Rita Serrano, tercera mujer destituida en el gabinete de Lula
Juraima Almeida
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT) despidió a Rita Serrano, presidenta de la Caixa Econômica Federal, entidad clave para impulsar diversas políticas sociales del Gobierno, como la financiación de casas populares, En su lugar fue designado Carlos Antônio Vieira Fernandes, economista de carrera de la institución y señalado como aliado del presidente de la Cámara, Arthur Lira (PP-AL).
El analista Jeferson Miola señala que Arthur Lira actúa como el secuestrador que mientras que no recibe el rescate exigido, no devuelve al rehén. La agenda de la Cámara estaba cerrada desde el 13 de octubre porque Lira no sometió a votación el proyecto de ley esencial para el cumplimiento del objetivo fiscal del gobierno,, para presionar al presidente Lula para que entregue a la presidencia de la Caixa Económica Federal (FCE) y otros cargos.
Lula pretendería así garantizar los apoyos suficientes para que el Parlamento apruebe las iniciativas presentadas por su gabinete, entre ellas una reforma tributaria y un proyecto que establece un impuesto para los “superricos”.
¿Misoginia?
La destitución de Rita Serrano de la presidencia de la Caixa Econômica Federal coincidió con el lanzamiento de la iniciativa “Brasil sin Misoginia”, que destaca la importancia de la igualdad de género. Ahora suman tres las mujeres despedidas de cargos de alto nivel desde el inicio del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (PT).
El Gobierno había sido criticado por reducir la presencia de mujeres en puestos importantes, a pesar de las iniciativas anteriores que destacaban la inclusión de mujeres en el Ejecutivo.
Además de Serrano, dejaron sus cargos Daniela Carneiro (exministra de Turismo) y Ana Moser (exministra de Deportes). Las mujeres abandonaron sus cargos en el gobierno en medio de la ofensiva del ‘Centrão’ -coalición parlamengtaria de partidos de centro y derecha- por obtener más espacio.
En septiembre pasado, Lula cambió a los ministros de Puertos y Aeropuertos, y de Deportes, y creó la cartera de Micro y Pequeñas Empresas, para igualmente intentar reforzar su base aliada en el Congreso.
La destitución de Serrano se produjo un día antes de la fecha fijada para que el Congreso Nacional analizara los vetos del presidente Lula al texto del marco fiscal y otros proyectos. Posteriormente, la fecha de la sesión para decidir sobre los vetos fue reprogramada para el 9 de noviembre.
El texto oficial de la Presidencia no menciona la palabra destitución y destaca algunas figuras de la gestión de Serrano, que estaba siendo presionada para dejar el cargo en medio de las negociaciones del gobierno con el Centrão para garantizar apoyo político en el Congreso.
Rita Serrano cumplió una importante misión en su gestión de recuperación de la gestión y la cultura interna de Caixa Econômica Federal, con la valorización del personal y la reanudación del papel del banco en diversas políticas sociales, al mismo tiempo que aumenta su eficiencia y rentabilidad, ampliando el financiamiento para vivienda, infraestructura y agronegocios.
La decisión sella una negociación que venía desde hace meses entre Lula y Lira para garantizar un mayor apoyo a las agendas de interés de la administración del Partido de los Trabajadores en la Cámara de Diputados. En su tercer mandato como presidente, Lula enfrenta dificultades para mantener una base aliada cohesionada en el Congreso. En este contexto, incluso cambió dos ministerios en septiembre para intentar ganarse el apoyo del Centrão.
Entre las agendas importantes para el gobierno que deben ser votadas en el Congreso está la consideración de los vetos de Lula al proyecto que establece el marco fiscal, una de las principales banderas del ministro de Finanzas, Fernando Haddad. El texto reemplaza el techo de gasto establecido por el gobierno de Michel Temer por una política fiscal que garantice el crecimiento del gasto en programas sociales.
¿Paramilitares?
La violencia eb Brasil ha alcanzado niveles alarmantes, con tiroteos, asaltos y homicidios que se van tornando cada vez más comunes. Lo que ha generado un sentimiento de inseguridad en la población, que exige acciones concretas para solucionar el problema.
El presidente brasileño descartó una intervención militar directa en Río de Janeiro, ciudad que el lunes sufrió una serie de ataques contra el transporte público al parecer por grupos paramilitares. Una docena de sospechosos fueron detenidos por incendiar al menos 35 autobuses en Río de Janeiro, en una acción orquestada al parecer por una banda parapolicial en represalia por la muerte de un importante cabecilla del grupo.
“No queremos pirotecnia con una intervención (militar) que no dio resultados en el pasado”, afirmó Lula durante la transmisión en vivo de su programa semanal en redes sociales, que retomó después de tres semanas tras pasar por dos cirugías, una de ellas en la cadera.
Mientras, el Ejército de Brasil detuvo a 17 militares acusados de estar vinculados con el robo de 21 ametralladoras de un cuartel del estado de San Pablo que habrían sido vendidas a los grupos criminales Primer Comando de la Capital (PCC) y Comando Vermelho (Comando Rojo).
Los recientes episodios de violencia en Rio evidencian la urgencia de medidas efectivas para combatir la criminalidad y garantizar la tranquilidad de a población. En su campaña electoral, el presidente Lula había prometido crear un Ministerio de Seguridad Pública.
*Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)