Ucrania, petróleo y sanciones a Venezuela
Leopoldo Puchi |
Un grupo de 25 dirigentes sociales y empresariales del campo de la oposición dirigieron una carta al presidente Joe Biden y a los principales funcionarios estadounidenses vinculados a la política exterior. En el texto se señala que el propósito es el de la búsqueda de acuerdos para el alivio de las sanciones y el regreso de las compañías petroleras.
Por otra parte, la unidad de investigación de la firma Barclays publicó un informe titulado “En busca de un nuevo camino de transición”, que aborda la situación económica de Venezuela, el peso de las sanciones impuestas por Estados Unidos al sector petrolero y las posibilidades de que sean aliviadas.
A su vez, distintos analistas y medios internacionales han venido destacando la iniciativa del gobierno estadounidense de enviar una delegación a Caracas para tratar, entre otros temas, el suministro del petróleo venezolano, como lo informara Antony Blinken en rueda de prensa desde Londres.
Cada barril
Tanto la carta a Biden, como el informe de Barclays y la reunión de los representantes de la Casa Blanca con el gobierno venezolano están referidos a la nueva situación creada por el conflicto de Ucrania y del bloqueo al petróleo y gas ruso decidido por Washington. Una política que no se presenta como transitoria, sino de largo plazo, por lo que “cada barril cuenta”, como lo señalara recientemente el analista José González en un artículo de la revista Cambio.
Suministros
Ahora bien, cuando se habla de incrementar los suministros, indudablemente se piensa en Venezuela, no sólo por ser la principal reserva del mundo en petróleo y la octava en gas, sino también porque Venezuela, junto a Irán y Arabia Saudita, es uno de los “países capaces de expandir rápidamente la producción de petróleo”, como lo indica el informe de la Biblioteca de la Cámara de los Comunes del Reino Unido.
Y cuando se habla de petróleo y de Venezuela, inevitablemente se está hablando de sanciones, más allá de cualquier discusión sobre la caída de la producción petrolera venezolana en el último lustro, ya que no puede esperarse un incremento sustancial de los suministros venezolanos si se mantienen las prohibiciones a la extracción y comercialización del petróleo.
Negociaciones
Pues bien, si este es el contexto, el de requerimientos de mayor producción de hidrocarburos, y si a la vez se considera que Venezuela puede dar un aporte importante en los próximos siete o diez años, tiempo calculado para sustituir la dependencia de Rusia de los países europeos, entonces el punto en discusión es el de las sanciones. No es el momento para una intervención en función de controlar las reservas de petróleo de Venezuela, sino para negociaciones y acuerdos entre los dos países.
Repliegue
Las sanciones decididas en 2019 hacían parte de una estrategia que se proponía provocar el “cambio de gobierno” en Venezuela. A este vector se le sumaban otros dos, el de un “gobierno interino” y el de la amenaza de intervención militar.
El objetivo de la estrategia que utilizaba estos vectores era el de forzar el retorno de Venezuela al dispositivo geopolítico estadounidense. El plan fracasó, por lo que Biden pasa a una etapa de repliegue y busca la recuperación de las fuerzas internas, para lo que se necesita un tránsito desde las políticas de derrocamiento hacia la institucionalidad y las elecciones. Es aquí donde encaja lo que se ha denominado “reinstitucionalización”.
Dando y dando
Obviamente, la Casa Blanca no puede aspirar hoy a que Venezuela retorne a su dispositivo geopolítico, es decir, alcanzar lo que no pudo lograr en 2019. Eso está diferido. En lo inmediato, el requerimiento es de suministros, que está en el interés de ambas partes, Venezuela y Estados Unidos.
Sin embargo, en Washington hay fuertes diferencias sobre el camino a seguir ante las sanciones. En este sentido, se plantean otras exigencias relacionadas con la reincorporación a la vía electoral de las fuerzas internas organizadas en la Plataforma Unitaria.
Aparentemente, en los distintos grupos dirigentes de EEUU hay consenso en torno a que el alivio de las sanciones debe estar condicionado a concesiones del gobierno venezolano, pero no se sabe con exactitud qué califica, en concreto, a los ojos de Washington, como “reinstitucionalización”.
Hay fracturas sobre ese punto, tanto entre los demócratas como entre republicanos, lo que se refleja en la oposición venezolana. Entre tanto, en Venezuela se espera un alivio de las sanciones, en la expectativa de mejoras en las condiciones de vida.
Día a día
• Aliado Importante no-OTAN (acrónimo MNNA en inglés) es una designación dada a los países que trabajan con las fuerzas estadounidenses, pero no son miembros de la OTAN.