Trump amenaza a Venezuela y la oposición anuncia gobierno paralelo y huelga general

Venezuela enfrenta la amenaza de sufrir medidas económicas de Estados Unidos y una escalada de protestas opositoras, que incluye un paro cívico y un gobierno paralelo, si el gobierno mantiene su convocatoria a una Asamblea Constituyente.

Amparada bajo el ala del presidente estadounidense, la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de la oposición informó que conformará este miércoles un gobierno de unidad, que irá seguido de una huelga general el día jueves.Tras el “plebiscito” propagandístico del pasado domingo, vinculante con los designios e intereses estadounidenses, la oposición dio una especie de ultimátum al presidente Nicolás Maduro, para que desconvoque el “fraude constituyente” y acepte negociar “el retorno a la democracia”.

Si no lo hace, la oposición “desconocerá” a su Ejecutivo de forma definitiva y nombrará un gobierno paralelo formado por la coalición opositora MUD, “obedeciendo” los resultados de la consulta (un ejercicio interno de la oposición, sin control, y no vinculante), que incluía explícitamente la formación de dicho ejecutivo en su tercera pregunta.

Siguiendo con su intento de injerencismo pidió “elecciones libres y justas” en el país, luego de celebrar la consulta realizada por la derecha el domingo y dijo que “Estados Unidos no se quedará pasivo mientras Venezuela se desmorona. Si el régimen de Maduro impone su Asamblea Constituyente el 30 de julio, Estados Unidos tomará rápidas y fuertes medidas económicas”, en una nota oficial, sin detallar el alcance de las medidas.

Según Trump, el plebiscito simbólico organizado por la oposición el domingo, en el que según ellos 7,6 millones de personas votaron contra la Constituyente, “dejó claro” que ese sector “está en favor de la democracia”. Sin embargo, añadió el mandatario, esas acciones “siguen siendo ignoradas por un mal líder que sueña con convertirse en un dictador”. Obviamente, un “plebiscito” vinculante con los intereses estadounidenses.

El domingo, mientras el Estado organizaba un simulacro de votación de cara a la elección de constituyentes el próximo 30 de julio, la oposición organizó una consulta interna contra la constituyente. La prensa internacional invisibilizó la actividad oficial y otorgó a la opositora características heroicas.

Sin referirse a Trump, el presidente Maduro  rechazó las declaraciones de otros representantes internacionales sobre Venezuela. “No se dejen llevar por los halagos extranjeros, por las mentiras del Diario El País, vergüenza debería darle seguir mintiendo sobre Venezuela (…)” El Jefe de Estado exhortó al respeto de la constitucionalidad de Venezuela. “Así como Venezuela respeta la constitucionalidad y la soberanía de España y del mundo entero”.

Luego del mensaje de mandatario estadounidense, el Departamento de Estado instó a los países de la región a pedir a Maduro suspender la Constituyente. “Hay que desmontar constituyente para lograr solución negociada”, expresó en tanto en twitter el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.

Argentina pidió al gobierno venezolano “desistir de la convocatoria” a la Constituyente y “reconocer la necesidad de un diálogo político genuino” con la oposición, según un comunicado de su Cancillería.

Animada por un plebiscito sin control y no vinculante, la oposición anunció el inicio de la “hora cero” para precipitar un desenlace del conflicto, tras casi cuatro meses de protestas que dejan 96 muertos.

El paro cívico -suspensión de actividades formales e informales- será un “mecanismo de presión y preparación para la escalada definitiva que será la próxima semana”, dijo el diputado Freddy Guevara en rueda de prensa de la oposición. 

Como parte del plan, el Parlamento de mayoría opositora nombrará el viernes a nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), al que acusa de dar un “golpe de Estado” con fallos que socavaron sus poderes.

Además, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) firmará el miércoles un compromiso para un futuro “gobierno de unión nacional”.

Pese a sus planes de profundizar el conflicto, la MUD se dijo dispuesta a dialogar si Maduro retira el proyecto, con el que asegura el presidente quiere consolidar “una dictadura”. El domingo, el mandatario llamó a los opositores a no volverse “locos” con los resultados del plebiscito y “sentarse a hablar”.

A fines del año pasado el gobierno y la oposición abrieron un diálogo, con el auspicio del Vaticano, que terminó un mes después, pues ambos se acusaron de incumplir los acuerdos.

La consulta opositora contó con apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA), Estados Unidos y gobiernos de América Latina y Europa. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, llamó a “asumir” que una mayoría rechaza cambiar la Constitución.

La Unión Europea (UE), así como los gobiernos de España, Alemania, Canadá, México y Brasil, pidieron a Maduro suspender o reconsiderar la convocatoria. El mandatario rechazó esos llamados y llamó “insolente” a la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini.

En las últimas elecciones, las parlamentarias de 2015, la MUD arrasó con 7,7 millones de votos de un total de casi 20 millones de electores, quebrando una hegemonía chavista, entonces de 17 años.

Capriles

Cónsono con la posición estadounidense, el gobernador de Miranda y el dos veces frustrado candidato presidencial, Henrique Capriles, consideró como insuficientes las acciones de presión que anunció este lunes, la MUD contra el Gobierno nacional, pues a su juicio el pueblo espera acciones contundentes tras la expresión popular de la consulta.

“Yo soy miembro de la Unidad y acato el anuncio de hoy. No se trata de generar anarquía, porque la anarquía es la alidada del gobierno, pero el país espera mucho más. Se debe tener cuidado en interpretar bien la expresión popular, porque fueron más de siete millones y medio de venezolanos los que participaron en la consulta popular contra la constituyente comunal”, dijo.

Señaló que Venezuela vive en una emergencia y se debe responder de manera contundente a la demanda que dio el pueblo. “Lo que pasó el domingo no se puede convertir en algo simbólico, es un hecho político”.