Trump y el final de la civilización europea
Marcos López
El anuncio de Donald Trump de que los europeos se enfrentan a su destrucción total ha causado alarma en Bruselas y ha sido interpretado como un paso más hacia la invasión rusa de algún país del Este de la UE. Trump, publicó la estrategia de política exterior y de seguridad nacional para su segundo mandato, en la que advierte sobre el posible fin de la civilización europea debido a sus políticas migratorias y promete consolidar el liderazgo de Washington como superpotencia, especialmente en Latinoamérica.
El documento de 33 páginas, publicado al inicio de cada Administración, es descrito por Trump como una «hoja de ruta» para garantizar la supremacía estadounidense y pone al país norteamericano en el centro de los esfuerzos por lograr la paz y estabilidad mundiales.
Soplan vientos de guerra en Europa. Cada día nos despertamos con nuevas noticias alarmantes sobre las actividades militares de Rusia en suelo europeo. Al mismo tiempo, la Administración Trump ha publicado en Washington un documento estratégico de política exterior que marca un giro ideológico significativo. El texto sostiene que Europa se enfrenta a la “desaparición de su civilización”, atribuyendo el supuesto declive de la Unión Europea a la inmigración y alineándose con las tesis de la ultraderecha continental. Además, el plan relanza un intervencionismo renovado en América Latina.
¿Qué quiere decir Trump con esa advertencia? En primer lugar, que la UE le sobra. Trump es un autárquico que siente alergia a todo lo que tenga que ver con organizaciones supranacionales. De hecho, ya ha sacado a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud y amenaza con hacer lo mismo con la OTAN. Y en segundo término, sus palabras vienen a a confirmar la peor de las sospechas: están en complicidad con Putin, al que dejará hacer si este decide dar el paso de invadir algún país europeo.
El documento Trump describe a la Unión Europea como un proyecto debilitado por la “pérdida de identidad cultural” y la “presión migratoria”. De esta manera, el líder de Estados Unidos adopta un discurso cercano al de partidos ultraderechistas europeos, que vinculan la llegada de inmigrantes con el deterioro de las estructuras sociales y políticas. La advertencia sobre la “desaparición de la civilización europea” ha generado críticas en Bruselas, donde se interpreta como un ataque directo a los valores de integración y diversidad que sustentan la UE.
El texto estratégico anuncia un refuerzo de la presencia estadounidense en América Latina, bajo el argumento de frenar la influencia de China y Rusia en la región. Además, se plantea un endurecimiento de las sanciones contra Venezuela, Cuba y Nicaragua, países señalados como “amenazas para la estabilidad hemisférica”.
Diversos analistas destacan que el documento supone una ruptura con la tradición diplomática estadounidense, al asumir abiertamente postulados de la ultraderecha y convertirlos en política oficial. Sin duda, el nuevo documento estratégico de Washington refleja la visión de Trump sobre el mundo: una Europa debilitada por la inmigración y una América Latina que debe ser reordenada bajo la influencia de Estados Unidos. La publicación confirma un giro ideológico hacia posiciones ultraderechistas y anticipa un escenario de tensiones diplomáticas tanto con la Unión Europea como con varios países latinoamericanos.
Todo ello ocurría mientras militares de la base naval francesa de Ile Longe, junto al puerto de Brest (noroeste), en la que hay submarinos nucleares preparados para lanzar misiles con carga atómica, dispararon el pasado jueves contra cinco drones que fueron detectados cuando sobrevolaban de forma irregular las instalaciones, según informa Efe. Los responsables de la base activaron un dispositivo de lucha antidrones y el batallón de fusileros marinos que se encarga de la seguridad efectuó varios disparos, según varios medios de comunicación que citan como fuente a la Gendarmería, que no quiso dar más detalles.
Los hechos ocurrieron hacia las 19.30 hora local (18.30 GMT) y no era la primera vez que se señalaban sobrevuelos en esa área de acceso prohibido, ya que en la noche del 17 al 18 de noviembre se había producido una situación similar. La base de la Ile Longue es una de las más estratégicas para la fuerza de disuasión nuclear francesa porque allí están fondeados cuatro submarinos nucleares. Los sobrevuelos de drones se han multiplicado en los últimos meses en instalaciones sensibles de varios países europeos, un fenómeno que con frecuencia se relaciona con operaciones de desestabilización pilotadas desde Rusia.
A su vez, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, confirmó el viernes que su Gobierno trabaja activamente con Estados Unidos en la redacción de una “posible declaración pacífica” sobre Ucrania, una revelación que sugiere un avance diplomático tangible más allá de los contactos preliminares. “Estamos trabajando junto con algunos socios, incluidos los Estados Unidos, en una posible declaración de paz”, aseguró el mandatario ruso al detallar el estado de las conversaciones al inicio de su reunión con el primer ministro indio, Narendra Modi, en Nueva Delhi. El líder del Kremlin aprovechó el encuentro bilateral para agradecer a Modi su implicación personal en la búsqueda de soluciones y destacó la importancia de concretar los acuerdos.
Está claro que Trump ha dado luz verde a un plan que no es más que el certificado de anexión a Rusia de la región ucraniana del Dombás, que Putin considera suya tras tomarla por la fuerza. Ambos mandatarios se están dejando las manos libres para hacer y deshacer a su antojo y al margen del Derecho internacional. Rusia pone sus ojos en los países del Este de la UE; Trump se centra en Venezuela, Cuba, Nicaragua, el Caribe y en general Latinoamérica. Volver a repartirse el mundo como en tiempos de la Guerra Fría: ese es el plan de ambas superpotencias. Y en ese contexto, Europa aparece como un suculento y fácil bocado para Rusia.
*Analista del diario Sabemos