Tercera central nuclear argentina, en operación
RAÚL DELLATORRE| La central nuclear Atucha II comenzó a operar en la mañana de ayer, lo que significa que el proceso de fisión nuclear ya empezó a liberar energía, aunque se requerirán al menos 60 días más para que la generación eléctrica de la nueva central comience a ser volcada al mercado.
Página12
El proceso de puesta en marcha requiere un aumento gradual de la potencia del reactor –que ayer se inició desde un nivel cero–, que se calcula que alrededor de fin de año podría alcanzar su potencia máxima. En dos meses, sin embargo, cuando esté al 30 por ciento de su potencia, Atucha II ya podría estar aportando generación al sistema eléctrico nacional.
Una vez alcanzada su máxima potencia, de 745 megavatios eléctricos, Atucha II estará en condiciones de abastecer el equivalente al 5 por ciento de la demanda eléctrica nacional, o el 12 por ciento del consumo de todo el Gran Buenos Aires (Ciudad Autónoma más partidos del conurbano). Desde la puesta en marcha de la central de Embalse, en 1984, ésta es la primera incorporación de oferta de energía nuclear al sistema, según recordó ayer Ricardo De Dicco, especialista en el rubro y director del Observatorio de Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo.
“Hace diez años, cuando se puso en marcha el plan energético nacional (mayo de 2004), hablar de una cuarta central nuclear era una fantasía; hoy, con la puesta en marcha de Atucha II, luego de alcanzarse con éxito las pruebas del reactor y habiendo logrado la primera reacción nuclear controlada, podemos decir que pasamos la prueba para poder avanzar en proyectos más ambiciosos”, señaló De Dicco. “Era necesario desarrollar este proyecto, llevar a cabo el proyecto Carem, el primer reactor argentino, para después poder pensar en la primera central nuclear de potencia de diseño totalmente argentino”, agregó.
Atucha II se inició hace más de 30 años, en 1982, pero estuvo paralizada a partir de 1994. El proyecto comenzó a reelaborarse en 2004 y dos años después, en agosto de 2006, se dio inicio a la reactivación del plan nuclear. Atucha II, rebautizada como Central Nuclear doctor Néstor Carlos Kirchner, cuenta con un diseño único, “no existe un gemelo de esta planta en el mundo”. Por lo tanto, debió superar todas las pruebas y exigencias que los organismos internacionales de regulación nuclear imponen a una planta prototipo. A ello se le suma que, durante la extensa paralización de la obra, la alemana Siemens AG, que desa-rrolló el reactor de agua pesada, abandonó la actividad nuclear, por lo cual su asistencia técnica para la instalación debió ser suplida por técnicos argentinos.
La reanudación de la obra no sólo representó la recuperación de técnicos y profesionales especializados, sino además una cadena de proveedores e industrias dedicadas al diseño y construcción de distintos componentes de centrales nucleares de potencia, que el país había perdido en la década anterior. El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, acompañó al presidente de la empresa estatal Nucleoeléctrica y director del proyecto, José Luis Antúnez, durante la puesta en marcha de la planta, ubicada en la localidad de Lima, provincia de Buenos Aires, muy próxima a la ciudad de Zárate. Antúnez dio detalles técnicos del proceso, que tras haber alcanzado con éxito “la primera criticidad, logrando una reacción nuclear controlada”, continuará con pruebas al reactor “a distintos niveles de potencia para verificar el comportamiento de los sistemas”, hasta alcanzar el nivel de operación comercial.
Los otros hitos del plan nuclear son la remodelación de la central de Embalse para extender su vida útil por treinta años y la construcción de la cuarta central nuclear, con un reactor construido íntegramente en la Argentina bajo licencia de Candú (Canadá). Tanto en la obra de Embalse como en la proyectada cuarta central, se contará con una importante cantidades de componentes fabricados en el país, a partir de la experiencia y desa-rrollo logrados en Atucha II.