Respuesta de un cubano a Boaventura de Sousa, sobre la Revolución Bolivariana

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Alcides García Carrazana|
He seguido atentamente lo acontecido desde hace unos días cuando un grupo de intelectuales solicitaban el “fin de la violencia en Venezuela”. Inmediatamente surgieron posturas críticas como respuestas desde otras personas y sectores. También varios debates en redes sociales donde hay criterios sólidos de intelectuales y otros nombres muy conocidos entre los movimientos sociales; y hasta otras personas menos o nada conocidas a nivel continental pero que el sentido común y su responsabilidad política le hacen “saltar” y salir al debate.

La Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad de conjunto con la Articulación Continental ALBA Movimientos, publicaron una respuesta: “¡Con la Revolución Bolivariana por siempre! ¿Quién acusará a los acusadores?”, que hasta el momento junta el respaldo de varios cientos de intelectuales y luchadoras y luchadores populares de todo el mundo.

Más recientemente se dio a conocer unas declaraciones del Dr. Enrique Dussel donde asegura que en estos momentos “…hay que tener mucho cuidado, pues criticar en esta coyuntura estratégica a Venezuela y su Gobierno, supone inevitablemente, un apoyo a los grupos opositores…”.

Y ahora leo en Página 12, unas declaraciones de Boaventura de Sousa Santos titulada: “Mi posición sobre Venezuela” (https://www.pagina12.com.ar/42211-mi-posicion-sobre-venezuela), siendo De Sousa uno de los firmantes de esa solitud inicial que abiertamente critica la Revolución Bolivariana.

 De contextos y criterios de personas. Analizando algunas pautas en los textos.

Desde mi perspectiva de pueblo cubano comprometido con las causas justas de nuestro mundo, y con la responsabilidad militante que asumo desde mi ciudad de Bayamo revolucionaria, me permito algunos puntos de reflexión para aportar al debate.

Hay personas con criterio. Hay contextos… la diferencia entre una acción crítica objetiva pero constructiva y propositiva, y otra desafortunada y a veces irresponsable, podría radicar en el momento, el espacio, las personas con quien se teje alianza, y la finalidad que se pretenda.

Les invito a que partamos de algunas claves en el texto original que despertó la polémica.

Foto: Malva Suárez Silva

Desde el propio título: “Llamado internacional urgente a detener la escalada de violencia en Venezuela”. Prototipo de título de los medios hegemónicos de derecha que plantan la guerra a Venezuela. Grandilocuente y con términos generales para estimular la ambigüedad. “Llamado internacional urgente”, deja el sabor de unidad de criterios en una mayoría y demanda inmediata de respuestas. “Escalada de violencia en Venezuela”, otra jugada típica de la prensa de derecha donde a veces no necesitan decir mentiras, sino que se apoyan en una verdad o media verdad, y generan un discurso para las mayorías confundibles. ¿Por qué desde el título no se pone apellidos a esa violencia? Todo sería distinto si el titular fuera: Llamado internacional urgente a detener la escalada de violencia que genera la oposición fascista en Venezuela.

Cito otras frases del texto que por sí solas argumentan la intencionalidad real de esa declaración: “…incontrolada situación de violencia política y social…”; “…polarización política cada vez más virulenta y de un escenario de desintegración del tejido social…”; “gobierno cada vez más deslegitimado, con marcados rasgos autoritarios…”; “…convocatoria a una Asamblea Constituyente en forma claramente inconstitucional…”; “No creemos, como afirman ciertos sectores de la izquierda latinoamericana, que hoy se trate de salir a defender a ´un gobierno popular anti-imperialista´”, “Desde nuestra óptica, la defensa en contra de toda injerencia extranjera debe basarse en más democracia, no en más autoritarismo”, “…el principal responsable de la situación en Venezuela –en tanto garante de los derechos fundamentales- es el Estado…”, etc,etc, etc….

En resumen, la esencia de ese llamamiento sería: Gobierno autoritario, responsable de la crisis política, social, económica, y de la violencia. La solución es democracia, respetar los derechos humanos y mucha presión internacional.

¿A quién se nos parece más este discurso? ¿A una izquierda preocupada por el valiente pueblo de Venezuela? ¿O la repetición de palabras claves de la derecha opositora, fascista y violenta, que con su maquinaria mediática y con el apoyo de todo tipo desde los Estados Unidos libra una Guerra de Cuarta Generación en Venezuela?

No se firma un texto con estas afirmaciones si se tiene como finalidad contribuir a una solución justa, pero sobre todo soberana, para el pueblo venezolano. En momentos de crisis los pueblos debemos unir voces y esfuerzos para defendernos del enemigo común, nunca caer en su retórica, y traicionar con ello la ética y valores que defendemos. No se puede ser de izquierda y revolucionario sin defender la Revolución Bolivariana.

Hay criterios, de ciertas personas, que legitiman un discurso. Verter esos criterios o apoyarlos desconociendo el contexto y el impacto que ello ocasionará, es un acto deliberado e irresponsable.

Sobre la posición de Boaventura de Sousa respecto a Venezuela

Se puede ser solidario y crítico. No debemos estimular apologías ni falsas unanimidades, ni tampoco aceptación tácita de verdades asumidas.

Pero a los pecados originales de la izquierda que apunta De Sousa: “…traicionan las causas con mucha facilidad. Hay dos maneras de traicionar: criticar demasiado temprano cuando los procesos transformadores están en su primera fase ascendente; no criticar cuando las señales son evidentes de que los procesos transformadores no van bien”; a este planteo le faltan a mi juicio dos elementos más: criticar sin todos los argumentos en medio de un contexto complejo en donde se legitime a una oposición violenta que es la responsable de la actual situación interna, junto con la injerencia estadounidense; y apoyar argumentos que no tienen ninguna evidencia demostrable, cayendo en una retórica derechista que afecta la salida de diálogo, no violencia, y soberanía nacional, que reiteradamente ha sido propuesto por el propio gobierno de la Revolución Bolivariana.

Dice De Sousa que el documento que él firmó “…es la búsqueda de una convergencia mínima: parar la violencia en la calle de modo a impedir la intervención militar estadounidense que está en preparación. Tal intervención tendrá consecuencias profundas para toda América Latina, comenzando por Cuba”. Pues no se para la violencia si no se le identifica correctamente, si no se le neutraliza y se juzga soberanamente. No se impide una intervención militar apoyando declaraciones que manifiestan los mismos argumentos que la derecha opositora y los propios Estados Unidos esgrimen para justificar su política y guerra contra Venezuela.

Ante el avance de la derecha y el imperialismo sobre el Continente, ante el complejo momento político que vivimos de ataque permanente a las ideas progresistas, y a las luchas populares, hay que evitar a toda costa una salida por la derecha en Venezuela que derrumbe la Revolución Bolivariana, y todo lo real y simbólico que ella encarna para el resto de la lucha popular continental.

Si cae Venezuela, caen todas las esperanzas de frenar esa avanzada de la derecha; y recomponer la fuerza popular en el Continente para pasar a una contraofensiva que nos permita construir el proyecto político de Nuestramérica unida, anticapitalista, antimperialista, antipatriarcal, que defienda la equidad, inclusión y justicia social, y los derechos de nuestra Madre Tierra, como dijera Martí “Con todos y para el bien de todos”.

*Periodista, educador y comunicador Popular. Cuba.