en los precios del crudo no es algo coyuntural ni pasajero, ya que es consecuencia, en lo fundamental, de dos factores determinantes.
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Por una parte, el “descubrimiento” de Estados Unidos y de los reinados del Golfo Pérsico de la eficiencia de utilizar el aumento de la producción petrolera para bajar los precios como arma efectiva en contra de sus enemigos estratégicos, en el caso norteamericano de Rusia y Venezuela y en el de las monarquías árabes en contra de sus verdaderos enemigos como Irán y los países gobernados por líderes no fanáticos religiosos, algunos laicos y que son producto del derrocamiento de monarquías absolutistas similares como los casos de Irak, Siria, Irán, etc.
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En efecto entre Rusia, Venezuela e Irán se producen alrededor de 16 millones de barriles diarios, lo que con una baja del precio unitario del barril de 100 $ a 40 $ significa más de 350.000 millones de dólares anuales que dejan de percibir dichos países y que no podrán ser utilizados para aumentar su poder económico y militar y amenazar, eventualmente, a los imperialismos dominantes. Y dado que en ambos casos estas son confrontaciones estratégicas esa política no variará a mediano plazo.
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Por la otra, el reciente invento de utilizar el tracking como método de explotación ha facilitado el acceso a importantes yacimientos de petróleo que permanecían inaccesibles, lo que en el caso de Estados Unidos ha permitido aumentar su producción diaria de unos 6 millones a más de 10 millones de barriles, forzando con esta sobre oferta a la baja en el precio.
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Esta utilización del tracking no se limita a Estados Unidos, varios países, como en el caso de Argentina, están explorando su territorio y han encontrado importantes yacimientos que ahora si pueden ser explotados, por lo que hay que esperar que la producción global de crudo se mantenga alta.
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Claro que hay otros factores a considerar, pero en mi opinión, los anteriores son los determinantes a tomar en cuenta a mediano plazo.