Simonovis es un trapo rojo
TOBY VALDERRAMA | Es asombroso cómo los pueblos son extraviados de los objetivos importantes y llevados a discutir, a ocuparse, de lo subalterno. Lo de simonovis es una muestra de la trivialización de la política, de las preocupaciones de la masa hoy. Veamos.
Simonovis paga condena por los sucesos de abril, no entremos aquí a considerar si es justa o no, si debe ser suspendida, eso sería tema de otro texto. Estudiemos una de las variadas artimañas de la oligarquía, del sistema capitalista, para salir indemne de sus derrotas.
La estrategia del engaño es muy simple: se personalizan los hechos y esos culpables individuales son objeto de las condenas, de las penas, quedando así a buen resguardo la clase social, el sistema, que promovió los hechos, los autores intelectuales, los grandes oligarcas.
Con simonovis pasa exactamente esto. Abril fue una operación de la oligarquía, una embestida en contra de la Revolución y del pueblo que busca su redención. Se juzgaron a los actores primarios, los condenaron. Y allí están, en la cárcel, pagando su fechoría. Hasta aquí todo entendible. Pero si profundizamos un poco, empezamos a encontrar incoherencias.
Los grandes protagonistas, los escritores del guión, gozan de buena salud, por ejemplo, mendoza, el oligarca. Recordemos la participación de la polar en el golpe de diciembre, ¿dónde está mendoza?, libre y pontificando sobre economía. Otro ejemplo, el inefable cisneros. Su venevisión fue pilar importante en el golpe, y anda por este Caribe como si nada, al contrario, es recibido en Miraflores, con sonrisas y abrazos. Pero hay más, ¿quién de los que se sientan en las mesas de diálogo condenó el golpe?, ¡ninguno! ¿Quién no participó de alguna manera, quién el día doce de abril no lo apoyó?, ¡todos lo apoyaron! Y están allí, sentados en la mesa de diálogo, dictando cátedra de democracia.
Si vamos más al fondo, debemos preguntarnos, ¿cuál era la esencia de ese golpe? Se trataba, sin dudas, de un golpe de la oligarquía, del capitalismo, contra la Revolución. Entonces, cabe otra pregunta, ¿dónde está el capitalismo hoy? La respuesta es triste: está incólume engullendo a la Revolución. Está a salvo, mientras la masa asiste a la telenovela de simonovis, cada capítulo crea más intriga, tiene más oyentes, ni a Delia Fiallo se le hubiera ocurrido este libreto.
El mejor homenaje, la mayor justicia para las víctimas de Abril, no es que esté preso simonovis, es que el sistema que los agredió sea superado, es concretar el sueño que los llevó a la calle ese día. Quedarnos en la prisión de los culpables inmediatos no educa, no prepara para la batalla principal, al contrario, la evade de manera grosera, distrae, facilita la restauración. La masa sale a pedir prisión, mientras los autores intelectuales, las relaciones oligarcas, siguen campantes, dialogando, mandando.
Así, la masa, los humildes, vuelven a ser engañados. Después, cuando sea tarde, cuando todo esté consumado, volverá la miseria espiritual y material, y los humildes seguirán luchando contra trapos rojos, buscando chivos expiatorios, viendo el béisbol, preocupados por el Barcelona, por el Atlético de Madrid…