¿Se desvanece el acuerdo entre Washington y Caracas?
Leopoldo Puchi
Washington viene de tomar decisiones que impactarán directamente en la economía y en la evolución de los acontecimientos políticos de Venezuela. La OFAC ha decretado el cese de todas las transacciones entre entidades estadounidenses y la empresa Minerven. Al mismo tiempo, el Departamento de Estado ha anunciado que, en abril, revocará la flexibilización de las sanciones en el sector petrolero y gas, a menos que el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela modifique su sentencia que ratifica la inhabilitación de María Corina Machado.

Con este movimiento de piezas, se pone de manifiesto que Washington no ha logrado liberarse de las viejas premisas, a pesar de las decisiones de la administración Biden para abrirse a Venezuela y del enfoque pragmático de Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
La verdadera motivación detrás de la estrategia de sanciones de Trump residía en lograr la reinserción de Venezuela en la órbita estadounidense. A pesar de que Sullivan ha rediseñado la política exterior de manera más pragmática, dicho objetivo no ha sido abandonado por completo. Sin embargo, es necesario tener en cuenta las nuevas realidades geopolíticas, como las guerras en Ucrania y el Medio Oriente, que podrían redefinir los objetivos y configurar nuevos escenarios de cooperación. Todavía existe la oportunidad de evitar que se retroceda hacia una política de sanciones que ha sido infructuosa y ha ocasionado inmensos daños.