Surrealismo (a la estadounidense), poco mágico

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DAVID BROOKS| Un joven enfrenta cadena perpetua por el delito de informar a su pueblo de lo que hace su gobierno en nombre de ese pueblo, otra crisis prefabricada más azota al país, un cardenal que encubrió los peores pecados imaginables votará por el próximo representante de Jesucristo…

eeuu manningLa Jornada

Mientras, un par de estados intentan dejar atrás el siglo XIX, y un ex basquetbolista tatuado realiza una maniobra diplomática en Corea del Norte… éstos son sólo algunos de los acontecimientos de los últimos días que comprueban que el surrealismo está vivito y coleando en Estados Unidos.

Bradley Manning afirmó la semana pasada que filtró los documentos oficiales secretos a Wikileaks para detonar un debate público sobre las políticas bélicas y diplomáticas de su gobierno. Parece que no hay peor delito que informar al pueblo de lo que el gobierno hace en su nombre, ya que eso, según las máximas autoridades, es “ayudar al enemigo”. Según Manning, ahora de 25 años de edad, el público tenía el derecho y necesitaba enterarse de la verdad –posibles crímenes de guerra– detrás de la retórica oficial. Por ese delito fue tratado de manera “inhumana y cruel”, según el relator especial sobre tortura de la Organización de Naciones Unidas. El gobierno estadunidense constantemente promueve la “transparencia” y la libertad de expresión, y los derechos de los disidentes, en otras partes del mundo (Cuba, Venezuela, Ecuador, algunos países árabes, aunque no entre sus aliados), pero resulta que aquí alguien que se atreve a hacerlo aparentemente es culpable de traición a la patria.

Mientras tanto, el espectáculo de otra crisis prefabricada por la cúpula política será pagado por cientos de miles de trabajadores de todo el país. Aquí no hay una catástrofe natural, un fallo en el modelo económico, el derrumbe de alguna industria o un desastre internacional, sino una crisis que estalla de manera diseñada y fechada por la cúpula política de ambos partidos. Los recortes automáticos del presupuesto federal que entraron en vigor el viernes pasado fueron resultado de un acuerdo bipartidista en 2011 entre la Casa Blanca y el Poder Legislativo de que, si no se llegaba a un consenso para abordar el déficit fiscal, se detonaría una serie de recortes del gasto federal que supuestamente serían inaceptables para ambos lados, o sea, fue formular una pesadilla mutua para asegurar un acuerdo.

La pesadilla llegó y Obama subrayó que todo esto era innecesario y que “esto no es un triunfo para nadie y es una pérdida para el pueblo estadunidense”. La Casa Blanca supone que con los efectos de los recortes habrá mayor presión pública sobre los republicanos para llegar a un acuerdo. Los republicanos apuestan que la defensa de su supuesto “principio” de no permitir más impuestos sin mayores recortes funcionará políticamente. Pero lo único que logró, por ahora, es dejar claro ante la opinión pública la disfunción fundamental de la cúpula, aunque ninguno de los políticos perderá su chamba ni sufrirá personalmente las consecuencias de los recortes; ese será el costo para cientos de miles de trabajadores que dependen del presupuesto federal ante la receta de la austeridad que tan bien le ha funcionado a los europeos, ¿verdad?

Aunque, irónicamente, esta crisis también tiene consecuencias positivas, como los primeros recortes en el gasto militar en años o la liberación de miles de inmigrantes indocumentados detenidos en lugares como Arizona, por falta de recursos.

Hablando de instituciones en crisis, el cardenal Roger Mahony, líder católico de Los Ángeles, está en Roma para participar en el cónclave en el cual se seleccionará al próximo representante oficial de Jesucristo en la tierra, a pesar de que es culpable de encubrir el abuso sexual de menores por curas durante años en su diócesis. Ahora sesionará muy moralmente con otros líderes católicos de todo el mundo para elegir al próximo Papa. No estará solo en este rubro, ya que por lo menos una docena de sus colegas también han sido manchados por encubrir esos escándalos en todo el mundo, incluido el decano del Colegio de Cardenales, Angelo Sodano, acusado de aceptar enormes regalos monetarios de los legionarios de Cristo y frenar una investigación sobre el fundador de esa orden, el reverendo Marcial Maciel, reporta el New York Times. Aparentemente, Jesús –bueno, por lo menos el Vaticano– perdona todo.

En asuntos más terrenales, hace un par de semanas Misisipi votó formalmente para aprobar la 13 enmienda de la Constitución que establece la abolición de la esclavitud, 148 años después del fin de la Guerra Civil. Un inmigrante originario de Indio, el doctor Ranjan Batra, del Centro Médico de la Universidad de Misisipi, fue quien impulsó esta acción, después de ver la película Lincoln, ya que esa dejó en duda el resultado del proceso de ratificación. Investigó y descubrió que su estado adoptivo nunca había abolido la esclavitud de manera formal.

En otro estado, cuyo lema oficial es Virginia is for lovers (Virginia es para enamorados), resulta que tal vez no es el lugar más amoroso. Legisladores del estado intentan apenas ahora anular una antigua ley que prohíbe la cohabitación de una pareja no casada por ser definida como un acto “lascivo”. Pero no es lo único que permanece en el código legal estatal para preservar “la moralidad y la decencia”, reporta el Richmond Times-Dispatch. Hay leyes contra “fornicar” entre parejas no casadas, y también está prohibido el sexo oral en las leyes que regulan los “crímenes contra la naturaleza”, aun entre parejas casadas y heterosexuales, entre otra cosas poco decentes.

En tanto, en el ámbito internacional, Dennis Rodman, quien hace unos 10 años fue famoso como basquetbolista profesional tanto por su talento defensivo como por sus múltiples colores de cabello y sus tatuajes y sus locuras dentro y fuera de la cancha, ahora se volvió uno de los primeros estadunidenses en conocer personalmente al líder de Corea del Norte. Con diplomáticos así, el mundo será mucho más seguro.

Puro surrealismo, pero nada mágico