Siria, espectro de guerra total

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Walter Goobar – Miradas al Sur

La contundente ofensiva militar rusa en el caótico y complejo paisaje bélico de Siria que comenzó el 30 de septiembre, y su plan para poner fin al conflicto, han dado un vuelco al equilibrio de fuerzas en la región.

La propuesta de Vladimir Putin incluye la formación de una coalición internacional dirigida por la ONU, que integre al ejército sirio y el gobierno de Bashar al Assad para luchar contra el terrorismo, y la celebración de elecciones parlamentarias con la participación de la “oposición sana”. La primera consecuencia de la magistral jugada diplomática y militar de Putin ha sido hacerse con el mando de la situación de Siria y humillar a la ineficiente Coalición Anti-Estado Islámico de unos 40 países y dirigida por EE.UU. Los rusos, en unos días al parecer han destruido más posiciones de los yihadistas que la Coalición durante 7.000 bombardeos en dos años. El efecto inmediato de su acción ha sido poner nerviosos a los rebeldes y perplejos a sus patrocinadores regionales y mundiales.

El autodenominado Estado Islámico (EI) ha llamado a una yihad contra Rusia y EE.UU., destaca el diario ruso Nezavisimaya Gazeta.

Uno de los cabecillas del EI, Abú Mohamed al Adnani, ha llamado a los jóvenes musulmanes a “soplar el fuego de una guerra santa” contra los rusos y los estadounidenses a los que acusó de llevar una “cruzada contra el islam”.

Sin embargo, EE.UU. no ha cesado de armar a los rebeldes con lo que ha crecido el riesgo de una guerra total por medio de intermediarios entre EE.UU. y Rusia.

Según comandantes insurgentes, desde que Rusia comenzó los ataques aéreos en apoyo del gobierno sirio, están recibiendo por primera vez suministros abundantes de misiles antitanques de fabricación estadounidense, informa The New York Times.

Misiles antitanques TOW fabricados en EE.UU. comenzaron a llegar a la región en 2013 a través de un programa secreto dirigido por EE.UU. y Arabia Saudita, además de otros aliados para ayudar a determinados grupos insurgentes seleccionados por la CIA para combatir contra el gobierno sirio, indica el rotativo.

Estas armas llegan al campo de batalla a través de los aliados estadounidenses, pero Washington aprueba su envío.

Por su parte, Debka, presunto portal del Mossad, reveló que 3.000 soldados iraníes de la Guardia Revolucionaria aterrizaron en secreto en Siria. Hasta ahora, Israel había mantenido bajo estrecho secretismo cualquier información obtenida sobre el movimiento de las fuerzas iraníes. Sin embargo, teniendo en cuenta el gran número de tropas, la continuación de los transportes aéreos rusos e iraníes de fuerzas a Siria y la posibilidad de que las tropas iraníes podrían ser desplegadas en el lado sirio del Golán, los líderes israelíes decidieron publicar la información agregando que también hay 2.000 soldados cubanos en la zona.

Ante el temor de que las fuerzas israelíes puedan atacar a sus fuerzas en Siria, Teherán envió a Jerusalén un mensaje de disuasión: la revelación de sus redes de túneles subterráneos para el lanzamiento y el almacenamiento de misiles balísticos.

Los misiles fueron mostrados cargados en decenas de camiones gigantes con equipo preparado para el lanzamiento, para mostrar a Israel que todos están listos para la acción inmediata, incluida la guerra.

Los jefes de la Guardia Revolucionaria se muestran en la televisión estatal de Irán inspeccionando los túneles y los misiles y pisoteando despectivamente banderas de EE.UU. e israelíes. El día anterior, Irán anunció que sus fuerzas habían llevado a cabo una prueba del nuevo “Emad”, un misil de largo alcance balístico, sin especificar el rango del arma o la fecha y el lugar del lanzamiento.

En Washington, la respuesta de la administración Obama fue de bajo perfil, y describió los misiles balísticos como una cierta violación del embargo de armas de la ONU contra Irán.

Paralelamente, fuentes de defensa de Estados Unidos revelaron que la noche del miércoles, Rusia había trasladado en helicóptero a Siria unidades del ejército cubano para luchar junto al ejército del presidente sirio Bashar Assad. Se trata de miembros de las unidades del Cuerpo de Blindados cubanos que conducen tanques sirios, y agregó que el jefe del personal cubano, el general Leopoldo Cintra Frías, llegó a Siria con las tropas.

La llegada de las fuerzas cubanas amplía el esfuerzo de guerra ruso y confirma que Moscú contempla seriamente la posibilidad de una ofensiva terrestre. El hecho de que tropas cubanas vayan a manejar tanques sirios atacando a grupos rebeldes representa un logro espectacular de guerra de poder del presidente ruso, Vladimir Putin, en Siria.

Los cubanos no están en Medio Oriente por primera vez. En 1974, la URSS voló dos brigadas de tanques de Cuba a Siria y de febrero a mayo, los israelíes intercambiaron fuego de artillería pesada con los cubanos, acompañados de combates aéreos entre aviones israelíes y sirios. Esta guerra, llevada a cabo en el lado sirio por oficiales rusos, terminó el 31 de mayo de 1974, con la firma de un acuerdo de separación de fuerzas entre Israel y Siria.

Además de demostrar la estrategia de Rusia de establecer una coalición militar internacional para apoyar al presidente Assad, el despliegue de las tropas cubanas sirve como una señal de no intervención clara para Israel.

Cuando la geopolítica se impone –señala Santiago Alba Rico–, todo ocurre ya en el aire, por encima de las casas sobre las que caen las bombas; y cada muerto ahí abajo significa el avance o el retroceso –como en la antigua mitología griega– de uno de estos ludópatas enfrentados.

La intervención de Putin en Siria revela el fracaso de la política de EE.UU., siempre a remolque en Medio Oriente, y concede ventaja a Rusia, en esta pulseada interimperialista.

Rusia, que apoya a Irán, enemigo de Israel, recibe de Israel drones y formación técnica y coordina sus acciones en Siria con Netanyahu, quien votó en contra de condenar –para indignación de Washington– la anexión rusa de Crimea. Nunca la geopolítica ha sido más promiscua ni ha habido más sexo ocasional ni con menos criterio ideológico, entre las potencias y subpotencias implicadas en el juego. Que EE.UU. se debilite y reciba golpes de aliados y rivales (ya no hay ni amigos ni enemigos, lo que dificulta la negociación política al mismo tiempo que impide una guerra total), sólo es bueno en sí mismo si con ello ganan las poblaciones y si la alternativa no es peor. Lo que desgraciadamente no es el caso.

De hecho, la intervención militar rusa directa, que se suma a la –hasta ahora– indirecta y a las otras muchas otras intervenciones multinacionales sobre el terreno, agrava sin duda el sufrimiento de los sirios y aumentará el número de desplazados y refugiados, pero puede complicar además la propia posición de Putin, momentáneamente “triunfante”.

Cuando se negocia con bombazos, los bombazos acaban emancipándose de sus intenciones e imponiendo su propia hoja de ruta.

Fuente: http://www.miradasalsur.com.ar/2015/10/18/revista/medio-oriente-siria-espectro-de-guerra-total/