Stelling: Conmoción/ Puchi: AD se prepara para elecciones/ Sierra: La oposición y Washington
Conmoción
Recientemente amanecimos bajo los efectos de una conmoción económica, política, social y subjetiva. Una vez más nos sorprende una nueva alza de precios, suerte de derrumbe de los referentes económicos y, sobre todo, de la seguridad de la gente.
Ante la inseguridad, surgen explicaciones y opiniones, interrogantes y dudas. Expertos afirman que “nadie saldrá ileso”, señalando que el impacto alcanzará sin distingo a todos los actores sociales. Vaticinando que sufriremos “sin piedad” las consecuencias. Psicólogos afirman que se incrementarán los casos de crisis de ansiedad, estado mental de alerta constante caracterizado por una fuerte inquietud, excitación y extrema inseguridad. No faltan las consabidas predicciones de un estallido social.
Se rescata el discurso del Constituyentista Julio Escalona, con motivo de la aprobación del presupuesto anual 2019, denunciando la falta de sanciones para quienes violan los precios acordados y denunciando una política «que viene fracasando».
El presidente Maduro anuncia reactivación del sistema de control de precios, exigiendo en calidad de “orden de pleno cumplimiento y de protección al pueblo” que se establezca de manera permanente, con información al pueblo. La incredulidad circula en las redes sociales. “Si los precios acordados, “no funcionaron en 2018, ¿Funcionaran esta vez?”, “¿Por qué no han funcionado nunca?”,” Lleva el sello del fracaso”; “Tropezar con la misma piedra”, “¿Una burla al pueblo? y un “Habrá que tener fe”, suerte de plegaria, que nos conduce al terreno de la subjetividad.
El quiebre de la frágil estabilidad económica y del control prometido, produce en la población una conmoción multidimensional caracterizada por una fuerte reacción subjetiva, cargada de todo tipo de imaginarios en torno a la certeza del “desastre hiperinflacionario”. La incredulidad viene acompañada de rabia, miedo, indefensión y desesperanza ante lo que nos avasalla y nos controla.
Ello nos obliga a indagar sobre nuestras subjetividades, la construcción de sentido, la importancia atribuida a los hechos y como éstos nos afectan más allá del orden económico.
Es obligante reflexionar en torno a cómo la hiperinflación afecta nuestras emociones. ¿Cómo, en esta coyuntura, comprender nuestras emociones? ¿Cómo dominarlas o aprender a dialogar con ellas?
AD se prepara para próximas elecciones
Leopoldo Puchi
Nicolás Maduro informó que estaba revisando el plan económico que se adelanta para aliviar los efectos de las sanciones.Las medidas “nos han hecho daño al nivel del pueblo”, dijo, “pero nosotros estamos en condiciones de seguir avanzando”.
♦En Maracay, Acción Democrática celebró un evento que congregó a la dirigencia de la estructura electoral de ese partido de todo el país. Henry Ramos le brindó respaldo a Juan Guaidó y polemizó con el sector de la oposición representado por María Corina Machado. Guaidó estuvo presente y planteó “la reinstitucionalización de los poderes públicos” y un nuevo CNE para concretar comicios.
♦El ministro de Información Jorge Rodríguez informó de dos intentos fallidos de actos terroristas, “organizados desde Colombia”. También señaló Rodríguez la existencia de “tres campamentos paramilitares dirigidos por Clíver Alcalá Cordones, ubicados en la República de Colombia”.
♦Hiram Gaviria, del partido Puente, abogó por “el reconocimiento mutuo de las partes” y a favor de las negociaciones. “A esta situación hay que ponerle fin, y esto significa tener una economía sana”, agregó.
♦De acuerdo a un reportaje de Bloomberg, funcionarios de varios países europeos han dicho que cometieron “un error al reconocer a Guaidó tan rápidamente”. De manera que la mayoría de esos países ha respetado la inmunidad y los privilegios de los representantes del Gobierno, con quienes tratan los asuntos diplomáticos, a pesar de las declaraciones de apoyo simbólico a Guaidó.
♦“Los europeos ya han comenzado el proceso de volver a tratar los negocios con Maduro”, dijo Oliver Stuenkel, de la fundação Getulio Vargas. Por su parte, el diplomático estadounjidense Jimmy Story dijo desde Bogotá que EEUU “no quiere una intervención militar en Venezuela”.
La oposición venezolana y la estrategia de Washington
Manuel Felipe Sierra
Si bien existe consenso formal en el sentido de que una salida al conflicto venezolano debería pasar por un proceso de negociaciones que conduzcan a la consulta electoral, tal como suele ocurrir en situaciones semejantes, en la práctica un sector de la oposición claramente comprometido con la estrategia propia de la Casa Blanca insiste en la vía fracasada y costosa de los gobiernos paralelos.
Asuntos venezolanos con Estados Unidos serán tramitados a través de una delegación instalada en Bogotá, donde además funcionaría la cancillería de facto, es decir, para la estrategia de Trump se trata como lo recuerda en tono humorístico el escritor Teódulo López Meléndez de revivir la Gran Colombia en la histórica capital colombiana. Pareciera entonces que los ejemplos recientes de Irak, Libia, Sudán y Siria, entre otros, no se tomaran en cuenta o peor aún que fueran asumidos como vías exitosas y no como lo que han sido: la antesala de la destrucción literal de esas naciones.
Una política que en esos países además estuvo precedida por la ocupación militar que permitió separar espacios geográficos a partir de los cuales se decretó la división territorial y cuyos costos en Irak ya se conocen. Si bien algunos reivindican como una victoria el ajusticiamiento de Sadam Husein y lo mismo podría aplicarse en el caso de Libia también con la muerte de Muamar Gadafi, lo cierto es que ambas naciones son ahora dramáticos escenarios de luchas internas y destrucción material.
El efecto en Siria fue distinto por cuanto Omar al-Bashir no fue finalmente derrocado pero en cambio se abrió paso a un terrible conflicto que todavía incluso por momentos amenaza la paz mundial. Habría que recordar que en la experiencia de la “Primavera Árabe” -que por cierto comenzó en Túnez con la huída del presidente Ben Alí por la protesta de los nativos- se escogió la fórmula de las negociaciones que condujeron a nuevas elecciones y al restablecimiento del orden institucional.
Con las diferencias del caso, en Venezuela se procura institucionalizar la figura del gobierno paralelo sin que haya ocurrido la intervención armada, sin que exista una división concreta del territorio y sin que todo ello haya sido producto de las acciones legítimas de los factores nacionales. Ello hace que la “Operación Libertad” encabezada por Guaidó apoyada el mismo día por Estados Unidos y que provocó en horas la ruptura de relaciones diplomáticas entre los dos países pueda considerarse que aún, luego de ocho meses, no haya cumplido con los objetivos propuestos.
Es obvio que la tesis del “mantra” partía del falso supuesto de la transición y se sabe que ellas solo son posibles cuando se ha producido una fractura del orden existente, un cambio de gobierno que facilite un espacio de recomposición, o cuando esos reacomodos han sido facilitados y de alguna manera convenidos por los gobiernos que habrían de ser sustituidos.
Ello explica por qué la Unión Europea, el Grupo Internacional de Contacto, como es costumbre el gobierno de Noruega y las Naciones Unidas, estimulan la vía del diálogo en procura de acuerdos para restablecer la gobernabilidad y la institucionalidad democrática. Los ejemplos que suelen citarse de la concertación chilena y las transiciones militares en el Cono Sur se dieron porque Pinochet propuso en uno la vía que conducía a su propia sustitución; lo mismo que los generales brasileños, argentinos y uruguayos que estimularon el regreso al ejercicio democrático mediante elecciones.
Una realidad a la cual no escapó el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua en 1990 cuando convocó, aceptó y respetó un resultado electoral que le era desfavorable.
Salvo que se aliente una eventual intervención desde Colombia en territorio venezolano, aduciendo la presencia en él de grupos guerrilleros en rebeldía (el partido FARC continúa apoyando los acuerdos de paz y el ELN se inclina también por un arreglo), la insistencia en una supuesta pero en todo caso inútil forma de transición conduce inevitablemente a profundizar el conflicto político e intensificar sus graves consecuencias sociales y económicas que afectan a la población; o en otro caso a desencadenar el tormento de la guerra.
Si bien la ayuda internacional y las gestiones de buenos oficios son necesarias para la situación que vive Venezuela, ellas tendrían que respetar también las realidades y la soberanía de la nación. De otra manera cabría la vieja frase de Cantinflas: “No me defiendas, compadre”.
Regresa la sopa
Javier Bertucci, pastor evangélico y líder de Esperanza por el Cambio que en las elecciones presidenciales en mayo de 2018 obtuvo cerca de un millón de votos en el marco de una aplastante abstención y después de una vistosa campaña en los sectores populares basada en propuestas de paz y la entrega de una ya famosa sopa, anuncia el comienzo de una movilización nacional que comenzó en el centro de Petare y que se propone recorrer el país, denominada “ayuda cristiana”, precisamente cuando es evidente el agravamiento de las condiciones sociales de la población.
En rueda de prensa Bertucci anunció que se dispone a participar en futuras jornadas electorales con una promesa de cambio pero en busca de la paz y el entendimiento entre los venezolanos.
*Periodista y analista político venezolano con amplia trayectoria como reportero, corresponsal internacional y director de medios impresos y audiovisuales. Es autor de Los Hilos del Poder, Quince Años de Evolución Política, Fábulas de Carne y Huesos. Publicado en El Universal, Caracas.