Stelling: ¿Normalidad? en tiempos de cólera/ Cazal: Las caras de la mano
¿Normalidad? en tiempos de cólera
Maryclen Stelling|
Se ha hecho recurrente la preocupación por retornar a “la vida normal”, ante lo cual nos preguntamos que es normalidad, quien la define, como recuperarla y qué es anormalidad, su opuesto.
¿Reconquistar la ‘normalidad’ es volver exactamente a lo que éramos y teníamos previamente? Ante la interrogante de cómo será la vida tras la pandemia del covid-19, expertos afirman que “no habrá un regreso a la normalidad», menos aún pretender y actuar en tanto normalidad como si nunca hubiera ocurrido.
De allí que sean innumerables las incertidumbres, angustias y reclamos de cómo será el mundo postpandémico -evento inesperado, situación más allá del límite- en donde todo se quebró y se trastornó precisamente la normalidad. Expertos alertan del riesgo de que terminemos naturalizando la emergencia como “lo normal”.
Suerte de nueva normalidad en tiempos de cólera, fundamentada en el miedo, en la incertidumbre, en lo inesperado. Otros afirman que comenzamos a transitar una nueva normalidad caracterizada por sucesos y vivencias desconocidas y aterradoras donde nada será como antes. Y así lo expresan por las redes: “Yo creo que la vida como la conocíamos hasta ahora se ha acabado”.
Eso no significa que el mundo tal como lo conocemos ha desaparecido. Se trata más bien de encontrar, tras los tiempos de cólera, nuevas formas de vivir y convivir, de trabajar, de ocio, de amar; de hacer política y repensar la economía. Un regreso a la normalidad no significa “actuar como si nunca hubiera existido una pandemia de coronavirus”. Esa vivencia, ese miedo e incertidumbre, esos recuerdos tristes, trágicos, y dolorosos permanecerán con nosotros y harán historia.
Aprenderemos de este quiebre, de este evento inesperado que estamos ante una “potente oportunidad” y que no deberíamos “delegar en el virus la tarea que en principio nos corresponde”.
En el país no solo nos acecha la pandemia, afrontamos además una crisis interna multidimensional y la polarización que nos divide y enfrenta, sin obviar el bloqueo internacional. Situaciones más allá del límite en donde se fractura y se trastorna la tan anhelada normalidad. En Venezuela, ¿Hemos convertido en normalidad la crisis? ¿Es la polarización y el deseo de eliminación del ‘otro’ la normalidad?
Indudablemente no habrá un regreso a la normalidad en el mundo tras la pandemia de covid-19
Las caras de la mano
Raúl Cazal|
Los propulsores del neoliberalismo durante décadas han tratado de convencer de la inutilidad del Estado a través de su aparato oficial de comunicación, los medios hegemónicos. Mediante diferentes formas de propaganda venden al mercado como sinónimos de “libertad”, “flexible”, “dinámico”, “crecimiento, “futuro”, pero sobre todo “democrático”, como lo señala Pierre Bourdieu en “La nueva vulgata planetaria”.
El mercado es la falacia hecha realidad para quienes creen que la mano invisible es la salvación a todos los males. Venden ficciones y pretenden que buena parte de la realidad sea visto a través de este cristal, como intentaron infructuosamente con el testimonio del ex agente estadounidense de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) John Perkins, que apareció bajo el título Confesiones de un gángster económico.
Prekins reveló los mecanismos que utilizan los gobiernos de EEUU para subyugar a países que poseen reservas energéticas y minerales, mediante el endeudamiento y la corrupción. Cuando no logran su objetivo, envían a los “chacales”.
Así denomina a los agentes de otra agencia que asesina a quienes son un problema, como fueron las muertes “accidentales” de los presidentes que conoció: Jaime Roldós y Omar Torrijos.
El manuscrito lo presentó a un editor de una multinacional y éste le propuso que lo reescribiera como una novela. “Podríamos lanzarte como novelista, a lo John LeCarré o Graham Green”, fueron las palabras que cualquier escritor le gustaría escuchar. Pero Perkins no se dejó seducir y consiguió que una modesta editorial lo respaldara para que su testimonio no fuera leída como una ficción.
La pandemia que hoy sufrimos se expresará en novelas o películas para que sea “digerible” la tragedia. Esperamos cuenten que esta se debió a la inacción de estados nacionales por estar pendiente de la “economía” más que de la salud de su población y terminó siendo un búmeran.
Los principales titulares ya no son las muertes por el Covid-19 sino la caída de la bolsa o del PIB de los países que hasta hace un año se ufanaban de pertenecer a un club de ganadores y que recomendaban a los pobres que ahorraran para cuando vinieran las vacas flacas.
Resulta que las empresas y sus dueños, que también hiceron suya la receta, la echaron a un lado y ahora cifran sus esperanzas en que el Estado, a quien consideran “autoritario”, les de la mano visible.