Terceras vías, Centrismos y Socialdemocracia: ¿qué proyecto?
Eduardo Camin
Sin embargo, muchas veces la comunidad no valora en tal grado los proyectos, porque la generalidad de los hombres prefiere y suelen apasionarse y diferenciarse en torno a lo estrictamente presente. La diferencia estimativa entre el hombre político y la comunidad se asienta entre las tendencias a la configuración futuristas de los primeros y la consolidación del presente de la segunda.
El deber del político ha de ser la de estimular la comunidad a la preocupación por el mañana y prepararla para desarrollar con naturalidad las evoluciones que exija el avance del tiempo. Pero la actitud de los hombres políticos no puede, por ello aislar las zonas entre la realidad y el concepto.
En nuestros días hay una cierta complicidad teórica en una gran parte de los intelectuales institucionales y progresistas para señalar que los proyectos tienen que ser la base de la gobernabilidad, asimilable a una situación de paz y consenso. Llevamos mucho tiempo escribiendo sobre estos temas, a la luz de las experiencias europeas donde terceras vías, centrismos, y socialdemócratas optaron por esos tiempos de gobernabilidad cuya característica principal fue la neutralidad de su acción, es decir la prevaricación de su gestión transformada en “gobiernos de gerencia”. Cuyas variaciones pendulares del proyecto de gobernabilidad oscilan algunas veces hacia la izquierda y en otras hacia la derecha, pero siempre aplicando los mismos criterios de la economía de mercado para la acción de gobierno eficacia, productividad, rentabilidad, competitividad, privatizaciones.
Para muchos hombres políticos la tentación es grande y la opción del progreso tecno económico en sus proyectos de gobernabilidad van marcando sus perfiles electorales, en una retorica de futuro en la cual se llama a eliminar las resistencias y los obstáculos que impiden la natural marcha del progreso en la historia.
Gobernabilidad para estar al día en el tiempo de la cibernética, la informática, la realidad virtual y el ciberespacio de las comunicaciones.
Acceder al uso y disfrute de ordenadores personales, telefonía móvil, electrodomésticos en la cocina, el baño, el comedor, el auto, etc. actúan como los símbolos más visibles del proyecto de gobernabilidad neoliberal, “eficiente” y “racional”.
Dejamos de ser ciudadanos políticos para transformarnos en simples consumidores, este es el resultado de un orden político y social pensado para defender las virtudes del capitalismo. Pero los mercados de los grandes países industrializados están abarrotados de “mercaderías del progreso” y los referentes sociales del consumo se han transformado en un considerable aumento del desempleo, la violencia social y la marginalización.
Sin que las terceras vías, ni los centrismos, ni la socialdemocracia puedan responder sobre ¿cuantos bienes materiales son necesarios para generar una vida humana digna?
Si algunos políticos desde una óptica de izquierda están tentados a reproducir los mismos esquemas sin contar con la realidad social, creemos que se comete un error histórico, complaciente además con las prácticas antidemocráticas propias del proceso de explotación económico social capitalista. Por eso hoy se hace necesario desde una verdadera óptica de izquierda defender una noción de desarrollo desde los principios sociales de libertad y democracia.
La actividad del proyecto es en sí misma, un aspecto de la función del hombre político, pues corresponde a un solo quehacer humano.
Pero las razones de la democracia, es decir la construcción del hombre ético y político son, al igual que las razones de la libertad, es decir el bien común, objetivos irrenunciables para lograr el total desarrollo de la condición humana La relación que une estas razones no pueden resolverse de forma pragmática ya que su práctica es siempre contradictoria pero nunca antagónica, dichas razones contienen valores que dan cuerpo a los diferentes proyectos políticos de transformación social. Sin olvidar que los pueblos no se mueren mientras alienta en su conciencia el calor de la vocación política donde cada hombre pueda y deba servir a la aventura histórica de sus pueblos.
*Miembro de la Plataforma Descam Ginebra y del Consejo de Redacción del Hebdolatino