Tik Tok y la libertad de expresión en EEUU
Álvaro Verzi Rangel
TikTok y su empresa matriz china ByteDance demandaron a Estados Unidos por una ley que prohibiría la popular aplicación para compartir videos a menos que se venda a otra empresa en el plazo de entre nueve y 12 meses, argumentando que se basa en pintarla vagamente como una amenaza a la seguridad nacional para eludir la Primera Enmienda.
ByteDance afirma que la ley de Protección de los Estadounidenses contra Aplicaciones Controladas por Adversarios Extranjeros, que Biden firmó el 24 de abril como parte de un paquete más amplio de ayuda exterior de 95.000 millones de dólares, es tan “obviamente inconstitucional” que los patrocinadores de la medida están tratando de presentarla no como una prohibición, sino como una regulación de la propiedad de TikTok.
La lucha por TikTok tiene lugar en un momento en que las relaciones entre Estados Unidos y China han pasado a ser de intensa rivalidad estratégica, especialmente en ámbitos como las tecnologías avanzadas y la seguridad de los datos
Es la primera vez que el gobierno estadounidense señala a una empresa de medios sociales con una prohibición potencial, algo que los defensores de la libertad de expresión señalan que es más común en regímenes represivos
La demanda es quizá la antesala de una prolongada lucha legal sobre el futuro de TikTok en Estados Unidos, que podría acabar ante el Tribunal Supremo. Si TikTok pierde, se verá obligada a cerrar el año que viene.
Por primera vez en la historia, el Congreso ha promulgado una ley que somete a una única plataforma de expresión a una prohibición permanente en todo el país, y prohíbe a todos los estadounidenses participar en una comunidad en línea única con más de mil millones de personas en todo el mundo.
Mientras que los legisladores que aprobaron el proyecto de ley sostienen que la aplicación representa una amenaza para la seguridad estadounidense debido a sus lazos con China, los tribunales ahora deben sopesar esas preocupaciones contra el argumento de TikTok de que una venta o prohibición violaría los derechos de libertad de expresión de sus usuarios garantizados por la Primera Enmienda y perjudicaría a las pequeñas empresas que dependen de la plataforma para su sustento.
La ley obliga a la empresa matriz de TikTok, ByteDance, a vender la plataforma en un plazo de nueve meses. Si la venta ya está en marcha, la empresa dispondrá de otros tres meses para completar el acuerdo. ByteDance ha dicho que “no tiene ningún plan para vender TikTok”. Pero incluso si quisiera desinvertir, la empresa tendría que obtener la bendición de Pekín.
Según la demanda, el gobierno chino ha “dejado claro” que no permitiría a ByteDance desprenderse del motor de recomendaciones que es “clave para el éxito de TikTok en Estados Unidos”.
TikTok y ByteDance argumentaron en la demanda que no se le está dando opción. “La ‘desinversión cualificada’ exigida por la Ley para permitir que TikTok siga operando en Estados Unidos simplemente no es posible: ni comercialmente, ni tecnológicamente, ni legalmente”, dijeron. “No hay duda: la Ley forzará el cierre de TikTok antes del 19 de enero de 2025″, dice la demanda.
La demanda argumenta que sería imposible para ByteDance desprenderse de su plataforma con mil millones de usuarios en todo el mundo, la mayoría de ellos fuera de Estados Unidos. Según la demanda, un TikTok exclusivamente estadounidense funcionaría como una isla separada del resto del mundo.
TikTok también pinta la desinversión como una imposibilidad tecnológica, ya que la ley requiere que todos los millones de líneas de código de software de TikTok sean arrancados a ByteDance para que no haya “relación operativa” entre la empresa china y la nueva aplicación estadounidense.
“En concreto, para cumplir con el requisito de desinversión de la ley, esa base de código tendría que ser trasladada a un gran equipo alternativo de ingenieros, un equipo que no existe y que no entendería el complejo código necesario para hacer funcionar la plataforma”, dice la demanda.
Los demandantes solicitan una sentencia declaratoria de que la Ley viola la Constitución de EEUU; una orden que prohíba al Fiscal General Merrick Garland aplicar la Ley y cualquier otra reparación que el tribunal considere apropiada. El Departamento de Justicia declinó hacer comentarios sobre la demanda.
La farsa de la seguridad nacional
Legisladores estadounidenses, altos funcionarios y voceros las fuerzas de seguridad, han expresado su preocupación por que las autoridades chinas puedan obligar a ByteDance a entregar datos de usuarios estadounidenses o influir en la opinión pública manipulando el algoritmo que rellena los feeds de los usuarios, algo que parece sólo permitido para las plataformas de difundan los contenidos que quiere Washington.
Circuló, asimismo, un estudio de la Universidad de Rutgers que sostiene que los contenidos de TikTok se amplifican o subrepresentan en función de su alineación con los intereses del gobierno chino, algo que el centro de estudio no lo pudo probar y que la empresa niega. El gobierno de EEUU no ha aportado pruebas públicas que demuestren que TikTok comparte información de usuarios estadounidenses con las autoridades chinas, o que manipula su algoritmo en beneficio de China.
Quienes en EEUU se oponen a la ley señalan la falacia de las acusaciones, ya que las autoridades chinas -o cualquier otra parte- podrían obtener fácilmente información sobre los estadounidenses de otras formas, como a través de intermediarios de datos comerciales que alquilan o venden información personal.
Jameel Jaffer, director ejecutivo del Instituto Knight de la Primera Enmienda de la Universidad de Columbia, espera que el recurso de TikTok contra la prohibición prospere.“La Primera Enmienda significa que el Gobierno no puede restringir el acceso de los estadounidenses a las ideas, la información o los medios de comunicación procedentes del extranjero sin una muy buena razón para ello, y en este caso no existe tal razón”, dijo Jaffer en una declaración impresa.
*Sociólogo y analista internacional, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)