Soldados de EEUU asesinaron a 16 civiles afganos en Kandahar

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Fuerzas occidentales mataron a tiros a 16 civiles, incluidos nueve niños y tres mujeres, en la provincia afgana de Kandahar, en un ataque que según testigos fue llevado a cabo hoy por soldados estadunidenses que reían y parecían estar borrachos. Las autoridades de Estados Unidos aseguraron que el responsable de la matanza fue un efectivo, con grado de sargento, que ya se entregó.
El presidente afgano, Hamid Karzai, calificó el ataque, uno de los peores desde que comenzó la invasión estadunidense a finales de 2001, de “asesinatos intencionales” y exigió una explicación a Estados Unidos, mientras su par estadunidense, Barack Obama, se declaró “profundamente triste” por este incidente, ocurrido a una semana de que efectivos estadunidenses quemaron ejemplares del Corán, lo que desató protestas contra Occidente.

Testigos dijeron que vieron a un grupo de militares estadunidenses llegar a un poblado en el distrito Panjwayi, en Kandahar, cerca de las 2 de la madrugada, ingresar a las casas y abrir fuego.

Haji Samad dijo que 11 parientes murieron en una casa, incluidos sus hijos. Los muros de su vivienda estaban cubiertos de sangre donde los niños fueron asesinados. “Ellos (los estadunidenses) vertieron químicos sobre los cadáveres y los quemaron”, declaró Samad, quien había salido de casa el día anterior.

Vecinos dijeron que los disparos de los soldados estadunidenses los despertaron, y aseguraron que éstos reían y estaban ebrios. “Estaban todos borrachos y disparando a todas partes”, afirmó Agha Lala, otra testigo.

Karzai condenó en un comunicado la matanza, que calificó de “asesinatos intencionales”. Además, demandó que se ponga fin a “las operaciones antiterroristas que terminan en asesinatos deliberados” y exigió una explicación a Estados Unidos.

Funcionarios estadunidenses dijeron que un sargento fue detenido después del ataque y negaron la versión de que varios soldados, aparentemente ebrios, estuvieron involucrados.

La oficina de Karzai emitió un comunicado que citó a un aldeano: “los soldados despertaron a mi familia y les dispararon a la cara”.

El ministro de Fronteras y Asuntos Tribales, Asadulá Khalid, quien investiga el incidente, dijo que un soldado ingresó a tres casas y mató a 11 personas en la primera vivienda.

La Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) bajo el mando de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sostuvo que un soldado estadunidense “regresó a la base y se entregó”.

El distrito de Panjwayi está unos 35 kilómetros al oeste de la capital provincial, Kandahar. Es considerado hogar espiritual de los talibanes.

La embajada estadunidense en Kabul dijo que inició una investigación y que “el o los responsables serán identificados y llevados a la justicia”.

Obama expresó a Karzai su “consternación” por lo sucedido, mientras el secretario de Defensa, Leon Panetta, telefoneó a Karzai para asegurarle que hay una “investigación en curso”.

En Bruselas, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, manifestó su “consternación” y “tristeza”; el comandante de la ISAF, el general John Allen, dijo estar “conmocionado” y también prometió una rápida investigación.

El tiroteo profundiza aún más las deterioradas relaciones entre Kabul y Occidente.

Seis militares estadunidenses murieron a manos de sus colegas afganos entre el 23 de febrero y el 1º de marzo, después de la quema de ejemplares del Corán en la base militar de Bagram, lo que llevó a violentas manifestaciones que dejaron más de 30 muertos y 200 heridos.

Los soldados estadunidenses y de la OTAN pondrán fin a su misión en Afganistán a finales de 2014, por lo que Washington intenta entrenar a las fuerzas de seguridad afganas para que tomen el relevo.

Estados Unidos invadió Afganistán el 7 de octubre de 2001 y expulsó del poder a los talibanes por dar cobijo a Osama Bin Laden, líder de la red Al Qaeda, y autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre de ese año contra Nueva York y Washington.