Trump y Xi Jinping hablan por teléfono para apaciguar fricciones comerciales

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El presidente chino, Xi Jinping, y el estadounidense Donald Trump mantuvieron este jueves una conversación telefónica a petición de Trump, en un intento por apaciguar las crecientes fricciones comerciales entre ambas potencias.

La llamada se produce tras un acuerdo mutuo en mayo para reducir aranceles, aunque en las últimas semanas se han recrudecido las tensiones debido a acusaciones cruzadas sobre incumplimientos, como controles a la exportación de chips y cancelaciones de visados a estudiantes chinos por parte de EE.UU., y bloqueos de licencias de exportación de tierras raras por parte de China.

Ambos países habían pactado una tregua arancelaria de tres meses, con EE.UU. reduciendo sus gravámenes del 145 % al 30 % y China del 125 % al 10 %, buscando abrir la puerta a un acuerdo más amplio159. Sin embargo, las disputas sobre componentes tecnológicos y minerales estratégicos, esenciales para sectores como la electrónica y la automoción, han tensado nuevamente las relaciones comerciales, reflejando también una desconfianza política y estratégica más amplia.

Tras la llamada, Trump calificó la conversación como “muy buena” y afirmó que se lograron avances, especialmente en torno a las tierras raras, aunque no especificó detalles sobre concesiones concretas de Pekín8. Xi Jinping, por su parte, instó a eliminar las medidas “negativas” que afectan el comercio y reiteró la invitación a Trump para visitar China, a lo que el presidente estadounidense respondió con una invitación recíproca8. La llamada fue vista con optimismo por los mercados, que reaccionaron con alzas tras la noticia.

Este contacto es el primero entre ambos líderes desde la investidura de Trump y marca un paso importante para desbloquear la frágil tregua comercial, aunque expertos advierten que un acuerdo final podría tardar en llegar dada la complejidad y la histórica volatilidad de las negociaciones entre las dos mayores economías del mundo289. Las futuras negociaciones probablemente se centrarán en las restricciones tecnológicas y los controles de exportación, temas críticos para la seguridad nacional y la competitividad económica de ambos países.