Stelling: Guerra de relatos/ Puchi: La presión sobre España

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Guerra de relatos

Maryclen Stelling|

Diversas son las interpretaciones de lo que acontece en la convulsionada región latinoamericana, en búsqueda de cambios a través de diversas vías, según sea el terreno en disputa y las tensiones inherentes a cada país. En un marco de confrontaciones internas y presiones geopolíticas, las interpretaciones varían desde una lucha contra el neoliberalismo, la certeza de la derrota y fin del modelo, hasta predicciones de un retorno del progresismo por diversas vías.

América Latina -bajo el fuego cruzado de una guerra de relatos se ha convertido en un laboratorio comunicacional, donde se confronta la información emanada de los medios tradicionales con narrativas transmediáticas construidas colectivamente.
Sin disimulo, los medios tradicionales -devenidos en espacios bélicos y al servicio de causas políticas- visibilizan, ocultan y/o legitiman razones, estrategias y políticas.

Un nefasto pacto político-mediático deteriora la función informativa y afecta la capacidad crítica de las audiencias; criminaliza la protesta ciudadana, deslegitima las razones de los pueblos y desconoce resultados electorales. Ante el imperio del periodismo bélico, se pretende silenciar o distorsionar la compleja realidad de la región.

A su vez, las narrativas transmediáticas construyen relatos de carácter testimonial de los movimientos colectivos, protestas, manifestaciones y elecciones que tienen lugar en la región. Narrativas, caracterizadas por una navegabilidad profundamente interactiva, que circulan por las redes gritando las razones de la ciudadanía.

Los pueblos hacen valer el poder de la comunicación para ejercer su ciudadanía, a través de una creciente circulación de informaciones por espacios participativos. Narrativas transmediáticas donde la interactividad atrae e involucra al receptor en la interpretación participativa del mensaje. Un activo papel de las audiencias que, desde sus razones y vivencias, pasan a producir y a distribuir información que relata su realidad y denuncia el juego político de medios tradicionales.

Una América Latina devenida en laboratorio comunicacional, gracias a las nuevas dinámicas de participación de la sociedad en la circulación y alimentación transmedia de informaciones y contenidos.

Una narrativa inspiradora que motiva a la acción y estaría generando un novedoso liderazgo colectivo transmediático.

La presión sobre España

Leopoldo Puchi|

El canciller de España, Josep Borrell (izda.), y el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, tras una reunión en Washington, 1 de abril de 2019. (Foto: AFP)“Funcionarios de la administración Trump están presionando por sanciones financieras contra España por lo que consideran que es su apoyo financiero al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela”, indica un reportaje de Bloomberg, lo que mostraría “hasta qué punto la administración Trump está dispuesta a llegar para derrocar a Maduro”.

En efecto, tal como lo señala Bloomberg, la decisión del gobierno estadounidense de “derrocar a Maduro” es un hecho, una línea de acción que se mantiene a pesar de que los esfuerzos realizados no hayan dado frutos, en términos de un cambio de gobierno.

El camino escogido ha sido el del derrocamiento y no el de una evolución que modifique la situación actual del país por medio de mecanismos políticos y desarrollos institucionales.

Esto explica la atención que le presta Washington al bloqueo de las actividades bancarias y petroleras, puesto que se estima que al limitar el ingreso de divisas y la capacidad de importación de insumos, alimentos y medicinas se generarían las condiciones para un levantamiento social y, a su vez, un quiebre militar.

Banco de España

Los funcionarios de Washington consideran que es una estrategia adecuada, pero que no ha logrado alcanzar su objetivo porque Rusia, China, Turquía y los países de la Unión Europea, en particular España, mantienen relaciones comerciales y diplomáticas con Venezuela. Por este motivo se presiona para que el Banco de España cese de actuar como intermediario del Banco Central de Venezuela.Resultado de imagen para banco de españa

Se trata de una exigencia que se hace al gobierno español en ese ámbito financiero y no en el plano de la producción petrolera de Repsol, ya que Estados Unidos mantiene también la producción de Chevron y las actividades de Halliburton, Schlumberger, Baker Hughes y Weatherford. Esto obedece a que el objetivo de las sanciones es presionar a la población venezolana, pero sin perjudicar a los grandes de la industria petrolera.

Sanciones

Ahora bien, el quiebre o alzamiento militar no se ha producido, el intento de abril no dio resultados, las probabilidades de una intervención militar extranjera se han desvanecido y la presión de las sanciones no tiene un límite de tiempo preestablecido para que alcance el objetivo buscado. Puede durar meses o años, y también puede incrementarse y hacer que las carencias sean cada vez más pronunciadas, sin resultados.

Por estas razones, se pensó que podía producirse un viraje en Washington hacia una estrategia “pacifista” o “diplomática” que permitiera a la oposición venezolana tomar el camino de los cambios institucionales y de la participación en los procesos electorales, aun sin que previamente se hubiese logrado el objetivo de derrocar al Gobierno.

Sin embargo, la información de Bloomberg indica que se trabaja en otra dirección, y se consideran nuevas sanciones que incluyen hasta al Banco de España.