Trump va a tolerar la corrupción mientras sirva a sus amigos

Jim Cason y David Brooks

Un empresario multimillonario invierte cientos de millones de dólares para ayudar a elegir a un presidente y al llegar su candidato a la Casa Blanca nombra al multimillonario –en este caso el hombre más rico del planeta– a un puesto desde donde puede canalizar decenas de miles de millones de dólares en contratos federales a sus empresas.

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Elon Musk, el hombre más rico del mundo, es también miembro del gabinete del presidente Donald Trump

Eso, en cualquier país, tiene nombre, y usualmente es una práctica un poco más sutil. Aquí se llama oficialmente eficiencia y es proclamado, sin pena, como parte de la lucha anticorrupción.

El año pasado, la Oficina de Contabilidad del Gobierno de Estados Unidos calculó que el gobierno federal pierde entre 233 mil millones y 521 mil millones de dólares por fraude cada año, y a lo largo de los últimos 20, este gobierno ha perdido 2.7 billones de dólares en total.

Esos datos reales son parte de la justificación empleada por el presidente Donald Trump para nombrar al multimillonario Elon Musk –dueño de las empresas Tesla, X, Starlink y Space X– empleado gubernamental especial a cargo de la recién inventada instancia oficial llamada Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) dedicada a frenar la corrupción y reducir el gasto y el tamaño del gobierno federal.

Pero las empresas de Musk tienen 3.8 mil millones en contratos con el gobierno federal en 2024 y ahora están posicionándose para beneficiarse aún más del gobierno federal. Trump califica de ridícula la acusación de que Musk tiene un conflicto de intereses entre sus negocios privados y ser un servidor público, y vale señalar que hasta ahora el multimillonario no ha sido acusado de ningún acto corrupto.

Pero muchos dudan de su inocencia en este rubro. El abuso de poder y corrupciones que se están extendiendo a través de las agencias federales por el papel doble de Musk es horrendo, declaró al New York Times Danielle Brian, directora ejecutiva de Project on Government Oversight, ONG independiente que monitorea contratos federales. Una docena de funcionarios federales actuales y retirados comentaron al rotativo que SpaceX, en particular, está posicionándose para obtener miles de millones de dólares más en nuevos contratos.

En su discurso ante el Congreso a principios de mes, Trump prometió que Estados Unidos enviará astronautas a Marte –donde, aseguró, plantarán la bandera nacional–, algo que Musk ha promovido durante años. Empleados de Musk en DOGE ya están dentro de la Administración Federal de Aviación (FAA), la agencia que regula tráfico aéreo y espacial, incluyendo las actividades de SpaceX. La empresa ha estado cabildeando al Pentágono por un contrato para transporte de cargamentos militares por el mundo y ya ha asegurado, desde la llegada de Trump, nuevos contratos para lanzar satélites y otros materiales al espacio.

La FAA está por cancelar un contrato de 2.4 mil millones con Verizon para contratar a las empresa Starlink de Musk en su lugar, reportó el Washington Post. El secretario de Comercio recién anunció que el programa de 42 mil millones para ampliar la banda ancha a zonas rurales ahora incluirá conexiones satelitales, lo cual sería una gran oportunidad para Starlink y su sistema de Internet vía satélite.

Obviamente, Musk no es el único multimillonario con contratos con el Pentágono y otras partes del gobierno. El dueño de Amazon, Jeff Bezos, quien fue uno de los huéspedes de honor junto con su novia en la toma de posesión de Trump, es dueño de la empresa espacial Blue Origin, que también ha asegurado grandes contratos del gobierno federal.

Pero Bezos no tiene un puesto en el nuevo gobierno. Otro multimillonario, David Sachs, el nuevo zar de criptomonedas en la Casa Blanca, debió obtener un permiso oficial por su trabajo ofreciendo asesoría al presidente, a pesar de que es un inversionista mayor en las criptomonedas. Y éstos son sólo algunos de los multimillonarios que tienen o tendrán puestos en el nuevo gobierno; por ahora serán 13 en total, reporta ABC News.

El otro multimillonario en el gobierno es el propio presidente, quien usó su campaña electoral para promover la venta de productos con su nombre, desde Biblias hasta gorras. Y justo antes de asumir la presidencia anunció su propia criptomoneda. El valor de su nuevo instrumento monetario digital se incrementó casi de inmediato. El diputado demócrata Jake Auchincloss comentó que anunciar su criptomoneda era “equivalente a anunciar el número de tu cuenta en Suiza, indicar a adversarios extranjeros que pueden depositar fondos a esa cuenta de manera anónima, pero después llegar con él para mostrarle los recibos… Es el acto más desvergonzado de corrupción de la presidencia moderna”.

Gobierno multimillonario, fue el encabezado de la portada de la revista Foreign Policy este mes y el artículo principal fue ¿America (Estados Unidos) es una cleptocracia?

La profesora Jodi Vittori, de la Universidad de Georgetown, escribió que se están deshaciendo las instituciones y normas anticorrupción. Señala que el gobierno de Trump ha despedido a por lo menos 17 inspectores generales encargados de investigar corrupción y fraude dentro de las dependencias del gobierno, incluidos algunos que estaban en medio de investigaciones sobre el jefe de la Casa Blanca y de los contratos federales de Musk, y advierte que ese tipo de acciones son usualmente un primer paso hacia la corrupción en grande y finalmente la cleptocracia.

Trump y Musk insisten en que están descubriendo cientos de miles de millones en actividades corruptas o ineficientes y están despidiendo a aquellos que son parte de un gobierno inflado. Pero muchas de las investigaciones de los detalles que ellos reportan carecen de evidencia, y el objetivo real es desmantelar programas y agencias que Trump y sus aliados conservadores siempre han buscado destruir.

Poner al hombre más rico del mundo, quien obtiene contratos federales, a cargo de dólares federales que pueden ser incluidos en contratos federales, es un problema real, afirmó el diputado demócrata Mark Pocan en una entrevista de radio. Es para que florezca la corrupción.

De hecho, Estados Unidos ya había caído 11 puntos en la última década en el índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional de 2024, y con Trump los expertos esperan que ese desplome se acelerará.

Con toda una serie de nuevas acciones y órdenes, queda clara “la intención del presidente –expuesta con descaro a la vista de todos– de tolerar la corrupción mientras le sirva a sus amigos y aliados políticos”, comenta Eduardo Porter en su artículo en el Washington Post.

Más aún, políticos progresistas y otras figuras, desde atletas famosos hasta artistas y líderes comunitarios y sindicales, han resaltado que el proyecto del nuevo gobierno es recortar programas de bienestar social con el fin de pagar los recortes de impuestos y nuevos negocios para los más ricos.

El senador independiente Bernie Sanders y la diputada demócrata Alexandria Ocasio Cortez han lanzado una gira llamada Lucha contra la oligarquía con actos multitudinarios por el país. La abrumadora mayoría de estadunidenses están de nuestro lado. No quieren que nos convirtamos en una oligarquía. No quieren que nos volvamos una sociedad autoritaria, ha repetido Sanders. La lucha que enfrentamos no será fácil. Tenemos que confrontar al trumpismo, y derrotarlo. Tenemos que crear un gobierno que funcione para todos, y no sólo para unos cuantos.

*Corresponsales del Periódico La Jornada en EEUU