Trump inició su guerra de los aranceles, con daños para todos

Mirko C. Trudeau

El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que a las cero horas de este martes entraron en vigor aranceles de 25 por ciento para las importaciones procedentes de México y de Canadá, además de que se impondrá 10 por ciento adicional a las chinas, así como, en un mes, a productos agrícolas.

Funcionarios canadienses y mexicanos se mostraban “confiados” en poder alcanzar una nueva prórroga que evitase la guerra comercial. Trump admitió el domingo que los estadounidenses podrían sentir las consecuencias económicas de los aranceles que impuso a México, Canadá y China, pero defendió que “valdrá la pena” para garantizar los intereses de EEUU.México y Canadá enfrentarán aranceles de Trump a partir de marzo - Emprendedor

El primer ministro canadiense Justin Trudeau aseguró que “no hay justificación para estas acciones” y anunció medidas “enérgicas pero razonables” (gravámenes de 25% sobre 155 mil millones de dólares en bienes estadounidenses, que permanecerán vigentes hasta que Trump revoque su decisión.

En el caso de la relación económica entre México y Estados Unidos, los daños por las medidas serán de gran magnitud y se verán a muy corto plazo en ambas orillas del río Bravo. Para México serán un freno brutal al crecimiento económico y conllevarán pérdidas de empleos y posiblemente cierres de plantas, y para hacer frente a la circunstancia se requerirá reajustar planes y programas, a fin de atender a los sectores más perjudicados.

Pero este no es el primer capítulo de la guerra comercial, el 10 de febrero el magnate anunció aranceles del 25% al acero y el aluminio y ahora anuncia medidas similares sobre las exportaciones agrícolas: en el punto de mira de Trump está la Unión Europea que, según él, fue creada “para joder a EEUU”. “La UE no acepta nuestros coches, no acepta esencialmente nuestros productos agrícolas, esgrimen todo tipo de razones para no hacerlo”, señaló.

La Casa Blanca justifica la decisión por la “insuficiente” respuesta de sus vecinos. “Las drogas siguen llegando a nuestro país desde México y Canadá en nivedles muy altos e inaceptables. Un gran porcentaje de estas drogas, muchas de ellas en forma de fentanilo, se fabrican y suministran desde China (…) por lo tanto, hasta que se detenga o se limite seriamente, los aranceles propuestos entrarán en vigor el 4 de marzo”, aseguró el presidente en la red Truth Social.

También desde este martes Trump duplicó los aranceles a China, que pasan del 10 al 20 por ciento y anunció que el 2 de abril se aplicarán tarifas extraordinarias a las importaciones agrícolas. “A los grandes agricultores de EEUU: prepárense para empezar a producir mucho más producto agrícola para vender dentro del país, Diviértanse”-

Pero la diversión duró poco: Con este avance en su agenda económica proteccionista genera incertidumbre en las economías de Canadá y México, pero también en la estadounidense: inmediatamente se registró una caída de las bolsas (el Dow Jones perdió 1,9%), el S&P el 2,2% y el Nasdaq Composite cerca del 3%), junto a una fuerte devaluación del peso mexicano y el dólar canadiense.

La concreción de esta amenaza, que vine esgrimiendo desde que era candidato presidencial, es una violación al tratado comercial de América del Norte (T-MEC) vigente y a las reglas comerciales establecidas por la Organización Mundial de Comercio, así como un viraje de 180 grados respecto al modelo globalizador de libre comercio que los anteriores gobiernos estadounidenses fueron imponiendo a la mayor parte del mundo desde los años 90 del siglo pasado.Bienvenidos al nuevo desorden mundial: ¿estamos en otra Guerra Fría?

Si Trump se empecina en mantenerlas, se producirán contramedidas de sus socios comerciales, produciendo, inevitablemente, un desbarajuste mayor en el comercio mundial y, por ende, en la producción industrial y agropecuaria y a las finanzas internacionales. En lugar de promover un nuevo orden mundial, Trump parece estar decidido a causar un vasto desorden planetario que no puede tener consecuencias positivas para nadie.

Los economistas coinciden en señalar que es difícil cuantificar el impacto que tendrán estas medidas porque es previsible una respuesta similar de China, México y Canadá, lo que podría derivar en una guerra comercial de dimensiones y consecuencias por demás inciertas.

Para la economía de Estados Unidos las consecuencias de los aranceles no serán menos devastadoras ya que conllevarán incrementos en los precios que deberán ser pagados por los consumidores y desatarán una burbuja inflacionaria, además de una caída en la competitividad de los productos estadounidenses frente a sus competidores europeos y asiáticos. Habrá que ver los efectos que estos fenómenos tendrán en el panorama político y en el ánimo social de Estados Unidos.

* Economista, politólogo y analista estadounidense, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).